martes, 1 de noviembre de 2005

Lola, de María de la Pau Janer

 Lola
Maria de la Pau. Janer
Traducción de Margarita Trias Pareja
Planeta, 1999
381 pp


Argumento:

Una mujer, Águeda, regresa a la casa familiar de Mallorca veinte años después de su marcha repentina. Sus primos Pau y Guillem apenas la reconocen como la adolescente que conocieron. Ahora, la casa es un albergue rural donde se alojan varios personajes, un pintor, un actor, su pareja, un amigo, etc, etc... También hay por ahí pululando un jardinero... Y no trata nada más que de esto...

Comentario:

Este libro de la galardonada con el Premio Planeta Maria de la Pau Janer me ha parecido pesadísimo de leer y lleno de errores de construcción, e incluso la traducción deja mucho que desear, ya que aparecen no solo erratas sino incluso faltas como poner "de prisa" en lugar de "deprisa" o el más terrorífico "andara" en lugar de "anduviera".

Se supone que trata de una mujer que regresa a la casa donde se crió con sus primos después de veinte años, pero luego te mete historias paralelas de los huéspedes del albergue que, de momento, te las tragas pensando que tendrán alguna relación con la trama principal. Craso error. Son como un pegote, como si estuvieras leyendo una novela metida dentro de otra sin el menor vínculo, que no hacen más que ocupar páginas y páginas de cómo fulanito conoció a menganita haciendo de estatua de sal en las Ramblas y de como no sé quién le puso los cuernos al marido con su mejor amigo, pero luego resulta que el marido le ponía los cuernos a ella (bueno, entre tanto lío de nombres no me aclaré muy bien, igual no era el marido). Todo eso es perfectamente prescindible por cuanto se trata, en teoría, de la historia intimista-nostálgica de Águeda, aunque el libro se titula Lola.

Y se titula así porque la autora, en el último tercio aproximadamente le da una vuelta de tuerca a la trama y nos revela que Águeda, a la que todos ven un poco "rara" (no la reconocen como la prima) resulta que en verdad no es la chica que conocieron sino la tal Lola, que era amiga suya y se estaba haciendo pasar por ella. La historia de esta sustitución se nos va desgranando de un modo muy torpe, sin que antes se hubiera insinuado, sino más bien se trata de engañar al lector durante todo el rato hasta el "golpe de efecto".

La autora mezcla lo lírico, lo solemne, lo rimbombante y lo ridículo en su prosa, tan pesada e indigesta que leer este libro se hace realmente cuesta arriba, no solo porque no cuenta NADA (no se aprecia progresión dramática de ningún tipo, ni interrelación de los personajes, ni nada) sino porque se enrolla como una persiana con sus discursitos y monólogos, plagados de lugares comunes, frases hechas, vulgaridades varias y vacuidad, "silencios", "complicidades", etc, etc, frases y expresiones que no significan nada, y cuyo objetivo parece solo "hacer bonito" o demostrar que "escribe bien" (eso no es escribir bien, pero bueno). Los diálogos son a veces de risa de tan irreales y acartonados. Pero sería más soportable si hubiera más, porque casi todo es narración, contar y contar, casi siempre cosas improcedentes.

Las historias tanto de Águeda como de Lola son prosaicas y están narradas del mismo modo. La típica chica recogida por la familia de la tía, que sufre abusos por el tío; la otra chica casada con uno con el que poco a poco va desapareciendo la pasión... El estilo de Janer es totalmente explicativo. Nos dice que los personajes son "interesantes" o de cualquier otra manera, pero no lo demuestra. Se tira páginas y páginas tratando de convencerlos de lo maravillosa que es Lola y en realidad, en el libro no hace absolutamente nada que dé a entender que estamos ante una chica especial. Y eso lo hace con todos los personajes. En lugar de mostrárnoslos en "acción" para demostrar su carácter se suelta parrafadas explicativas y mediocres que no hacen más que alargar el libro y hacerte bostezar.

Además, se repite. Expresiones como "poblada de silencios" y similares inundan el texto de un modo que lo ahogan, favoreciendo la sensación de artificialidad y teatralidad.

También se explaya lo suyo contando las historias del primo Guillem, su vida en Alemania, la novia Inge, que luego no tiene tampoco relación con la historia, y lo que es peor, no nos hace ver el personaje, ni su carácter, solo nos aburre soberanamente y contribuye a aumentar la percepción de que estás leyendo un borrador sin pulir más que una novela bien estructura y con el texto ajustado.

En resumen, un rollazo insoportable, aburrido, rimbombante, acartonado, falsamente lírico, superficial, que para mi asombro ha ganado un premio literario, según reza en la portada...

Algunos párrafos de muestra:
Vivían una tregua después de muchas batallas. La experiencia de ocho años de matrimonio y un negocio compartido no había sido sencilla. Su relación nunca fue un camino hacia las estrellas. Ni siquiera una ruta llana y tranquila. Hubo veredas y curvas, un cierto entusiasmo inicial, un proyecto que vinculaba la ambición de ella a las necesidades de él, aquella dependencia mutua que dan los años vividos bajo un mismo techo, y las costumbres compartidas. Una lista suficientemente larga como para garantizar la continuidad de su historia, sobre todo en tiempos de vacas gordas.

Es una historia hecha de costumbres y de complicidades, más supuestas que ciertas. Como ella calla con frecuencia, él debe interpretar sus silencios.



Diálogos artificiales:
-No la marees, hombre, ¿no ves que está cansada? Además, el tiempo casi ha borrado aquellas imágenes. Los albúmes no son más que un nido de polvo.
Águeda responde como si hablara para sí misma.
-¡Hay tantas cosas que debo recuperar durante estos días! Tendré que dosificar los descubrimientos, aunque no sé si es posible ponerles límites.

-Nos engañábamos, Jaume. Hace más de un año que vivo con el corazón cautivo, renuncié a nuestra historia por él. Creía que tenía que agradecerle muchas cosas, pero no era más que una mentira.



Metáforas, comparaciones y expresiones dudosas:
Intuye que se dirán palabras como piedras extraídas de una pedrera polvorienta y que caen haciendo temblar la tierra y produciendo un ruido seco.

Les tiraron una lluvia de arroz, que significa abundancia.

Los parecidos infantiles quedaron reducidos a simples anécdotas que ambos recordaban como si fueran chistes.

Tenía un sueño de pájaro y hormiga, lleno de unos pasos diminutos y de presencias.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

1 comentario:

  1. Es de lo mas aburrido que he leido nunca, la historia se puede resumir en pocas paginas el resto es paja, continuas descripciones tanto de paisajes como de personajes que se hacen pesadisimas,invitan a saltarte parrafos enteros en busca de algo interesante que leer.No sorprende ni te deja con las ganas de saber mas. Muy malo

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