lunes, 29 de diciembre de 2008

Día de perros, de David Jasso

 Día de Perros
 David Jasso
Editorial Hegemón
267 páginas

 
Argumento:
 
Unos chicos aburridos raptan el perro de una pareja sin ningún motivo, aunque posteriormente se les ocurre pedir un rescate por el animal. La travesura tendrá consecuencias desastrosas...


Comentario:

Se trata de la segunda novela de David Jasso que leo, y puedo decir que, con respecto a La Silla (también reseñada en este blog), se aprecia un grandísimo salto cualitativo, no solo a nivel de redacción sino también en cuanto a estructura, ambición, mensaje y sobre todo de emotividad y empatía con el lector.

A diferencia de La Silla, donde nos enfrentábamos a un relato claustrofóbico, de terror psicológico, con ribetes gore (que personalmente a mí no me gustan mucho), Día de perros podría considerarse una historia casi costumbrista, ambientada en un futuro tan próximo que nos resulta familiar (el mensaje es atemporal, de todas formas).

El autor cuenta lo que parece un relato trivial a través del multiperspectivismo, es decir, por un lado tenemos un narrador en primera persona, un joven normal y corriente, tal y como se nos describe en la novela, cuya única preocupación es un amor contrariado, un joven como puede ser cualquiera, ni bueno ni malo, que nos anticipa desde el primer capítulo (flashforward) el final trágico de la novela, siendo el resto un largo flashback que se inicia con el rapto del perro y  culmina con un hecho luctuoso, y una posterior explicación, inquietante, de cómo este hecho marca al joven y lo lleva por caminos "inesperados". Por otro lado, se intercalan la narración en tercera persona que sigue a la pareja dueña del perro robado, y algunos informes y atestados de sucesos acontecidos a lo largo del relato.

La parte en tercera persona me ha gustado mucho más, ya que la prosa está más pulida y es más directa; en la parte narrada por el joven hay ciertas repeticiones y redundancias (sobre todo en el primer capítulo), pero está lograda su forma de expresarse (referencias a la cultura pop, películas, lenguaje juvenil, etc) y la descripción de la mentalidad de cierto tipo de chicos de hoy en día, de vidas aburridas, tecnológicas (messenger, ipods, etc), siempre ansiosos de dinero para satisfacer sus necesidades, y con poca tolerancia a la frustración. El personaje parece una buena persona (quizás marcado por el divorcio de sus padres y la falta de cariño, que tratan de solventar con regalos caros), lo cual hace más inexplicable y chocante la tragedia. A lo largo de la historia se cuestiona lo que hace su amigo Miguel, en apariencia más "lanzado" y con menos escrúpulos morales. En general, la pandilla no es un grupo especialmente malvado. Y sus actos no dejan de ser "una travesura", algo no premeditado, pero cuyas consecuencias no alcanzan a adivinar ni a comprender (deriva en lo delictivo).

El relato está muy ajustado, prácticamente no sobra nada; la acción es constante, tanto siguiendo a la pandilla como a la pareja, y se mantiene la intriga pese a conocer en parte el final, al que se llega como si de una tragedia griega se tratara, a consecuencia de una "serie de catastóficas desdichas", por decirlo de algún modo, una acumulación de mala suerte que estalla y se ceba en los inocentes, en una escena increíblemente cinematográfica en un telecabina, donde confluyen las diferentes acciones paralelas. Podríamos decir que el Destino y su inexorabilidad son dos personajes más de la novela.

Creo que Jasso ha logrado algo que es muy difícil en la novela: que el lector sufra con las vicisitudes de los protas y tema el final, que se le augura bastante oscuro, y aún así espere que no suceda lo que está pensando desde el principio. Es decir, logra que empaticemos con los protagonistas. Y lo ha logrado sin recurrir a la sangre, las vísceras y los detalles repulsivos, simplemente apelando a emociones y sentimientos humanos.

Mención especial haré de esa pareja tan peculiar y entrañable de Jorge y Cristina (una mujer con problemas de obesidad mórbida que al no poder tener hijos ha volcado todo su amor en el perro). Me ha llamado la atención el cariño que muestra el autor, y que transmite en las páginas de su novela, hacia este personaje femenino, muy raro de encontrar en la novelística actual, donde todo son chicas guapas, jóvenes y esbeltas. Se describen sus problemas cotidianos (pasar los tornos del metro, la agonía de subir el bordillo de una acera, o una escalera, etc) sin asomo de condescendencia. Me ha gustado mucho el tratamiento que le ha dado el autor, y realmente he sufrido mucho con su sufrimiento. Hacía mucho que no me pasaba eso con una novela.

También me ha gustado la ambigüedad moral de algunos de los personajes, como el Morlock, que pese a sus buenas intenciones, también tiene deslices mezquinos (relacionados con el dinero, nuevamente)

En resumen, una historia que nos cuenta como hechos terribles pueden ser provocados por gente buena o no mala, y de un modo trivial. De un juego de niños puede surgir un monstruo,  cualquiera de nosotros puede ser esos "niños". Y el Destino, encima, ayuda.

Trailer de la novela



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La edad secreta, de Eugenia Rico

 La edad secreta
Eugenia Rico
Espasa. Madrid, 2004.
231 páginas

 

Argumento:

Una mujer madura recibe un diagnóstico de cáncer. Pero cuando cree que se va a morir, le dicen que es un error. Ella sin embargo, decide dar un giro a su vida. Toma el coche y se larga sin destino concreto. En una gasolinera se encuentra con un joven al que lleva consigo. Se enamora de él, pero el chico busca una ciudad imaginaria llamada Nauchipán, sobre la que ha inventado una rocambolesca historia...


Comentario:

No puede decirse que esta novela esté mal escrita, que no lo está, al menos desde el punto de vista de la prosa. La autora usa un tono a veces aforístico, sentencioso, poético, reflexivo, que no resulta demasiado molesto para quien esté habituado a este estilo liteario. Lo realmente molesto es que la novela no trata de nada. Leyendo el argumento podría parecer que sí, pero la forma en que ella la cuenta para mi gusto es totalmente errónea.

En primer lugar, aunque sabemos que esas cosas pasan, lo del diagnóstico erróneo de una enfermedad mortal suena demasiado "peliculero", o "novelesco", y parece demasiado forzado como disparador de la improbable aventura de la protagonista. En segundo lugar, y como si eso no fuera bastante para elevar la ceja con escepticismo, tenemos el personaje del chico que busca la ciudad de los Neandertales, unos seres inmortales que viven bajo tierra, lejos de nuestra civilización, y a la cual se accede a través de ciertas puertas señaladas en un mapa (que también arrastra una retorcida historia, faltaría más). La autora no explica nada sobre el joven, si es que está loco o qué. Parece muy difícil de creer que un chico de nuestro tiempo crea en tales fantasías, así que una de dos, o miente o está chiflado... o Eugenia Rico usa ese pretexto como un recurso simbólico. Me decanto por lo primero y lo último. Al final del libro parece que él, aun manteniendo la ambigüedad, insinúa que tal vez cuente eso para "llamar la atención" o "impresionar".

Pero en esta novela todo es inconcreto, abstracto, simbólico. Más que una novela parece un diario donde la protagonista va contando sus reflexiones sobre todo tipo de cosas. Bueno, habla de su matrimonio, de su trabajo como funcionaria de Hacienda, de la vida, de la muerte... pero sobre todo del amor, del sexo y de la edad, haciendo alusión al título de la obra. Pero ni siquiera estas reflexiones resultan novedosas. Más bien son tópicas, lo del marido con la amante veinte años más joven (y para más inri, secretaria del susodicho), el temor de ella a que el chico (su amante ocasional) descubra su edad madura, etc. Esa obsesión por los años es el leit motiv de toda la novela, hasta resultar algo machacón.

Es una novela que produce mucha frustración en su lectura, ya que esperas siempre algo que no llega. La autora no dramatiza las situaciones, las cuenta, sin diálogos, sin detalles, despojadas de todo sentido de lo real, regodeándose en la calidad de su prosa y en lo supuestamente interesante de sus ideas.

Así pues hay una historia de amor que no se ve, un viaje en coche que solo se atisba, y que más bien parece un viaje mental, un accidente de coche sin significado dramático, y unos recuerdos y pensamientos de la protagonista, mezclados a veces con los de él que no aclaran mucho de su decisión de dejarlo todo atrás. También menciones a la ciudad de Nauchipán, a la forma de ser de sus habitantes y sus costumbre, que recuerda a la obra de Calvino ("Las ciudades imaginarias"), y cómo no, ejemplos del amor entre mujeres maduras y hombres más jóvenes como R. L. Stevenson y Fanny Osborne... Ya digo, es como un cuaderno de bitácora (o una fábula) más que una narración bien trabada. Carece de emoción y no implica al lector en la trama, que no hay.

Además, para hacer bulto, la autora utiliza el truco de "Seda", de llenar capítulos con un solo párrafo, generalmente sentencioso, con ínfulas líricas. Eso implica que se lee muy rápidamente.

Insatisfactoria y aburrida.

Fue finalista del premio Primavera de Novela en el año 2004.

Algunos fragmentos (son capítulos enteros cada uno de ellos):
Dicen que en Nauchipán sólo mueren los que creen que son mortales. Todos nacemos inmortales, cuentan. Morimos porque creemos que vamos a morir.
Parece fácil ser inmortal, pero incluso la mayoría de los hombres de Nauchipán carecen de la fe necesaria. Empezamos a ver a la gente que muere a nuestro alrededor. Y acabamos por dudar, por creer que quizá nosotros también moriremos y en el momento en que lo creemos por vez primera empezamos a morir, y con nuestra muerte sembramo la duda en el corazón de otro que había nacido inmortal como nosotros.
Y la duda acaba matándole.
Y habrá Bancos de Tiempo, los que tengan tiempo de sobra lo meterán en un banco y otros podrán tomarlo prestado. Habrá gente que venderá su tiempo, como hoy los pobres venden su sangre.
Y habrá ladrones que robarán el tiempo de los demás y lo venderán en el mercado negro.
Gente que empeñará su tiempo para pagarse vicios que no merecen la pena.
Y otros que ahorrarán tanto tiempo que no les quedadrá vida para gastarlo.
Claro que el tiempo de todos no valdrá lo mismo, será muy difícil hacerse con tiempo de calidad, porque los que tienen tiempo exquisito son los que lo guardan para sí mismos y no lo cambian por nada.
En esos días la gente de Nauchipán podría hacerse rico si sólo saliera al mundo y vendiera su tiempo.

Esa noche acampamos en un bosque de pinos. Las agujas atraviesan la piel de la tienda.
Huelo a verde.
Hacemos una hoguera en el linde del bosque. Yo tengo miedo a que todo se incendie. Nunca he hecho una hoguera en el bosque. Las mejillas nos arden al calor de las llamas como si ya hubiéramos bebido vino. Miramos al fuego y el fuego nos emborracha. Es como el mar. Se puede ver todo en el fuego.
Alimentamos al fuego como a un dios, pero es un dios insaciable. A medida que el fuego se va apagando nosotros nos vamos encendiendo.
Nunca había pasado una noche con un hombre a la luz del fuego.
Qué triste hubiera sido haber muerto sin llegar a probarlo.

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domingo, 14 de diciembre de 2008

El secreto de los Assassini, de Mario Escobar


El secreto de los Assassini
Mario Escobar Golderos
Ed. Factoría de Ideas
346 páginas


Argumento:

Una princesa huida de un harén pide ayuda a Hércules Guzmán Fox, Lincoln y Alicia Mantorella, que se encuentran de vacaciones en Estambul, en su viaje a lo más profundo del desierto en busca de un tesoro trascendental y misterioso, con toques esotéricos. Mientras tanto, en Europa, las naciones se destrozan en la Gran Guerra, ajenas a los manejos de la peligrosa secta de los Assassini, que también está interesada en el Tesoro y en cosas peores.

Comentario:

La tercera aventura de la pareja Lincoln-Hércules Fox (acompañados en esta ocasión, como en El Mesias Ario por Alicia Mantorella) se inicia con un prólogo lleno de acción que nos introduce de lleno en la aventura, dejando caer algunas gotas de misterio para lograr la pertinente intriga. Tras el prólogo, la acción continúa en el exótico decorado de la Iglesia de San Sergio, en Estambul, en el año 1914, donde al elemento misterioso se une la insinuación de una incursión en lo fantástico, que luego se desarrolla. Así pues, ya solo leyendo estos dos primeros capítulos podemos intuir cómo va a ser la tónica general de la novela: acción a raudales para contar la historia de un viaje por tierras de Oriente en busca de un fabuloso tesoro (cuyo valor no es material).

Como en las otras novelas, Mario Escobar sacrifica un poco el tema intimista y el desarrollo de las personalidades de los personajes a favor de la aventura, siempre salpicada por extensas notas históricas que nos permiten situarnos en un contexto más amplio que el de la peripecia argumental propiamente dicha. Como historiador, Mario nos ofrece el panorama de inicios de la I Guerra Mundial, a través de las intervenciones de varios personajes que los protagonistas se van encontrando en su  viaje, con el rigor y eficiencia que le da su formación profesional. Una vez más, nos vuelve a acercar a unos hechos que si bien no son tan desconocidos como los que tocaba en sus anteriores novelas, sí que se pueden considerar poco explotados en el marco de las novelas de género, como es el del exterminio del pueblo armenio por parte de los turcos, la existencia de las escrituras Lineal A y B,  o el reino de Meroe.

Vuelven también a aparecer personajes históricos reales que se relacionan con los novelescos, algo que resuelve bien en el caso de Churchill (al cual los protagonistas ya conocían desde Conspiración Maine) o no tan bien, a mi modo de ver, en el caso de Nikos Kazantzakis, a quien se le atribuyen arbitrariamente unos conocimientos de escrituras antiguas de los que carecía (según nota del propio autor, al final), y cuya inclusión en el elenco no se entiende mucho (su rol podría haberlo realizado un personaje ficticio, sin que la novela se resintiera). Entre las figuras históricas me ha gustado sobre todo Ataturk. El autor huye del maniqueismo y de la tentación de retratar buenos y malos, dejando ver las disensiones internas del gobierno turco en el tema armenio. Es curioso que también en el asunto espinoso del derecho de los pueblos a la autodeterminación Mario Escobar mantiene, a través de sus personajes, una actitud objetiva (Lincoln pregunta a algún rebelde armenio si merece la pena la insurrección, si no están bien en un marco multicultural como el Imperio Otomano, etc) Y digo que es curioso porque normalmente los autores suelen optar por la visión "romántica" del "luchador de la libertad".

Aunque como mencionaba anteriormente el autor no se para mucho en el desarrollo de los personajes, que quedan caracterizados  por unos cuantos rasgos (Lincoln es un creyente que siempre lee la Biblia; Hércules es un tipo racional y lógico, sin creencias sobrenaturales, más lanzado que su amigo, etc), estos que resultan visibles y distinguibles. Destacable es que por fin Alicia se muestra con fuerza. El autor aprovecha los diálogos con la otra mujer, la misteriosa Yamile, proveniente de otra cultura, para hacer ver las ideas avanzadas y feministas de Alicia, que se define casi como una solterona independiente y enamorada (dice que tiene más de treinta años y que es dudoso que se case), que parece tomar la iniciativa con el tímido Lincoln, un poco inseguro en lo que respecta a su relación con ella debido a su color de piel (es afroamericano). El autor, como su personaje, se muestra algo pudoroso al mostrarnos los sentimientos de ambos, cuyo amor se pone de manifiesto en la escena del beso y poco más. Claro que en aquella época tal vez la gente se reprimiera mucho  más que ahora. Sin embargo, hay algunos comportamientos de los personajes que están poco justificados, como las razones de Hércules al final de la novela para ir a cierto lugar, o por qué ayudan a Yamile sin conocerla de nada, etc, etc.

Algo que me ha llamado la atención, en relación con el resto de novelas de la serie, es la irrupción de ese elemento fantástico que mencionaba al principio, y que el propio autor deja caer ya en el primer capítulo, con la insinuación de que esa mujer exótica con la que tratan los aventureros y que se muestra tan joven y guapa, podría tener más edad de la que aparenta... No he podido evitar recordar a las viejas novelas del XIX, en especial a "Ella" de Rider Haggard en este punto. De hecho, toda la novela recuerda a los clásicos de aventuras, con viajes en camello por el desierto, ruinas de viejas civilizaciones, ataques de hombres armados, escaramuzas,  valles solitarios cargados de leyendas, castillo poblados por enigmáticos villanos que drogan a sus sicarios...

Otro detalle es que pese a que la obra está rigurosamente documentada, el autor se permite fantasear (basandose en datos reales). Eso es algo que yo siempre valoro porque en el fondo una novela es una ficción, y no un ensayo. En esta ocasión, se toma el hecho real del exterminio armenio y el de la existencia de la secta de los Assassini y ciertas ideas mesíanicas (o mejor dicho referidas a la figura equivalente del Islam, El Mahdi) para construir una trama conspiratoria original y que puede sorprender por sus implicaciones y repercusiones incluso en la actualidad.

La prosa es sencilla y fácil de leer, aunque considero que el autor abusa de las conjunciones copulativas para unir frases. Entre las cosas que menos me han gustado, o que me parecen innecesarias, está lo de meter flashbacks o historias del pasado relacionadas con la joya, que creo que no aportan gran cosa, ya que todo lo importante nos lo cuentan los personajes del presente. Lo bueno es que tampoco ocupan mucho espacio en la obra.

En resumen, una novela para amantes de las aventuras con un trasfondo histórico riguroso y su dosis de fantasía. Y una buena ocasión para recordar que la historia a veces se repite, sobre todo en lo malo...

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lunes, 8 de diciembre de 2008

El Mapa del Tiempo, de Félix J. Palma


PREMIO ATENEO DE NOVELA 2008
El Mapa del Tiempo
Felix J. Palma
Editorial Algaida
628 páginas


Argumento:

Londres, 1896. La empresa de viajes Temporales Murray ofrece al público la posibilidad de viajar al año 2000. Solo el escritor Wells, autor de La máquina del Tiempo, duda de la posibilidad real de tal hecho. Pero el joven y enamorado Harrington, desea viajar al pasado para evitar un crimen, mientras la inadaptada Claire sueña por su parte con el futuro y un amor romántico.

Comentario:

El Mapa del Tiempo es una novela que mezcla varios subgéneros literarios con gran acierto, de una forma fluida. Ese mismo eclecticismo permite hablar de ella como obra de aventuras, de misterio, ciencia ficción, fantasía, romántica, histórica incluso, tomando como guía los cánones del folletín decimonónico.

Lo primero que destaca nada más abrirla, ya en la primera página, es lo bien redactada que está. Esto que debería ser la norma, se convierte en algo a reseñar en los tiempos que corren donde se observa cierto descuido por parte de muchos autores en los elementos formales de la escritura. Palma conjuga de un modo magistral una prosa literaria, de frases elaboradas y de una gran calidad, con una historia muy interesante y ciertamente ambiciosa en sus pretensiones. Nos deslumbra haciendo una especie de compendio de todos los iconos literarios e históricos del XIX: Wells, Verne, la fe ciega en el progreso de la ciencia y en las maravillas que vendrían, Jack el Destripador, Stoker, El hombre elefante, El Hombre Invisible, la máquina del tiempo del propio Wells. La ambientación es extraordinaria, y además, está introducida con muy buen tino, aprovechando las circunstancias que la propia trama provoca. También me ha gustado que no nos lo explica todo como si se dirigiera a una persona del siglo XXI. Palma  nos hace creer que estamos en el siglo XIX y da la información y el punto de vista que tendrían gentes de esa época. Huye del didactismo en el apartado histórico, lo cual demuestra que es un autor con recursos que busca un resultado artístico por encima de todo. Como diría él, el bestseller no tiene por qué estar reñido con la calidad literaria.

La obra está dividida en tres partes que narran diferentes historias, pero unidas entre sí por el tema de fondo, el estilo, algunos personajes que en una parte son secundarios y en otras protagonistas, y sobre todo por la figura de H.G. Wells, famoso novelista de anticipación de la época. Esta estructura, quizás deudora del pasado como cuentista del autor, nos permite profundizar en la peripecia de esos personajes de un modo más intenso, aunque quizás diluye un poco (solo un poco) el interés en la trama general.

En la primera parte, un personaje se dispone a suicidarse, impulsado por la terrible pérdida de su amada, la tristemente célebre Mary Kelly (aquí llamada Marie Kelly), que como se recordará, fue una de las víctimas de Jack el Destripador.

Tras la presentación del conflicto del personaje, se realiza un flashback que nos traslada a 1888, fecha del fatídico suceso (y por ende, de los crímenes de Jack), en el cual el autor nos narra cómo se enamoró el joven suicida de la prostituta, con ese amor tan idealizado y a la vez apasionado que vemos en los folletines del XIX. Incluso la forma de conocer a Marie (a través de un retrato) resulta increíblemente literaria. También lo es la relación entre el joven y su primo, que recuerda y mucho a las intensas amistades entre hombres que se suelen describir en las novelas de la época. Se nota que Palma es una persona muy leída y que se ha documentado a conciencia, no solo en los datos, sino también en lo que respecta al espíritu del siglo, cosa que es mucho más difícil. En esta novela realmente ves el XIX, sientes que pudo ser así, o al menos que es bastante verosímil y similar a la mentalidad de aquellos tiempos, esa ingenuidad (una cuestión muy importante para entender el resto de las peripecias y sus implicaciones, su verosimilitud), esa fe en el progreso...

La primera historia se resuelve con la intervención de dos elementos que tendrán su relevancia y su propia historia a lo largo del resto de la novela: la empresa de viajes en el tiempo Murray y el autor Wells, ambos relacionados también entre sí. Y es que esta novela posee una complejidad estructural y argumental por encima de la media. Cada detalle es importante, y puede volver a surgir en otro punto, con una nueva interpretación.

La historia de cómo surgió la empresa de viajes en el tiempo, con el descubrimiento en África de un "agujero" espacio-temporal por parte de unos exploradores, es homenaje a las novelas de aventuras coloniales y de viajes y exploración. Personalmente, me recordó un poco a "Pandora en el Congo", novela de Piñol, que también es homenaje a ese tipo de aventuras. A pesar de su cariz fantástico, encaja en la obra, pues al ser narración de un personaje podemos presumir que quizás no dice toda la verdad. Sobre este punto hay que agradecer al autor que no juegue con cartas marcadas. No trata de engañar al lector en ningún momento, y por eso es fácil deducir que no todo lo que se narra es real (como cierta representación que realiza Wells para hacer un favor a alguien que le pide ayuda).

La segunda historia desgrana la relación amorosa entre una mujer del siglo XIX y un hombre del año 2000, cuyo trasfondo el lector conoce, pero no así el personaje femenino de Claire, chica inconformista que no quiere casarse con quien le impongan sino con alguien que sea su gran amor. Durante un viaje organizado por la empresa Murray al año 2000 conoce al capitán Derek Shakelton, líder de los humanos en lucha con un ejército de máquinas. Al dejarse olvidado su paraguas en el futuro, Derek regresa al pasado y se lo devuelve, aprovechando para sacar cierto "beneficio" de la joven. Esta curiosa historia requiere de cierta abstracción mental para comprender el tiempo cíclico en el que están atrapados los amantes, que se mandan cartas "a través del tiempo" dejándolas en lugares prefijados. Aquí una vez más, se pone de manifiesto el amor idealizado en contraposición con el puro deseo carnal (el del hombre del año 2000), y también cómo en el fondo el amor puede ser un juego de apariencias y mentiras, por mucha palabrería romántica que haga derramar. Wells también interviene en esta aventura de un modo crucial. Como en las otras partes, el autor aprovecha para desarrollar facetas de la personalidad del escritor y contarnos un poco su biografía y su relación con las mujeres. El amor de Claire y el capitán Derek influye en la vida de Wells y en sus sentimientos.

En la tercera historia, el autor se desmarca del tono realista del resto de la obra con una salida fantástica o de ciencia ficción, que quizás descoloca un poco al principio. Para mí es la parte más complicada de entender, con la historia de un viajero en el tiempo (en realidad de varios) que mezcla universos alternativos y conceptos algo arduos, aunque bien explicados, y una trama algo rebuscadilla pero interesante, y donde Wells ya se convierte en el protagonista absoluto, llegando incluso a desdoblarse en un viaje a través del tiempo, donde vuelve a jugarse otra vez con el tema de la comunicación entre personas que están en diferentes épocas, y de cómo eso puede o no influir en el futuro (o el pasado). Quizás como punto menos positivo se podría señalar que  hay algunas situaciones en la novela que se repiten (esta es una de ellas, pero también el hecho de que los personajes masculinos se enamoran al instante de las féminas y alguna otra similitud en las historias de amor)

En esta novela el aspecto formal se relaciona íntimamente con lo que se narra, hasta tal punto que uno modifica el otro. El narrador en tercera persona, omnisciente, y que se jacta de ello, es un personaje más de la novela, que nos va contando la historia como si fuera un cuento, apelando al lector en ocasiones, incitándole a la lectura, haciendo comentarios sobre lo que describe o sobre los personajes, de una forma metaliteraria. En algún momento incluso ironiza sobre la digresión, afirmando que mientras cierto personaje va de camino en un coche de caballos a otro lugar, puede aprovechar para contar otra cosa más interesante. Y en otra ocasión, se permite una elipsis al dejar a solas a dos amantes, y a nosotros, curiosos espectadores, fuera del cuarto,  imaginando todo. El componente metaliterario y homenajístico de esta novela es muy importante, y una vez más me remito a "Pandora en el Congo", novela a cuya esencia me ha recordado mucho. De hecho, ese narrador que se nos manifiesta en la última página, cambia al final la percepción que tenemos de una historia que está llena de guiños no solo literarios sino también cinematográficos. No solo las descripciones son muy plásticas, sino que se mencionan  explícitamente películas como  "The Time machine", protagonizada por Rod Taylor, en una escena en la que cierto personaje del pasado va al cine (esta escena, por cierto, me recordó a una similar de "Entrevista con el Vampiro"), o te vienen a la cabeza otras como "El Hombre Elefante" (la escena en la que Wells se entrevista con John Merrick y ve la iglesia de cartón que este construye), "Time Cop", "Regreso al Futuro" y sobre todo "Terminator".

También se habla del poder de la literatura como ensueño, como fantasía capaz de cambiar las vidas de las personas, y del mundo literario (la crítica que hace Wells a un relato de Murray, al que pone fatal, y que es desencadenante indirecto del resto de la historia). Y cómo no, teniendo en cuenta el tema, filosofa sobre las implicaciones de los viajes en el tiempo, la responsabilidad o irresponsabilidad de cambiar el pasado para arreglar cosas, las diferentes teorías al respecto, etc, etc.

En resumen, una novela muy bien escrita, compleja, ambiciosa, con unos personajes distinguibles, y con conflictos propios y bien desarrollados, bien ambientada, en la que casi no hay nada que sobre, pese a su extensión, y que además puede introducir en el conocimiento de los autores de esa época, para quien no los conozca, en especial de Wells. Los amantes de las especulaciones sobre viajes en el tiempo tampoco se lo pueden perder.

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martes, 2 de diciembre de 2008

El documento Saldaña, de Pedro de Paz



Editorial: Planeta S.A.
425 páginas
19,95 €

Argumento:
Miguel Cortés, de profesión persuasor, es contratado por el abogado Luis Araujo, en nombre de un cliente, para que recupere un documento que ha desaparecido tras el asesinato de Sara Bianchi, directora de adquisiciones de una galería de arte que había sido encargada de autentificarlo. También el asesino Mihail Vassiliev y Lola Álvarez, compañera de trabajo de la fallecida, tienen interés en el documento.

Comentario (con Spoilers):

La lectura de un primer párrafo que desvela el asesinato de Sara Bianchi restando dramatismo a la subsiguiente y detallada descripción del hecho o la aparición de un protagonista cuyo pasado se resume en unas cuantas frases inconcretas (más tarde se desarrolla lo que en principio parece una mera lista) no parece muy prometedora.

Si a eso se añade que, sobre todo en los primeros capítulos, abundan las frases hechas y lugares comunes, a veces la narración es explicativa, hay algunas palabras cuyo significado no parece corresponder al contexto en el que se incluyen o que las frases a veces son largas y desordenadas, se podría esperar lo peor.

Sin embargo, según se avanza en la lectura, la agilidad de la trama (y la mejora en la redacción) consigue que sólo se note de forma ocasional.

El autor utiliza con habilidad recursos como poner capítulos breves que alternan las peripecias de Cortés, Vassiliev al servicio de Yurov y Lola Álvarez, mostrando los avances de cada personaje mientras administra la información que obtienen los personajes (y quien lee) y mantiene la intriga sobre lo que pasará a continuación.

Más tarde, tras unirse Cortés y Álvarez con su copia del documento, comienza una competición entre ellos y Vassiliev y Varela (experto en Saldaña) en su intento de interpretar las pistas y encontrar el tesoro escondido. A este respecto es de destacar que el autor no haya optado por la búsqueda de uno de esos objetos de moda en las últimas novelas del género, decantándose por algo más modesto (en el sentido de menos popular y conocido) y, en cierto sentido, "original".

También resuelve con habilidad y verosimilitud la parte en la que ambos bandos intentan descifrar las pistas dejadas por Saldaña para que encuentren su legado. En lugar de plantear claves complejas y retorcidas el autor apuesta por la lógica: si una de las ideas que se les ocurre les lleva a un lugar relacionado con aquellos en cuya construcción colaboró Saldaña es casi seguro que acertarán. Los mismos protagonistas dicen, con razón, que la finalidad de su dueño era que su tesoro fuera encontrado, por lo que las pistas no pueden tener excesiva dificultad.

En cuanto a los personajes, aunque el villano Vassiliev es un tanto tópico en su maldad (sin sentimientos, sólo disfruta matando) es destacable que incluso los secundarios tienen su puntito de personalidad, como los amigos de Cortés, Flores y el policía Tejada, cada uno en un lado de la ley y con un pasado más o menos intuido con el protagonista (ejemplares las escenas de presentación de ambos y la complicidad subyacente en los diálogos con Cortés) y con su propia utilidad dentro de la trama (otro dato a señalar, que cada personaje, situación y recuerdo tiene un sentido y finalidad) .

Destaca también Durruti (homenaje/guiño al titulo de otra novela del autor), el gato de Cortés, con una divertida y creíble personalidad felina, poco amigo de su amo, que se erige en protagonista de las dos o tres escenas en las que aparece.

La coprotagonista, Lola Álvarez, "traductora" del documento, que está en el caso por su amistad con la asesinada Sara Bianchi y como homenaje a su familia, muestra tener una personalidad que destaca en la negociación con Matías Roncero, el enfrentamiento del comienzo con Vassiliev (es capaz de reaccionar y sobrevivir a su ataque) o tomando las riendas en la relación con el protagonista.

Miguel Cortés, que se presenta al comienzo del la historia como un hombre capaz de (casi) todo por dinero y cuyo honor hace que termine cada trabajo que le encargan, tiene una marcada evolución, originada en el asesinato de la joven prostituta Yrina, el clásico de alguien "cercano" al protagonista (quien ya influyó en su vida en el pasado y le reconcilia consigo mismo en el presente), que cambia sus motivaciones y hace del caso algo personal.

Además, se establece cierto paralelismo entre Cortés y Vassiliev (quizá no es casual que ambos se llamen igual: Miguel y Mihail) en cuanto a lo que son capaces de hacer por conseguir sus objetivos, que tiene su importancia durante el enfrentamiento final, en el que destaca la diferencia, de carácter moral, entre ambos.

Incluso Madrid se convierte en parte integrante de la aventura, aprovechando diferentes localizaciones, con especial relevancia en la elegida para el desenlace de una historia que rememora, en varias ocasiones, instantes e imágenes de diversas películas.

Sin embargo, lo más interesante de la novela es que, desencadenada por la búsqueda del tesoro, se desarrolla una trama paralela de carácter personal que avanza al mismo nivel que la otra, influyéndose mutuamente hasta desembocar en la consecución de un premio "espiritual" equiparable al material.

En resumen, la progresión lógica de la investigación, aderezada por la creciente atracción entre Cortés y Álvarez, la mencionada competición por encontrar el legado de Saldaña y la evolución de algunos personajes, dan como resultado una novela digna y entretenida, que no es poco.



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