sábado, 14 de noviembre de 2009

La fiesta de Orfeo, de Javier Márquez Sánchez

 La Fiesta de Orfeo
Javier Márquez Sánchez
Editorial Almuzara
384 páginas


Argumento:
El descubrimiento de todo un pueblo brutalmente asesinado en la frontera entre Inglaterra y Escocia en los años cincuenta, desencadena una investigación policial para tratar de averiguar qué ha ocurrido. Paralelamente, el famoso actor televisivo Peter Cushing es contratado por la productora Hammer Films para protagonizar una película de terror que revolucionará el género, al incorporar el color y actualizar los mitos fantásticos de los años treinta. Una misteriosa cinta de la época del cine mudo, "La fiesta del señor Orfeo", juega un papel importante en los sucesos investigados.


Comentario:

Aunque la novela adolece de algunos errores en lo estrictamente literario, consustanciales a su carácter de ópera prima del autor, también posee virtudes que la hacen grata de leer, sobre todo para cierto tipo de lectores aficionados al cine. Toda ella es una declaración de amor al séptimo arte, en su vertiente del género terrorífico y fantástico; respira cine por los cuatro costados, lo que tiene su lado bueno y su lado malo.

A mí, particularmente, lo que más me ha gustado es la parte mitómana, en especial, aquella donde aparece Peter Cushing, famoso actor británico encasillado en fantaterror, y uno de los iconos, junto con Christopher Lee, de la productora Hammer, que tantas películas de bajo presupuesto, pero gran influencia y éxito popular, diera al mundo. Lo mejor son sus primeras apariciones, donde se le presenta a él y a su mujer, Helen, que tanta importancia tendría en su vida, y a la que al parecer le unía un intenso amor. También es interesante el recuerdo a la historia de Hammer, con la mención de esos nombres tan conocidos para los aficionados, como Carreras, Asher, y el resto de la gente de la compañía, Terence Fisher, Lee (aunque, en este caso, su aparición se hace algo corta). El autor habla de la filosofía de la Hammer respecto al cine, y nos cuenta anécdotas, que no por conocidas son menos divertidas, como la de Lee y el innovador maquillaje elegido para su papel como Criatura de Frankenstein, que espantaba a los demás a la hora de comer...

Sin embargo, creo que lo que es su virtud (la mitomanía) es arma de doble filo, al menos para las personas que conocen en demasía este género, puesto que se pueden encontrar, de pronto, leyendo escenas que  recuerdan a las películas a las que se homenajea; y, a veces, queda como un cóctel de ingentes referencias demasiado obvias y a veces no bien trabadas, incluso algunas gratuitas (Kidd y Wint, de James Bond; el Duque de Richleau y "La Novia del Diablo"; "El Exorcista"; "Pánico en el Transiberiano" y Alexander Saxton; "La Profecía", con varias escenas; "La Gorgona"; "El príncipe de las Tinieblas", de Carpenter; "Wicker Man"; las películas de Roger Corman sobre el ciclo de Poe, con Vincent Price; La Calavera de Sade; y un larguísimo etc de homenajes que entorpecen la concentración en la historia. Incluso hay referencias medio literarias, medio cinematográficos, como las de "El Nombre de la Rosa". Entre los actores famosos citados, y que también aparecen como invitados especiales, Boris Karloff, representante del género en la anterior generación.

En cuanto a la trama en sí, también es un claro homenaje a las películas, no solo de Hammer, sino también de otras productoras de bajo presupuesto y al género de terror en general, algo descabellada, a veces poco lógica, y con cosas que quedan sin mucha explicación, y con todos los elementos de una clásica peli "Hammer" (duelos a espada, el malo satánico de manual...). No es de extrañar, pues, que el mcguffin de la obra sea precisamente otra película, "La Fiesta del Señor Orfeo", que remite a la época dorada de Hollywood y a su leyenda maldita.

No se puede negar que el autor ha logrado captar el espíritu de esas obras, y además, en cuanto a ambientación, todo queda bastante "inglés", con tanto Lord, Sir, profesores, doctores e inspectores de Scotland Yard.

Entre lo menos bueno, como ya mencioné, algunos detalles de la trama quedan un poco en el aire, puesto que no se explican, o las explicaciones, no resultan convincentes. Personalmente, considero que el género fantástico, pese a lo que pudiera parecer, requiere de un especial cuidado en la justificación de los hechos, de modo que no parezca que todo sucede "porque sí" o "porque le da la gana al autor". En este libro, algunas escenas parecen algo forzadas (como una en la que los protagonistas abandonan cierta sala, y ya imaginamos por qué, pero tampoco parece muy lógico que tomen esa decisión; o que encuentren determinados pasajes secretos, casi al azar; o los motivos y actuaciones de Satán en relación a la película "La Fiesta de Orfeo"; los planes de los malos; cómo escapan los protagonistas de ciertos lugares; etc, etc). También se observan algunas erratas y errores ortográficos y de puntuación; y algún diálogo explicativo que trata de poner al lector en antecedentes (en la parte de Hammer).

El personaje que se nos hace más cercano y mejor descrito es Peter Cushing, por descontado. Me ha gustado leerlo como personaje de ficción, ya que admiro mucho a este actor, tan poco valorado. Los otros cumplen su función, cada uno en su rol arquetípico y como homenaje de otros personajes paradigmáticos de la fantasía cinematográfica, sin excesiva profundización.

Si hubiera que decir, en resumen, lo que me ha parecido esta novela tendría que decir que leerla ha sido como ver una peli Hammer, tan certera ha sido la aproximación del autor a la esencia de estas obras.

Leer primer capítulo

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