viernes, 22 de enero de 2010

Firmado por el vampiro, de Fernando Lobohem


Firmado por el vampiro
Fernando Lobohem
Ipunto Ediciones y Publicaciones, S.L.
200 pp


Argumento:
Un ambicioso ejecutivo madrileño ve como se trastoca su vida tras irrumpir en ella un grupo de vampiros crueles, amorales y malvados.

Comentario:
Aunque el tema vampírico, tan de moda, parece estar agotado y trillado, la propuesta de Fernando Lobohem aporta una nueva perspectiva, en este caso, adoptando el punto de vista del realismo. No es que los vampiros de su novela no tengan poderes, que los tienen, y toda una suerte de extraordinarias características físicas (propias del género fantástico), sino que destacan por actuar en un medio reconocible y cercano como es Madrid. También porque el protagonista reacciona con cierta incredulidad ante los sucesos que le acontecen, cosa que es lógica, y trata de analizarlo racionalmente. El libro se mantiene de principio a fin en la ambigüedad, de todas formas, ya que el propio protagonista duda de si lo que le ocurre es una alucinación o un hecho real. Eso le da una cierta originalidad a la historia, pues podría ser lo mismo del género fantástico que del de terror psicológico.

La descripción de los vampiros se aleja del prototipo romántico: se trata de depredadores que van en "manadas", con una fuerte estructura jerárquica, gran fuerza física, capacidad hipnótica abrumadora, y exaltada libido. Como en muchos de los relatos canónicos sobre el tema, se equipara mordedura con obtención de placer sexual. Por otro lado, a lo largo de las escasas doscientas páginas de la novela abundan las escenas de sexo. De igual modo, se mueven con toda libertad, incluso bajo el sol, y pasan desapercibidos entre la población común, ya que muchos de ellos son empresarios y gente que se mueve por los ambientes más pijos de la capital. Sobre este particular, destaca el número de marcas que aparecen en el texto (Cartier, Calvin Klein, etc), a veces abusivamente, en el deseo de caracterizar la forma de vida del protagonista (que, entre otras cosas, conduce un Porsche Carrera) y los lugares que frecuenta.

Resulta curioso y llamativo que los propios vampiros, lejos de atormentarse con su destino, o de lamentar sus actos, necesarios para la supervivencia, pero increíblemente violentos y sanguinarios, se jacten de ser un escalón superior de la evolución humana. A este respecto, se lee entrelíneas la interpretación que el autor da sobre el mito del vampiro, un ser que encarnaría al superhombre nietzscheano, una criatura que está libre de ataduras morales, entregada a la violencia y el sexo, capaz de dominar al prójimo y tratarlo como un esclavo (así es como llaman ellos a los humanos normales), y para colmo, dotado de un cuerpo mejorado e inmortal, es decir, un sueño o deseo oculto de la humanidad, o de su lado más oscuro. El aspecto filosófico es el más interesante de la novela, sin duda.

En cuanto a lo estrictamente literario, la prosa es correcta, y fluye bien. Para mi gusto la narración va muy rápida, y esto creo que es debido a la ausencia de descripciones y a la acción continua (demasiado continua), que alterna las negociaciones de la empresa Repsol, donde trabaja Luis (el protagonista), con la empresa de los vampiros (plano más realista); y los diversos ataques brutales de estos, que buscan involucrarle en su "manada", amén de su relación amorosa con una de ellos, y sus sueños extraños y confusión de fantasía y realidad.

Al final, el libro pierde un poco de fuerza, y quizás las dudas del protagonista son demasiado similares y repetivas. Sin embargo, se lee muy deprisa y no aburre en ningún momento. Eso sí, es algo breve, lo cual no permite profundizar mucho en algunos de los personajes y situaciones, centrándose, casi por completo, en la acción (agresiones, persecuciones, etc).

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

domingo, 17 de enero de 2010

Vampyr, de Carolina Andújar

 Vampyr
Carolina Andujar
Editorial Mosaico (Norma)
504 páginas


Argumento:

Una nueva chica se incorpora al internado, y nada más verla, Martina sabe que no tiene buenas intenciones. Tal y como había sospechado, se trata de una vampyr, una criatura que bebe sangre, y que, lamentablemente, va a por ella. Pronto, empiezan a ocurrir misteriosos ataques, y a circular el rumor de que anda rondando un extraño jinete...


Comentario:


Lo primero que destacaría es que la novela, narrada en primera persona, está muy bien redactada. La prosa es fluida, natural y correcta, con un buen vocabulario, y cierta soltura en los diálogos. La autora sabe escribir, y sabe cómo contar lo que quiere contar. Me ha sorprendido que sea tan joven, y ya tenga esta capacidad narrativa, este potencial. Eso sí, a veces se regodea y alarga las escenas y los diálogos de una forma desmesurada. No conoce la elipsis ni el resumen. Podría decirse, pues, que es la típica novela primeriza donde aún no dominas la técnica (las elipsis y eso, que los personajes hablan por los codos, algunos detalles ingenuos, etc..), pero al tiempo tiene la frescura de la juventud.

Lo segundo, que todo en ella remite a novelas y relatos góticos, pero de los de verdad, los del siglo XIX. y es que por el estilo y por la trama parece algo anacrónica, no lo digo peyorativamente, sino solo a título de descripción. Es decir, tiene todos los ingredientes de una novela decimonónica de estilo romántico: ambiente dominado por la religión, chicas algo inexpertas desde el punto de vista amoroso-sexual (cosa lógica a finales de ese siglo), internados remotos, situados en viejos castillos rodeados por montañas, tormentas, desconocidos que intervienen para salvar a la heroína in extremis, malvados muy malos, herencias inesperadas, bodas desgraciadas, leyendas, gitanos con tormentosas historias a cuestas, etc.

El libro recuerda un poco a Drácula, y también mezcla a personajes reales asociados con el vampirismo, como la condesa Bathory. Es, dicho en una palabra, un folletín del XIX. Y a mí, la verdad, me gusta más este estilo deliberadamente anacrónico que los vampiros de diseño de hoy en día. Pero eso va en gustos, supongo.

Eso conlleva por ejemplo que algunos pasajes, sobre todo el principio me hayan hecho reir, por la ingenuidad de las protagonistas, o tal vez por la forma de narrarlo la autora, llena de un sutil sentido del humor. Hay, como en los folletines de toda la vida, casualidades (casi todos los personajes tienen una relación con los vampyrs, etc) y golpes de fortuna, que, sin embargo, y esto hay que valorarlo, están en su mayor parte justificados y explicados de forma convincente, lo cual denota una planificación eficiente.

La ambientación es buena, y eso creo que es uno de los puntos fuertes de la novela, junto con su prosa y su potencial narrativo. La acción se desarrolla en lugares reales de Europa, como Suiza, París, Hungría, etc, sin embargo, la autora reinventa estos lugares de modo que crea un mundo propio y coherente, donde todos los elementos resultan creíbles, incluso los más fantásticos. Es nuestro mundo, pero al tiempo no lo es (los vampiros no son vampiros sino vampyrs, utiliza leyendas propias). Un punto de auténtico escritor, un rasgo de arte literario.

Aunque hay algunas gotas de romance, este no es meloso ni agobiante, sino que se mantiene en su justo punto, en especial el de la protagonista y el de su amiga.

Otro rasgo clásico es que recurre al menos en dos ocasiones a intercalar historias de otros personajes en la trama, alguna de ellas un poco larga. Mención especial a la última, donde uno de los personajes narra o explica lo que ha pasado anteriormente pero desde su punto de vista. Como en muchas novelas góticas del género se intercalan cartas y fragmentos de diarios, que permiten conocer lo sucedido a otros personajes.

En cuanto a los personajes, resulta muy interesante la narradora protagonista, Martina, una chica independiente, inteligente, bondadosa y llena de virtudes, capaz de manipular las situaciones a su favor, de humillar a los malos, valiente, y nada interesada en el matrimonio. También destaca su amiga íntima, Carmen, burlona y erudita en temas esotéricos, y, por supuesto, la mala malísima, Susana Strossner, que atesora todos los vicios y maldades, pero que tiene cierta ironía en su trato con los demás (sus divertidos diálogos con la criada, al principio, donde la amenaza y asusta). Los vampyr son presentados como criaturas amenazadoras, viciosas, ansiosas de inmortalidad y eterna juventud, malolientes, caprichosas, satánicas casi, sin escrúpulos morales, muy vengativos, etc, ningún parecido con Crepúsculo y similares.

En cuanto a la estructura, empieza muy bien, se mantiene el interés a lo largo del nudo, pero creo que baja un poco al final, y este resulta un poco... no sé cómo decir, porque es el final que encaja en la obra, y sin embargo.... hay algo en él que no me convence del todo. Supongo que la historia intercalada que va justo antes del desenlace es un poco anticlimática, por exceso de páginas, y cuando llegas al término, parece que has perdido algo de fuelle.

De todas formas, la valoración general es muy buena.

Lo llamativo de la novela es la revisión que hace del género gótico en estado puro, la ambientación, la visión de los vampiros como seres repugnantes y realmente malvados. Y sobre todo la recuperación del elemento religioso que está presente en toda la obra de principio a fin y que además, es lo que le da sentido. A mí no me ha chocado al estar ambientado en los años setenta y ochenta del XIX, pero se ve mucho maniqueismo tradicional del Bien y del Mal. Los malos, las malas en concreto, atesoran todos los vicios, incluso sexuales... Bueno, también me hizo gracia, y se me había olvidado comentarlo, como "barre para su casa" la autora, al hacer apología nada encubierta de su profesión de homeópata,

La novela ganaría mucho con menos páginas sobre todo de la mitad hacia el final, (las historias intercaladas más cortas) aunque a mí me ha gustado; hacía mucho que no disfrutaba de un libro, de tener ganas de leer para volver a introducirme en ese universo recreado con la fuerza de la pluma. La autora crea un mundo propio, y se ve que aunque homenajea al género con situaciones y personajes reconocibles y conocidos, no copia ni plagia, no vampiriza a otros autores, hace su propia historia e inventa las reglas de su creación, y eso es un grán merito. El homenaje que reinventa, no el que repite escenas.

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jueves, 7 de enero de 2010

Ghostgirl el Regreso, de Tonya Hurley



T.O.: Ghostgirl: Homecoming, 2009
Editorial: Alfaguara
304 páginas
19,95 €

Argumento:

Mientras Charlotte intenta adaptarse a su nueva "vida", Petula sufre un accidente que la deja en coma y Scarlet intenta ayudarla.

Comentario:

Esta segunda aventura de Charlotte Usher tiene mucho en común con la primera. Es así desde el diseño exterior en forma de ataúd y la silueta de la protagonista hasta el interior con los comienzos de capítulo la página par en negro con una frase sobre las experiencias de Charlotte y Scarlet y en la impar la repetición de la silueta de la protagonista con breves citas de canciones o poemas.

En cuanto a la historia, la autora conserva el tono de humor ingenioso y algo absurdo que utiliza para criticar, de forma a veces algo superficial, muchas de las cosas que importan a las adolescentes.

Igualmente permanecen los protagonistas principales de "Ghostgirl", aunque han evolucionado hacia situaciones nuevas. Mientras Charlotte y sus amisades fallecidas han llegado a un lugar donde les ponen a contestar llamadas telefónicas para ayudar a adolescentes con problemas, es Petula quien tiene un accidente durante una pedicura que la deja en coma y Scarlet, dudando del amor de Damen hacia ella decide salvar a su hermana con ayuda de Charlotte.

Así la historia se divide en cuatro subtramas, tres de ellas siguen a las muchachas en sus vivencias en el otro lado y la cuarta a Damen y sus reflexiones sobre lo que siente por cada una de las Kensington.

A partir de ahí, la autora une a Petula con una niña tan perdida como ella, consigue que Scarlet encuentre a Charlotte y a su nueva "amiga" y las lleva de un lado a otro en experiencias narradas con habitual tono irónico y crítico de la autora, aunque da la sensación de que nada de lo que les pasa resulta tan trascendental como para que las cambie como parece hacerlo.

Se exalta, de nuevo, el valor de la amistad y del sacrificio personal, se crítica quizá con cierta tibieza el comportamiento y valores de la adolescencia actual sin llegar a posicionarse sobre lo que es correcto o no y queda la impresión de haber leído más de lo mismo.

Como era de esperar, la autora deja abierta la posibilidad de una tercera aventura de Charlotte, en la que, a tenor del final de esta, parece que puede explorar otras facetas de la "vida" de la protagonista.


*** T ***

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