jueves, 27 de enero de 2011

Los ojos amarillos de los cocodrilos, de Katherine Pancol

 Los ojos amarillos de los cocodrilos
Les yeux jaunes des crocodriles
Katherine Pancol
Traducción de Juan Carlos Durán Romero
Esfera de los Libros
552 páginas



Sinopsis

Tras la marcha de su marido a África para trabajar en una granja de cocodrilos, Josephine se ve en una situación económica muy mala, pero por suerte aparece su hermana y le ofrece escribir una novela, a cambio de que se la ceda y quede como que la autora es la otra.


Comentario


Escrita con una prosa sencilla (aunque prolija y verborreíca), en tercera persona que alterna caprichosamente con la primera (con abuso de "puntos de vista subjetivos" y repentinos, mezclados con los otros), en un intento de lograr mayor identificación con los personajes protagonistas, la obra carece de una estructura visible, y casi hasta de trama, en el sentido narrativo, lo cual implica una sobreabundancia de escenas y situaciones algo prescindibles, en tanto en cuanto no alteran la vivencia de la protagonista, Jo, ni aportan mucho al "mensaje".

Como ejemplos podemos citar: la descripción de la vida de su ex marido con su amante en África, en la granja de cocodrilos, que discurre paralela al resto de las tramas pero que si se elimina no provoca dificultad de comprensión (aunque si consideramos la novela como parte de una trilogía, tal vez estos hechos que parecen irrelevantes cobren sentido en siguientes entregas). A los efectos narrativos, lo único importante es el hecho disparador (la separación y falta de dinero de Jo, que la aboca a aceptar escribir una novela para su hermana). En el mismo saco podemos meter la vida de la vecina, que aporta un rasgo descabellado que saca de situación a quien crea que esta novela, tal y como reza la contraportada "es real como la vida misma". El lector puede probar a eliminar estas partes y algunas otras más y comprobar si altera en algo la descripción de la peripecia de Jo (la escritura de la novela). De hecho, la relación entre las diversas tramas y subtramas es una de las partes más débiles de la historia puesto que unas no influyen casi sobre las otras, e incluso muchas de ellas podrían hasta ser novelas aparte (la aventura del padrastro con la secretaria).

El inicio es algo confuso en cuanto a presentación de personajes, pues aparecen escenas en las que participan algunos cuya relación con la protagonista principal se nos revela mucho más adelante, dando la sensación de leer algo ajeno a la historia (como por ejemplo, el padrastro de Jo y su amante). Por lo demás, son bastante maniqueos, los buenos muy buenos, casi santos, y los malos caricaturescos sin atisbo de rasgos positivos, como en una telenovela mexicana. Por lo demás, la buena buenísima, que además es poco agraciada, como en todo cuento de hadas que se precie es premiada por su virtud con el dinero, el éxito, el amor más ideal, el traslado a una vivienda en el glamuroso París, y ¡hasta la mejora de su físico y su look! Mientras que la hermana mentirosa, guapa pero carente de talento (cómo no), es castigada con los peores males. Por otra parte, hay algunos personajes apenas descritos que son meros nombres, como Philippe, el cuñado de Jo, o Luca, su objeto de deseo, que parece bastante poco creíble, además, en su perfección, y al cual no se priva de poner como protagonista de un tópico equívoco sobre gemelos muy metido con calzador.

Como personaje, Jo, por cierto, es bastante anodina. Solo toma una decisión en toda la novela y es echar a su marido de casa; durante todo el resto, se limita a dejarse llevar como si no tuviera voluntad. Son los otros personajes los que le "sacan las castañas del fuego", en algunos casos, echando mano la autora de bruscas transformaciones de carácter como la de la hija mayor y su intervención en TV (muy peliculera la escena, por lo demás, y casi "deus ex machina"). ¡Hasta con Luca le sale todo bien sin hacer más que tirar unos libros al suelo!

Los conflictos de la novela tan rápido como surgen (la situación de desamparo de Jo tras quedar sin marido y sin dinero con que afrontar deudas) tan rápido los elimina la autora, al facilitar a Jo soluciones inmediatas que hacen que la situación inicial se transforme en pocas páginas en otra completamente distinta y siempre con un desenlace exitoso pues todo le sale bien, hasta su primera novela, que naturalmente es maravillosa y gusta a todo el mundo y se convierte en un best-seller. En realidad, si se analiza, Jo enseguida satisface sus necesidades monetarias y puede dedicar la mayor parte de las páginas a otras ocupaciones como la búsqueda del amor, la relación con las hijas, alguna de ellas conflictiva, la literatura, etc. Todo es por lo demás, tan previsible que desde que aparecen ciertos personajes se va a saber cómo van a terminar (el ex marido, por ejemplo).

En la trama de la escritura de la novela hay un cierto aprovechamiento metalitario (un poco superficial)  al mostrar a Jo introduciendo hechos y personas de su entorno en la historia novelesca ambientada en el siglo XIII, periodo histórico en el cual es experta. A mí, personalmente, la descripción, bastante larga, del resumen de dicha novela histórica me ha parecido aburrido, pero al menos esta parte aporta algo más novedoso, dentro de lo que cabe. Eso sí, el título de la novela, "Una reina tan humilde", me parece bastante tonto y  nada comercial.

En cuanto a desarrollo, la novela empieza con cierta fuerza, pero al llegar a la mitad, la autora pierde el norte, el conflicto no aumenta, no hay ritmo, ni crescendo dramático, siendo los últimos capítulos los más flojos y los más llenos de paja y material de relleno perfectamente reciclable, o eliminable, caso de que la autora conociera la elipsis, llamada en el libro "elipse", quiero creer que uno más de los incontables fallos de traducción, corrección y hasta maquetación que se encuentran en él ("exámen", por ejemplo, hiere a la vista, pero no es la única errata gorda). El desenlace abrupto e interruptus, como para dar lugar a la segunda parte (ya existe, de unas ochocientas páginas, y hasta tercera, de otras tantas...) da la sensación de que se podría haber puesto casi en cualquier otro punto de las últimas cien páginas sin que pasara nada...

Aunque en algunas descripciones o pasajes de "Los ojos amarillos..." se aprecian algunos atisbos de una capacidad literaria superior al resultado (yo creo que la autora tiene cierto talento que se nota en el uso de algunos recursos puntuales, y también en el tono humorístico-irónico de algunas partes, y en ciertas referencias culturales y eruditas), el tono general de la obra es el de abigarramiento, acumulación de hechos y situaciones, no necesariamente relacionados, además de un débil manejo del conflicto narrativo, que nos ofrece soluciones algo ingenuas a ciertos puntos argumentales (como el descubrimiento de la relación entre la vecina y la reina de Inglaterra a través de la televisión: qué casualidad que quisieran ver JUSTO ESE PROGRAMA), un cierto trasfondo muy burgués y convencional (como el culto al dinero y a la belleza, pilares del éxito), y un derroche de optimismo de manual de autoayuda.

Pese a que algunos han comparado este libro con el de "La elegancia del erizo", nada que ver, ni en intenciones, ni en el aspecto formal, salvo el hecho de estar ambientadas ambas en París. "La elegancia..." es una novela filosófica, no complaciente con el lector, con personajes excepcionales, difícil, culta, "francesa" y con un final inesperado; mientras que "Los ojos amarillos..." busca la complicidad del lector a través de continuos guiños, es amable, fácil, cosmopolita, convencional, protagonizada por personajes corrientes, previsible, y sin más trasfondo que el del mensaje de que las buenas y humildes personas triunfan al final, además de hacerse más guapas y más ricas, por supuesto...

Supongo que una de las razones del éxito de este libro es que muchos lectores se sienten solidarios con Jo, una ama de casa cuarentona con hijas en edad escolar, problemas de dinero, poco aprovechada estéticamente, ansiosa de un amor perfecto e idealizado, etc, sin desdeñar su naturaleza de culebrón literario, que basa su capacidad de "enganchar" en la empatía que sus personajes variados puedan generar en el lector, que ansía más peripecias y enredos, tengan o no tenga relevancia, tal y como sucede en las telenovelas (como en estas, en el elenco de personajes caben todas las generaciones, desde los niños y adolescentes hasta los mayores, para aumentar el target de público lector). Hasta tal punto es así que incluso muchos lectores obviarán sus defectos narrativos y hasta los considerarán como aciertos (las sobrantes subtramas, con promesa de un desarrollo futuro, los eternos diálogos...). A mí, desde luego no me ha "enganchado" y me ha parecido excesivamente largo y pesado, pero eso no quiere decir que sea así para todo el mundo.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

sábado, 15 de enero de 2011

Y pese a todo, de Juan de Dios Garduño

Y pese a todo
Juan de Dios Garduño
Dolmen Editorial
256 páginas



Argumento:

Solo tres personas quedan en la ciudad de Bangor tras una desoladora guerra mundial de incierto resultado... Bueno, no son los únicos que quedan... no al menos humanos.

Comentario

Pese a la colección en que se encuadra esta novela dentro de su editorial, no se trata de una "novela de zombis", no por la naturaleza del "enemigo" de los protagonistas sino más bien por el estilo, la ambientación, y sobre todo el marco de referencias literarias y cinematográficas de las que se nutre.

Cuando leí "Los Caminantes" de Carlos Sisí, vi claramente a los muertos vivientes clásicos, como los de las películas de Romero y seguidores, con su lento y errático caminar, sus miembros putrefactos, su inteligencia anulada; sin embargo, "Y pese a todo" me ha recordado mucho más a una historia de supervivencia post humana estilo "Soy Leyenda" (Richard Matheson), sobre todo en sus versiones cinematográficas más conocidas, de las cuales hay referencias directas y explícitas en el propio texto.

Si en una novela de zombis los autores se suelen regodear en las descripciones gores, sanguinarias y escabrosas, en esta, aun habiendo alguna escena, breve, de casquería, el acento se pone sobre otros puntos como pueden ser la relación entre los tres personajes principales y casi únicos, enfrentados a un elemento hostil. Como en las versiones de Soy Leyenda, los personajes resisten a un mundo desolado en casas protegidas y habilitadas como fortalezas, hacen incursiones a los supermercados locales en busca de avituallamiento, ponen su esperanza en un radiotransmisor... Incluso uno de los personajes tiene un perro con el que habla (como el personaje de Will Smith). Digamos que ambos hombres supervivientes son un poco Neville (hasta se cita este nombre en alguna parte). Hay una escena donde se mencionan maniquíes, y eso me hace recordar que había una escena de maniquíes también en la versión de "Soy leyenda" protagonizada por Charlton Heston ("The omega man", o "El último hombre vivo" en España). Otra película, por cierto, que me ha venido a las mientes es "La guerra de los mundos", sobre todo en la escena de los autobuses y el bosque, donde se dice que "llueve sangre", una imagen literaria, probablemente la mejor de la novela, que se me ha quedado grabada.

En cuanto a las influencias literarias, es obvia y no encubierta la de Stephen King, no solo en el estilo, sino también en que está ambientada en el lugar donde el autor americano sitúa la acción de casi todas sus obras: Bangor, Maine. Ignoro cómo es Bangor pero la descripción "da el pego", se hace verosímil con la mención de nombres de parques, calles, monumentos y locales, muy bien introducida y resuelta, además, en una escena en la que un personaje recorre la ciudad.

La prosa es sencilla y funcional; los capítulos son cortos, lo cual permite una lectura rápida, con el gran mérito de que no aburre en ningún  momento, pese a contar con pocos personajes y elementos y seguir en cierto modo la lógica narrativa de estas historias de género. La estructura alterna el relato de los acontecimientos presentes con diversos flashbacks que desvelan tanto lo ocurrido para llegar a la situación post apocalíptica como el fondo del conflicto entre los vecinos Patrick y Peter (como en la mencionada película de "Soy leyenda", versión Will Smith, lo de los flashbacks, quiero decir), quizás algo previsible el origen de su rencilla. Sin embargo, aunque el autor le dedica bastantes páginas a los personajes, se echa en falta una caracterización más completa que nos permita diferenciarlos.

El ritmo se mantiene hasta casi el final, que para mi gusto se precipita demasiado, y además no me ha convencido mucho. Tampoco las justificaciones y explicaciones que se dan sobre la guerra mundial origen de la situación, con análisis geopolíticos algo cogidos por los pelos y sobre todo una cierta confusión sobre el tipo de armas utilizadas (armas climáticas, biológicas, etc) y la forma de generarse los zombis, que más bien, por como los describe el autor, parecen mutantes o criaturas híbridas, algunas de ellas aladas, aunque trate de vincularlos con los clásicos "muertos vivientes" adjudicándoles epítetos tales como "putrefactos", "malolientes", etc, que la verdad, no cuadran mucho con la imagen que nos formamos de ellos en la mente, ni tampoco con sus comportamientos casi inteligentes. Una vez más, el asunto de la guerra bacteriológica tiene su referente en la obra de Matheson, donde dicha guerra causa una epidemia que transforma a la gente en vampiros (aunque en este caso parece aludirse como origen de los seres a experimentos)

En resumen, una obra sencilla, correcta, ágil, con un fuerte sustrato cinematográfico (al parecer será llevada al cine), un estilo que imita bastante bien el  "anglosajón" (hasta el punto de incluirse, no sé si adrede o no, estructuras calcadas del inglés como "estamos en problemas" en lugar de "tenemos problemas"), homenajes variados a películas y novelas, y un argumento que tal vez podría haber dado más de sí, si el autor no hubiera buscado tanto la identificación con esas películas tan conocidas y recientes, en algún caso, que hacen que todo te suene  demasiado (al menos a las personas que somos cinéfilas), y matan un poco la expectativa sobre el final.


HABLA EL AUTOR: Juan de Garduño Cuenca



¿Cuál fue tu intención al escribir esta obra? ¿Qué mensaje has querido transmitir con ella?

Mi intención era contar una historia de amistad y odio, dentro de un escenario Post-apocalíptico. El mensaje que he querido transmitir es como, a pesar de todo, el mundo sigue girando.

¿En que se diferencia de otras del mismo estilo, género o temática?

Bueno, pues en que la novela no solo va encaminada hacia los que disfrutan de los zombis, sino hacia cualquier lector.

¿Cuál sería tu público lector? ¿A quién se lo recomendarías? ¿A quién no?

Intento que mi público lector sea el máximo posible. Y pese a todo... habla de muchos sentimientos. Siento ser pesado, pero se la recomiendo a todo el mundo, jaja.

¿Tienes algo que comentar, objetar, aclarar o matizar al respecto de esta reseña? Defiende tu obra de la malvada criticona.

No tengo nada que objetar a la crítica. Desde el momento que alguien se toma la molestia de leer mi novela para mí su crítica me merece todos los respetos. Sé que no es una obra perfecta, eso nadie lo ha logrado, pero al menos creo que he contado una historia especial, diferente.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

jueves, 13 de enero de 2011

Sé lo que estás pensando, de John Verdon


T.O.: Think of a Number (2010)
Editorial: Roca Editorial
Traducción: Javier Guerrero
430 páginas
20 €

Argumento:

Mark Mellery pide ayuda a su amigo el policía retirado David Gurney para que investigue quién le ha enviado varias cartas inquietantes y encuentre la explicación a su contenido y al intento de chantaje de que está siendo objeto.

Comentario:

"Sé lo que estás pensando" es una novela de misterio de estructura clásica protagonizada por un ex policía adicto al trabajo, con problemas personales y dificultad para comunicarse con su esposa que ve en el intrigante caso propuesto por su ex compañero de universidad la oportunidad ideal para mantener la mente ocupada e ignorar lo que ocurre en su vida.

Narrada desde el punto de vista de Gurney, no hay una sola escena en la que no esté presente, y todas las impresiones, obviamente subjetivas, son las suyas, siendo la figura del narrador invisible a lo largo de una historia que sigue las andanzas del protagonista, sus dudas, avances y retrocesos o cambios de idea según descubre nuevas evidencias, y lo utiliza para no revelar más de lo que sabe él y las conclusiones, a veces erróneas, a las que llega, lo que contribuye a enmarañar y cambiar la percepción de las distintas tramas sin engañar a quien lee la novela.

Dadas las circunstancias, Gurney es el personaje mejor desarrollado, tanto en su forma de afrontar el trabajo, como en las relaciones humanas y su perspectiva de lo que sucede. Tras él es Madeleine, su esposa, quién recibe mayor atención, mostrando una enorme comprensión de sus problemas emocionales y resultando de gran ayuda con sus aportaciones a la resolución de varias facetas del caso. En cuanto al resto de personajes, van perdiendo definición según su relevancia en la historia, aunque la mayoría tienen al menos algunas características identificativas, ya sea en su físico, forma de actuar o reacciones de Gurney en su interacción con ellos.

Como suele ser habitual en las novelas del género, el autor juega con diversas intrigas para mantener el interés, desde la interpretación de las pistas (los poemas, los objetos que se encuentran en cada caso) hasta los posibles sospechosos (la esposa rica, alguien de un pasado no recordado, los clientes del Instituto de Renovación Espiritual que dirige Mellery) o la intriga de cómo puede el autor de los anónimos saber qué número pensará Mellery.

Ya desde el propio título (Piensa en un Número, en el original) el autor utiliza como cebo principal la aparente imposibilidad de que alguien pueda adivinar en qué número va a pensar una persona, con el riesgo de que esa importancia, que los mismos personajes le conceden, pase a ser una parte demasiado relevante de la historia y que la resolución del misterio (por su simplicidad y lógica, nada espectacular) decepcione a quien espere una gran sorpresa.

Aunque el autor corre el riesgo de explicar su "truco de prestidigitación" a cien páginas para el final de la novela, la secuencia de asesinatos y sus características y el constante aporte de nuevos datos, especulaciones y resoluciones mantienen el interés hasta llegar a un clímax en el que Gurney se enfrenta con el asesino en un tenso capítulo en el que las piezas se colocan en su sitio correspondiente, tanto las relacionadas con los crímenes como las referentes a la vida personal del protagonista, marcando una evolución del personaje algo sencilla pero relevante.

Quizá el recurso de que el asesino confiese todo y confirme cada suposición de Gurney o el incomprensible silencio de este acerca de su acción impulsiva (el envío de la carta) y lo que tarda en desconfiar del sospechoso más obvio (no se da cuenta hasta un momento antes de que se haga evidente) sean los puntos más flojos de una novela que utiliza los recursos clásicos de su género para componer una historia digna y entretenida cuyo interés sólo decae ocasionalmente. 


Enlaces de Interés




*** T ***

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jueves, 6 de enero de 2011

El Dedo de Dios, de Mario Escobar

El Dedo de Dios
Mario Escobar
Factoría de Ideas
320 páginas


Argumento:

El asesinato de un importante senador norteamericano a bordo de un barco, desencadenará una investigación  por parte de Hércules G. Fox, Lincoln y Alicia Mantorella, con implicaciones insospechadas y vínculos con la propia historia oculta y mágica de los Estados Unidos.



Comentario:

La más reciente novela de la serie de Lincoln y Hércules Guzmán Fox (más Alicia Mantorella, que se unió posteriormente) nos lleva esta vez a tierras estadounidenses, tras el periplo por México de la anterior, y utiliza como base algunas de las mitologías modernas más arraigadas en ese país, como es el origen masón o esotérico de muchos de sus padres fundadores o de los símbolos de sus instituciones.

Tras un inicio clásico, con la muerte de una personalidad política importante en un barco, y el secreto que lleva consigo, se inicia una accidentada investigación por parte de los tres protagonistas principales, que en este libro no están en exceso desarrollados (tal vez porque, al ser una serie, ya se contó casi todo en las anteriores entregas). Además, el autor se centra en Lincoln y su problemática racial y familiar, mientras deja un poco de lado su romance con Alicia, cuyo nudo se resuelve demasiado bruscamente para mi gusto, sin mucha explicación. En cuanto a las chicas, parecen quedar en un segundo plano, o en un rol clásico (alguien para ser rescatado, etc). Por otro lado, siempre que leo los libros de estos personajes me pregunto de qué viven (¿del dinero de Fox?) y por qué viajan juntos...

Como en las anteriores se aprecia que el análisis de la sicología de los personajes no es el mayor interés del autor, pues la novela, breve en páginas, nos lleva por los derroteros de una aventura trepidante, casi sin respiro para reflexionar, donde prima la agilidad de la acción sobre la ambientación o la descripción de lugares o pensamientos. El único escollo que he encontrado en la fluidez es cuando alguno de los personajes explica ese origen masónico citado anteriormente. Para mi gusto, cuenta demasiados detalles y nombres que son muy difíciles de recordar y que además tampoco intervienen en exceso en la historia (algunos de ellos). No obstante, para gente con curiosidad en el tema puede resultar educativo.

En esta novela, Mario Escobar parece haberse alejado un poco del espíritu de sus otras obras, al recurrir a un tema digamos más de "moda" y quizás ya conocido del público por obras literarias como el "Símbolo perdido" de Dan Brown, y películas como las de la serie de "National Treasure" con Nicolas Cage, con ambas de las cuales, especialmente la segunda, guarda algunas semejanzas. Sin embargo, sí conserva varias las características de la serie como la participación de personajes reales: Jack London, Roosevelt, etc, menos numerosos que otras veces y con más parte en la acción, más justificados y mejor elegidos, y sobre los cuales nos aporta algún apunte biográfico; y también los cambios continuos de localizaciones o la interferencia de hechos históricos reales con la ficción novelesca.

La prosa es sencilla y fácil de leer, y el ritmo muy rápido, al que ayuda además el hecho de que los capítulos sean cortísimos, algunos de ellos de una sola página o dos. A mí, que soy de lecturas más densas, este estilo de literatura se me hace algo entrecortada y como a trompicones, pero la mayor parte del público lo encontrará grato de leer, especialmente por la naturaleza de la aventuras, que en el fondo narran la búsqueda de un tesoro, un tema que nunca pasa de moda. Aunque, ciertamente, yo echo de menos un poco más de "empaque" literario en la novela, y sobre todo algo más de ambientación, pues las descripciones son escasas. Eso sí, la ligereza de la prosa hace que el libro se pueda terminar en muy poco tiempo.


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sábado, 1 de enero de 2011

Ola de Calor, de Richard Castle


Heat Wave (2010)
Editorial: Suma de Letras
Traducción: Eva Carballeira
350 páginas
18 €

Argumento:

La detective Nikki Heat debe resolver el asesinato de un magnate inmobiliario. Para ello cuenta con la colaboración de sus compañeros y la "ayuda" del periodista Jameson Rook.

Comentario:

"Ola de Calor" se puede leer como una novela más de misterio policial o como la obra "escrita" por un personaje de TV, lo que la convierte en un ejercicio de complicidad con quienes conozcan la serie, dándole un valor añadido a la lectura.

Así, Kate Beckett se convierte en Nikki Heat, sus compañeros Esposito y Ryan son Ochoa y Raley, el Capitán Montgomery es Montrose, la forense Lanie Parrish es Lauren Parry y el propio Richard Castle (interpretado por Nathan Fillion en la serie) es el periodista Jameson "Jamie" Rook.

Los paralelismos entre los personajes de la serie y los de la novela se ajustan a las características y comportamientos de la primera, de ahí que Rook acompañe a Heat para escribir un artículo sobre el cuerpo de policía en sustitución de los libros de misterio de la serie o que se establezca una tensión sexual entre ellos, que aquí se resuelve quizá con excesiva facilidad, sobre todo teniendo en cuenta que en USA ya se han publicado más aventuras (también en Suma de Letras) y que precisamente la no resolución de esta atracción es una de las bazas de "Castle".

Si bien para quienes conozcan la serie puede ser interesante encontrarse con guiños como una dedicatoria ("Para la extraordinaria KB y para todos mis amigos de la 12") que se toma literalmente del capítulo de la segunda temporada (2x05) donde el protagonista presenta su novela, o que Rook tenga una madre actriz, como la de Castle, aunque con más éxito, también se echa en falta una profundización en los personajes y sus relaciones que vaya más allá de lo anecdótico, quizá que en lugar de imitar lo que se ve en la serie se hubiera ido más allá, con una historia que mostrase las fantasías del autor (Castle) sobre la realidad que le rodea (Beckett, su intervención en los casos, etc), por ejemplo.

El asesinato a resolver sigue el esquema de cualquier capítulo de la serie: los protagonistas entrevistando a la familia y sospechosos, cambiando de idea según les revelan distintos detalles, una mínima competición entre Rook y Heat descubrir la identidad del asesino, un poco de acción y el confrontamiento final con el criminal y, aunque la trama es algo convencional se sigue con facilidad, lastrada por algunas dificultades para captar quien habla en determinado momento o la torpeza con que a veces se pasa de una escena a otra, causadas quizá por una apresurada redacción y/o traducción.

La impresión final es de superficialidad: argumento y tramas muy sencillos, redacción demasiado simple, una resolución previsible casi desde el principio y personajes poco profundos, cuyo interés queda supeditado al conocimiento (e interés) que se tenga de la serie de TV.


"Richard Castle" (ejem, Nathan Fillion) firma ejemplares de la novela



*** T ***


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