viernes, 11 de febrero de 2011

Morir a los 27, de Joseph Gelinek


Editorial: Plaza & Janés
500 págins
18,90 €
Ebook formato EPUB: 13,99 €

Argumento:

El cantante John Winston es asesinado en la habitación de un hotel tras un multitudinario concierto en Madrid. El inspector Perdomo investiga el crimen con la colaboración de la periodista Amanda Torres.

Comentario:

Esta tercera novela de Gelinek se desmarca ligeramente de las anteriores, principalmente, o lo más obvio, por sustituir la relación con la música clásica que "protagonizaba" las otras novelas, por la música pop, aunque también hay diferencias en la forma de investigar el crimen, como que apenas se alterna la acción del presente con la del pasado, en esta ocasión cercano (un par de capítulos, nueve meses atrás), y relacionado con la trama.

Además, enseguida se descarta el esquema clásico de presentar varios personajes y sus motivos (los compañeros de "The Walrus" dejan de ser sospechosos tras la primera entrevista), por lo que pronto quedan pocas opciones, aunque eso no disminuye el interés en la lectura.

Curiosamente, aunque en principio parece seguirse la estructura convencional de los policías interrogando a los sospechosos (Los compañeros de "The Walrus", la viuda, cierto "pirata" informático...) la mayoría se descartan enseguida, dando la impresión de una excesiva sencillez en la forma de relatar la investigación.

En cuanto a la redacción, se nota una apreciable mejora respecto a las novelas anteriores: prosa más ajustada, una buena planificación en la que cada escena tiene su razón de ser en la resolución del crimen (el encuentro de casi todos los personajes en el concierto del primer capítulo, la partida de póker en casa de Amanda, que sirve de preparación para la más relevante, y quizá demasiado larga, del final), y retorno al sentido del humor presente en "La Décima Sinfonía" y olvidado en "El violín del diablo", con pasajes bastante ingeniosos (casi todos protagonizados por Amanda Torres).

La presencia constante de John Lennon desde el comienzo (se relata la escena de su muerte) no es una mera anécdota, como tampoco lo es la "confesión" que hace su asesino, Mark David Chapman como autor del crimen actual, sino una parte muy importante, sobre la que se vertebra la novela. En torno a él (y en menor medida otros músicos, algunos miembros del llamado Club 27) se construye toda la historia, varias de sus características son las del asesinado John Winston, al igual que su nombre y el de su grupo, los títulos e inspiración de sus canciones o la forma de morir (quizá a manos de la misma persona...) dando la impresión de que el autor realiza un sentido homenaje a Lennon y a lo que significa en el mundo de la música.

Aunque la creación del personaje de Winston pudiera considerarse "fácil" al recoger características de personas reales y el de Perdomo apenas evolucione desde la novela anterior (las únicas alusiones personales son las relacionadas con su vida "sentimental" y su lectura de la revista ¡Hola!), el de Amanda Torres es, desde su primera aparición ataviada con un vestido hecho de condones en el concierto de "The Walrus", el mejor desarrollado de la novela.

Amanda es una sidekick muy completa que cumple múltiples cometidos en la historia, y todos de importancia. Entre los más evidentes está su conocimiento de la música pop (oportunamente está escribiendo una biografía novelada sobre John Winston), que se utiliza para aportar las anécdotas musicales que caracterizan las novelas de Gelinek, además de informar sobre los paralelismos entre las vidas de Lennon y Winston. También actúa como alivio cómico, aportando las dosis de humor e ingenio que agilizan la lectura (está siguiendo tres regímenes de adelgazamiento porque con uno pasa hambre) o contribuye activamente a la investigación del asesinato (analiza las distintas opciones con Perdomo). Incluso se erige en "interés romántico" (se insinúa "sutilmente" a un Perdomo que agradece tener su arma a mano, por si acaso...) o da su opinión sobre temas como la piratería cultural, xenofobia etc... Y quizá es lo más interesante de "Morir a los 27".

Como objeciones se pueden resaltar un final quizá algo sencillo (aunque cierra el círculo y "justifica" todo lo relatado anteriormente en una novela en la que apenas hay texto de relleno) o la presencia de algunas erratas, que van desde poner el singular una palabra que es en plural, el género masculino por femenino, varias comas mal colocadas, repetir dos veces la palabra años (pág 325) o llamar Lawrence a Laurence Olivier (pág 317), algo que en ningún momento obstaculiza ni disminuye el disfrute de una lectura muy entretenida.

Otras novelas de Gelinek reseñadas en este blog:



*** T ***


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