viernes, 30 de agosto de 2013

Entre las azucenas olvidado, de Gema Samaro

Editorial: Harlequin Ibérica
E-Book: 2,99 €

Argumento:

La farmacéutica Eva Villena recibe la visita de  Hugo D’Argel, duque de Fleurus, decidido a que le ayude a encontrar un elixir que necesita.

Comentario:

Entre las azucenas olvidado es una novela romántica de estilo clásico, en la que la relación entre los protagonistas, Eva y Hugo, es la trama principal de la historia, y la investigación que emprenden es poco más que una excusa para que los personajes se vayan conociendo mientras crece la tensión sexual y emocional entre ellos.

Redactada en primera persona, en voz de Eva, la narración es ligera, ingeniosa, divertida. La protagonista no se toma demasiado en serio a sí misma ni a las cosas que le suceden, ironiza incluso sobre sus sentimientos y los de Hugo de una manera fresca que no cae en la frivolidad mezclando diálogos chispeantes con descripciones creativas y alguna leve reflexión.

Quizá ese tono, que proporciona unos diálogos ágiles y rápidos y algunas situaciones casi surrealistas (el capítulo manchego, en el jardín de los nonagenarios Leonor y Francisco), es el que impide profundizar en la otra trama, la del elixir buscado, las facciones en liza por conseguirlo y esa pista basada en La noche oscura, de San Juan de la Cruz que da título a la novela (Quedéme y olvidéme,/ el rostro recliné sobre el amado,/ cesó todo, y dejéme,/dejando mi cuidado/ entre las azucenas olvidado.), que queda un tanto desdibujada, desaprovechado casi todo su potencial, lo que convierte en sobrante el capítulo en el yate y los personajes que se describen y luego no tienen rol ni posterior aparición en la historia.

Los viajes que realizan Eva y Hugo en busca del elixir (a un pueblo manchego, África, Paris…), son útiles para que los dos protagonistas se vayan conociendo. La autora muestra con sus reacciones a las situaciones a las que se enfrentan cómo son sus personalidades, por qué se gustan y la creciente atracción entre ellos.

Las amigas de ella, Estrella y Lily, que sirven como confidentes y acompañantes de Eva, junto al peligroso matrimonio manchego o André Martin de Lamps, quien habla en español con acento francés, contribuyen a dar variedad y excentricidad a las escenas en las que aparecen.

Aunque la resolución del misterio es algo rápida y previsible, el final bastante convencional, hay un exceso de erratas (envestir en lugar de embestir dentro de la escena romántica puede sacar de situación), y no se profundiza en temas que podrían resultar interesantes, el buen hacer de la autora, el ingenio y la simpatía de los protagonistas consiguen hacer de la novela una lectura agradable.

Enlaces relacionados:



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sábado, 24 de agosto de 2013

El Cuento de la Criada, de Margaret Atwood



 Handmaid's Tale
Margaret Atwood
Traducción de: Elsa Mateo
Ediciones B
384 páginas


Sinopsis:

Defred tiene tres oportunidades para quedarse embarazada de su Comandante en el terrible sistema de Gilead, pero nada es fácil en un mundo asolado por la radiación y donde la natalidad ha disminuido y los niños son un lujo.

Comentario:

La obra que nos ocupa pertenece, por el tema, al género de la Ciencia Ficción en su vertiente de distopía. Muestra el futuro cercano (que en teoría ya ha sucedido, según la cronología que parece utilizar la autora) de un mundo occidental que ha cambiado radicalmente.

En Estados Unidos se ha impuesto una férrea dictadura teocrática de fanáticos religiosos (diría que protestantes) donde las demás sectas cristianas o de otras creencias son perseguidos de un modo implacable y mortal, así como los disidentes y toda persona que no está de acuerdo con el régimen, los cuales son ejecutados y colgados sus cuerpos en un muro para general escarmiento. Otro hecho significativo es que las mujeres han quedado colocadas en un segundo plano y sufren una esclavitud brutal y una cosificación llevada al extremo, ya que su único rol importante es el de la maternidad, en un mundo donde debido a las radiaciones de las guerras nucleares que mantiene el régimen con otros países se ha reducido la natalidad y muchos de los niños que nacen están afectados por malformaciones.

La descripción que hace Atwood de la llamada República de Gilead (los USA teocráticos) es aterradora, sobre todo en lo que respecta a la suerte que corren las mujeres. Existen varias castas según la capacidad o no de engendrar de estas. Las criadas son las que paren los hijos de sus dueños; las Marthas las que se encargan de labores domésticas, las Tías, las que instruyen y aleccionan a las demás, y las esposas que reciben los hijos de las otras sin tenerlos. Las mujeres que no sirven para la maternidad son llamadas No Mujeres y terminan en las Colonias, un lugar terrible donde generalmente se encargan del tratamiento de residuos radioactivos y donde no duran mucho...

Ya solo echando un ojo al argumento y descripción del mundo imaginario se observa que Atwood no se anda con bromas a la hora de hacer una dura crítica de la imagen de la mujer en occidente y en otras culturas. Y no, no es nada sutil. La república de Gilead solo lleva al extremo conceptos y visiones ya conocidos en la actualidad tanto en países de cultura cristiana como musulmana. Atwood no deja títere con cabeza. Las costumbres de Gilead son las costumbres de Estados Unidos y otros países “contadas de otro modo”. Por ejemplo, las criadas no tienen un nombre propio. Se las conoce como Defred, Dewarren (es decir, propiedad de Fred, de Warren), en alusión al nombre de su “dueño”, del dueño de su cuerpo, que es a fin de cuentas lo único que valoran de ellas. Eso no está muy lejos de la costumbre de muchos países de que la mujer adquiera el apellido del esposo, considerada como una propiedad. Y qué decir de la especie de túnica de color y la toca que han de llevar y que limita su visión, similar a un burka al estilo monjil. La forma cómo empieza a fraguarse la dictadura también es elocuente. Lo primero que se hace es anular las tarjetas de crédito a las mujeres y quitarles el trabajo remunerado, con lo cual se tornan dependientes e incapaces para tomar sus propias decisiones. No hace falta ser muy listo para entender lo que nos quiere transmitir la autora con esto...

El libro está lleno de sarcasmo tanto obvio como encubierto, como cuando las Tías, que tienen una ideología en apariencia feminista (dicen que todo es para protegerlas de las asechanzas de los varones, de su voracidad sexual, que son todos muy malos, les ponen videos de violaciones para que vean de qué las están salvando, etc), lo que hacen en realidad es prepararlas para la sumisión y anulación como personas. Es decir, se engaña a las mujeres con ideología supuestamente feminista para que acepten el dominio masculino. Atwood es increíblemente mordaz en este punto.

La obra tiene dos partes bien diferenciadas. La más larga es el “cuento” en sí, narrado en primera persona y en presente por Defred, una criada que nos explica cómo es su vida con el Comandante (su dueño) y las demás mujeres y miembros de la casa. Poco a poco a través de sus pensamientos y de la narración de sus actividades cotidianas conocemos el aterrador mundo, sus deseos de escapar de tan terrible control y de regresar al mundo anterior, alguna vislumbre en flashback de cómo era su vida antes de que llegara la república de Gilead, con su madre, su marido Luke y su hija, de los cuales la han separado y cuyo destino desconoce, los horripilantes castigos y torturas que sufren las mujeres que tratan de escapar o rebelarse, y sobre todo, la esperanza dentro de la imposibilidad de acción. La atmósfera que se transmite es opresiva, de una dictadura tan rígida y tan vigilada que parece imposible escapar o pensar siquiera en un cambio. Y a pesar de todo Defred se consuela pensando que nada dura para siempre, y que incluso aunque ella no lo vea, algún día eso terminará ya que en otras épocas situaciones similares también terminaron. Atwood cita varias veces a los nazis para ejemplificar esto.

Asistimos también a sus encuentros sexuales con el Comandante, donde ha de estar presente la mujer, Serena Joy, que la toma de la mano mientras el hombre la penetra y evita mostrar cualquier muestra de cariño o placer. El sexo meramente reproductivo se convierte en el único apto para la hipócrita sociedad de Gilead, encontrando Defred en el amor o enamoramiento hacia Nick, el chófer del Comandante, una salida a su vida, una forma de subversión o de darle sentido a todo, aunque Nick no la corresponda. Sin embargo, en esta sociedad los líderes se permiten también la prostitución, descrita de un modo triste y grotesco, con mujeres que eligen este destino para huir de las Colonias.

En algunos puntos la novela parece de terror más que de CF, con la descripción de esas ceremonias y rituales que rodean el sexo, el nacimiento y la eliminación de los disidentes (la denominada “salvación” es especialmente salvaje) y la violencia intrínseca en la opresión del poder y en la irracionalidad de sus ideas.
Esta primera parte, termina con un final abierto, y entonces, cuando empieza la segunda, ambientada años después y escrita en forma de actas de congreso o discurso de expertos en historia, nos damos cuenta de que lo anterior ha sido un larguísimo flashback. En esta parte, de un modo jocoso, los expertos analizan el Cuento de la Criada como documento histórico y muestran sus carencias por las lagunas, generalidades e imprecisiones en los nombres de lugares y personas, especulan con quién pudo ser el Comandante, analizan el régimen (al que malvadamente comparan con el de Irán) y hacen cábalas sobre cuál pudo ser el destino de la autora del testimonio.

En resumen, una obra que tendría mucho más que comentar por la cantidad de ideas que contiene, la crítica a nuestra sociedad, al concepto de mujer, la falta de libertad, a la violencia del poder sobre los ciudadanos, y que nos deja con una cierta sensación de alivio al comprobar que finalmente y como pensaba Defred, hasta la cruel Gilead cayó y regresó la libertad al mundo.

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sábado, 10 de agosto de 2013

La formación de una marquesa, de Frances Hodgson Burnett


 
T.O.: The Making of a Marchioness (1901)
Alba Editorial
Colección: Rara Avis
Traducción: Amado Diéguez
344 páginas
19,50 euros

Argumento:

Emily Fox-Seton se casa con el marqués de Walderhust y tiene que adaptarse a su nueva vida.

Comentario:

La formación de una marquesa es una novela de personaje, Emily Fox-Seton, la protagonista. A través de ella, una mujer de buena sociedad venida a menos y obligada a trabajar para vivir, y en menos parte de quienes la rodean, la autora traza al mismo tiempo un retrato de una época y una sociedad y el de una mujer a la que describe como muy normal, complaciente, optimista, generosa, de quien algunas personas se aprovechan sin que ella se dé cuenta. Una protagonista que acaba siendo una heroína, tanto en el sentido de aventura como en el romántico.

Curiosamente, al comienzo de la historia da la impresión de que se contempla tanto las relaciones sociales como las amorosas de una manera práctica, sin sentimentalismo, en un torno realista (Emily cree que él marqués de Walderhust elegirá a Lady Agatha, joven a la que ella admira), casi implacable, pero en cuanto Emily se casa con James y aparecen los familiares de él, temerosos de quedarse sin una herencia que necesitan con urgencia, el tono de la novela cambia, convirtiéndose en un relato que primero adquiere un tono de misterio fantástico y luego de un romanticismo casi exacerbado.

Los Osborn, Alec y Hester, y el aya de ella, Amira, cambian la obra, sobre todo cuando el marqués se va a India y Emily se queda a solas con ellos y el único apoyo de su sirvienta, Jane Cupp, convirtiendo la novela en una historia cercana al terror, aunque carente de intriga, pues la autora relata con todo detalle desde el comienzo cómo es la personalidad de cada uno de los personajes, sus principales características, desde la protagonista a quienes la rodean. Así, desde el primer momento se conocen las virtudes y defectos de Emily o James (el marqués) y de todos los demás, sin concesiones.

Si bien esta falta de “misterio” en cuanto a la identidad de los antagonistas pudiera en principio afectar al interés con que se sigue la evolución de la historia, el logrado clima de creciente angustia e incertidumbre por el futuro de Emily compensa otras carencias, destacando escenas como la de Osborn entrenando a la yegua que va a montar la marquesa o aquella en la que Jane salva la vida de su señora en el puente, momento de inflexión de una historia que da otro giro, en cierto modo inesperado tras esa primera parte en la que impera el realismo, hacia la novela romántica, esa en la que el amor todo lo puede, en un tono algo exagerado, y concluye en un epílogo clásico de este género.

En resumen, una obra que funciona de forma eficiente como novela de terror, realista, retrato social de la época en que se desarrolla y romántica y además está bien escrita.

Nota:

La novela ha sido adaptada a televisión por ITV en 2012, protagonizada por Lydia Wilson (Emily), Linus Roache (James), James D'Arcy (Alec), Hasina Haque (Hester) y Sarah Ridgeway (Jane) entre otros.

The Making of a Lady


***T***


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sábado, 3 de agosto de 2013

El Guardián Invisible, de Dolores Redondo



El guardián invisible
Dolores Redondo
Editorial Destino
432 páginas 


Argumento:

En el brumoso valle del Baztán, Navarra, aparece muerta una joven en el bosque, rodeada de extrañas pistas que remiten a las mitologías vascas.

Comentario:

Esta novela, dado que trata de las investigaciones policiales llevadas a cabo en el valle del Baztán por una inspectora de la policía Foral navarra, podría en principio inscribirse en el género de novela negra (aunque en este caso no hay ningún trasfondo de crítica social). Sin embargo, pronto advertimos las implicaciones personales de la inspectora en el caso, ya que es natural del pueblo de Elizondo, cercano al lugar de aparición del cuerpo.

Eso significa que las tramas relacionadas con su pasado, su familia y su problemática no maternidad tienen un peso demasiado grande como para pasar inadvertidas (o como para que no nos recuerden a exitosas novelas nórdicas que todos conocemos). A decir verdad, llega un punto en la novela en la que se centra casi en exclusiva en estos aspectos familiares, de corte folletinesco, con historias muy poco creíbles (la madre, una caricatura, nunca llegamos a saber exactamente qué tipo de enfermedad mental padece; la hermana, en exceso mala, sin matices y de comportamiento incoherente, etc, etc).

Sobre la mitad del libro, la investigación policial se estanca, parece que la inspectora se limita a estar casi de vacaciones en su pueblo. Para colmo, las pocas investigaciones introducen en la baraja de sospechas asuntos fantásticos que rompen aún más la credibilidad de la historia. Muchos de los personajes, por no decir casi todos, incluidos científicos y personas expertas, parecen creer a pie juntillas en la existencia de un ser llamado Basajaun, una especie de Big Foot vasco que protege el bosque. Resulta muy chocante no que exista ese ser sino que personas de ese nivel intelectual crean en él casi sin asomo de duda. A este respecto, la autora muestra un valle del Baztán sumido en supersticiones propias de la Edad Media, entre lo folklórico y lo dudoso.

El planteamiento del asesinato y las motivaciones del asesino son otro punto oscuro. La autora parece imitar modelos extranjeros sobre historias de asesinos en serie, en la confección de la escena del crimen, con elementos disparatados y llamativos, como la aparición de un pastelito típico de la zona sobre el pubis de la víctima, cuyo significado, como muchas otras cosas en la novela, al final no se explica, y encima te hace pensar en la incompetencia del asesino dando pistas tan obvias sobre su identidad. Ni que decir tiene que tampoco nos enteramos muy bien de sus motivaciones. El estudio o retrato de la psicología de este criminal es uno de los puntos más flojos de la obra. Tal parece que podría ser este personaje como cualquier otro. Por algunos detalles del texto se deduce que hay más de un asesino, pero su caso se pospone para otras entregas...

En cuanto a la investigación policial en sí, sorprende que ante el hallazgo de un cuerpo en circunstancias tan inusuales como las descritas, los policías no recuerden ningún caso anterior, más que a posteriori. En una reunión, un policía dice que "hace un mes" apareció otra víctima, y la inspectora responde que ¡lo recuerda de haberlo leído en la prensa! Pero de eso no se hace ni mención cuando aparece el cuerpo. Por otro lado, más adelante descubrimos que hubo casos antiguos que la memoria colectiva parece no haber retenido. Es extraño sobre todo si ocurren todos en un espacio tan pequeño y cerrado como debe de ser el valle del Baztán.

El componente "mágico" obliga a la "suspensión de la incredulidad" demasiadas veces, aunque tratándose de una trilogía, no descarto que en entregas posteriores se den explicaciones racionales (hay un atisbo al final, en una comunicación de los expertos en osos, no muy convincente). Sin embargo, el elemento relacionado con la obsesión por la maternidad de la protagonista y la figura de una diosa resulta demasiado "casual".
Pero lo peor de la obra no es la historia en sí, que puede ser más o menos créible, sino la forma en qué está narrada.

En la novela abundan las frases ambiguas, incoherentes, mal construidas y los párrafos contradictorios. Hay una parte, cuando se introduce una breve recapitulación sobre la historia de los asesinos múltiples, que está mal integrado en el resto del texto. Incluso se incurre en un error, al mencionarse que Jack el Destripador "asesinó a cinco inocentes peatones y a innumerables prostitutas" (capítulo 13). La autora debería cuidar las fuentes de las que extrae la información... No es la única ocasión en que se perciben cambios de estilo y de forma a lo largo de esta irregular obra. Muchas descripciones son vagas y genéricas, o con estilo "wikipedia", deficientemente integradas con la narración, como por ejemplo, las del pueblo de Elizondo.

Ejemplo de frases confusas o ambiguas: "Una fuerza mágica, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal" (¿A qué se refiere con "actitud virginal" en la postura de las manos? Más adelante en la novela, un poco antes de la mitad, la policía cae en la cuenta viendo calendarios de vírgenes, que tienen las manos hacia arriba, pero si se da cuenta ahora, ¿por qué nos dice antes lo de la actitud virginal?)

Ejemplo de párrafo contradictorio; "Un lugar que ya no existía, porque lo que comenzaba a añorar ahora que estaba allí era el Elizondo de su infancia. Sin embargo, ahora que había regresado casi segura de hallar signos de cambio definitivo, se encontraba con que todo estaba igual. " (¿En qué quedamos, existía el Elizondo de su infancia o no, estaba todo igual o había cambiado?)

En cuanto a los personajes, se puede decir que hay dos grupos: la inspectora y las mujeres de su familia, descritas en ocasiones con trazo grueso, como la ya citada hermana Flora, y, por otro lado, el resto de los personajes, que podríamos llamar "fantasmales", como el marido, James, ya que aparecen y desaparecen cuando menos te lo esperas, y carecen de personalidad apreciable.

Un hecho que me llamado mucho la atención y que no sé si es un rasgo característico vasco (culturalmente vasco, la acción transcurre en Navarra), es la manía de los personajes de llamarse "hermana", "cuñado" y cosas así en las conversaciones ("Hola, cuñado"). Tal vez sea algo típico de esa zona pero yo jamás lo he oído en mi entorno, y mucho menos con tanta insistencia.

La protagonista se nos presenta con matices también contradictorios, una mujer policía llena de traumas de infancia y familiares (una se pregunta cómo pudo pasar el examen psicológico para entrar en la policía), torturada por no tener hijos pero que se niega sistemáticamente a ir a la clínica de reproducción asistida, con cierto trasfondo "tradicionalista". Para mostrarnos el origen de sus conflictos, la autora recurre a flashbacks, a mi modo de ver, innecesarios. Se nos repite con cierta insistencia lo buena y brillante policía que es (estudió en Quantico, en el FBI), pero en el libro no demuestra esta supuesta brillantez, más bien al contrario, se estanca y precisa de la "ayuda" de un personaje extraño relacionado con el FBI llamado Dupree, cuya subtrama, también de tipo mágico, no se desarrolla (imagino que lo deja para las siguientes entregas).

Hay todavía otro personaje que la supera en contradicción, que es su hermana Flora, cuyo comportamiento no se sostiene por ningún lado, como se demuestra en cierto diálogo final.

En resumen, una novela policial con toques mitológico-antropológicos vascos para darle exotismo, y de melodrama familiar, de estilo mejorable pero que podría entretener a los aficionados a las novelas de Camilla Läckberg y resto de autores nórdicos de este estilo.


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