martes, 17 de febrero de 2015

El próximo funeral será el tuyo, de Estela Chocarro

Editorial Maeva, 2014
280 páginas
19,90 €

Argumento:

En 2010 Rebeca Turumbay llega a Cárcar para investigar el pasado de su abuelo y se encuentra con un pueblo reticente a hablarle de él y con un crimen de 1945 aún sin resolver.

Comentario:

El próximo funeral será el tuyo es la primera obra de su autora, y se nota mucho en el resultado final, más cercano al borrador sin apenas pulir que a una novela bien revisada.

Desde el principio la narración se ve obstaculizada por las interrupciones para incluir, a modo de ambientación, abundantes e inoportunas digresiones, entre las que destacan las referidas a la historia de la zona (en un estilo wikipedia que choca en una autora que conoce el lugar donde se desarrolla su obra) o las biografías de varios ancianos del pueblo, demasiado pormenorizada para el papel que tienen en la novela.

Tampoco contribuye a la fluidez de la lectura el continuo cambio de puntos de vista, que dispersa la atención hasta no quedar claro quién es el protagonista. Si bien en principio se diría que se trata de Rebeca, el personaje que llega al pueblo para revolucionar las vidas de sus habitantes, pronto aparecen varios ancianos del lugar, un par de jóvenes (Víctor y Jonás) y, al final, brevemente, un policía. Además, estos cambios de foco se producen a veces en un solo capítulo, o incluso en la misma escena, de una frase a otra, creando una sensación de desconcierto y confusión.

Esta sobredosis de aparentes protagonistas llama más la atención debido al escaso desarrollo de los personajes, desde una Rebeca apática y  pasiva («A Rebeca se le presentaba la oportunidad de poder sonsacar a aquel hombre, pero su repentina aparición la había dejado bloqueada. No tenía la menor idea de qué podía saber su interlocutor acerca del crimen del que fue acusado su abuelo, o si el tal Nazario querría tratar el tema con ella o no, de modo que se limitó a esperar.»), que deja que casi siempre sean otros quienes se acerquen a ella para suministrarle a cuentagotas informaciones contradictorias, hasta la falta de rol de alguno de los ancianos, la ejecución de la misma tarea (la «investigación» en el periódico local) por parte de Rebeca y Víctor, o la dificultad de saber, debido a cómo se relaciona con ellos, cuál de los dos hombres (Víctor y Jonás) es el interés romántico.

La investigación queda empobrecida por la falta de recursos de la autora para darle emoción e interés: la subtrama centrada en Dalí, que debería estar relacionada con la trama principal, se convierte en un pegote que no aporta nada a la historia, al igual que la referencia a varios suicidios de muchachas en el pueblo, y las amenazas que recibe Rebeca no tienen razón de ser (¿Qué importa que pregunte por su abuelo si nadie le puede contar lo que pasó en realidad?).

La inclusión de varios funerales (una joven, un anciano…), y la atención que se les presta (un breve capítulo cada uno) es una muestra más de las dificultades de la autora para ver lo que es necesario para la historia o mero adorno. Ni siquiera el intento de crear tensión (en la nota que recibe Rebeca pone: «SI NO TE MARCHAS, EL PRÓXIMO FUNERAL SERÁ EL TUYO».) o una sensación de amenaza justificaría el espacio que se les dedica.

Pero no solo es absurdo que alguien atente contra la vida de una protagonista que no se entera de casi nada, sino también su actitud tras recibir una herida de navaja, dos anónimos amenazadores y que alguien les dispare a ella y a Víctor. A la pregunta de Daniel, uno de los ancianos, acerca de si ha dado parte a la policía, responde: «No. Ni pienso hacerlo. Mi intención es ganarme a la gente del pueblo, y si denunciara esto... En fin, ya se puede imaginar lo que pensarían de mí.»

Como nota curiosa, mencionar que al final cuando por fin aparece la policía, el subinspector Arambilet intente justificar al asesino de la actualidad («era evidente que no suponía un peligro para la sociedad») e incluso varios de los protagonistas, al enterarse que va a ir a la cárcel lo lamentan, y solo les tranquiliza el comentario de uno de ellos ( «–Seguro que si va a la cárcel, saldrá pronto por buena conducta. No todo está perdido, tal vez haya atenuantes. Hay cosas que a uno le hacen perder la cabeza y actuar de forma impulsiva, ¿no?»).

En resumen, El próximo funeral será el tuyo es una novela tan lastrada por fallos narrativos, estructurales, de lógica, ritmo y coherencia que resulta difícil disfrutar de su lectura.


***T***

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miércoles, 11 de febrero de 2015

La muerta que vivió seis veces, de Silver Kane

Editorial: Bruguera, 1973
Selección Terror Nº 1
102 páginas

Argumento:

Tras la salida de la cárcel de su cliente, Clemens, acusado de asesinar a su esposa, el abogado Jean Martens decide ayudarle a rehacer su vida.

Comentario:

La novela, dividida en seis partes, cada una de ellas iniciada por el asesinato de una mujer, empieza con buen ritmo e interesantes premisas: un prefacio en el que se relata el primer asesinato, seguido de un capítulo que presenta a los protagonistas y sus circunstancias: Clemens, en libertad condicional tras haber sido condenado seis años atrás por el asesinato de su esposa, Suzanne, cuyo cadáver no ha aparecido, se reúne en su casa con su abogado, Jean Martens, convencido de su inocencia.

Al instante el edificio, que fuera una parada de diligencias un siglo atrás, se convierte en un personaje más: situado en un lugar aislado y misterioso, donde a principios del XVIII desaparecieron dos mujeres a quienes se creía brujas, en circunstancias similares a lo sucedido con Suzanne. La capacidad del autor para crear una atmósfera misteriosa y enfermiza, incrementa la sensación de que algo malo pasará, ya sea al abogado metomentodo y su ayudante, Marta Louvier, a Clemens o a su hija de diecisiete años, Danielle.

Los capítulos (muy breves) del tres al cinco transcurren en el interior de la casa, creando un ambiente muy logrado de inquietud mediante sucesos en apariencia inexplicables que hacen pensar a Martens que en el lugar ocurre algo sobrenatural.

Lamentablemente, la historia se va desinflando poco a poco, la aparición de algunos personajes la vuelven más previsible, los protagonistas averiguan lo que ocurre casi sin querer y el final puede resultar algo decepcionante, tanto en la explicación de los supuestos fenómenos como en la de lo que sucedió en realidad.

La continua repetición de conceptos (la actitud del asesino en cada crimen, la sensación de misterio sobrenatural en la casa y sus cercanías), redactados en términos muy similares, acaba creando la impresión contraria a la pretendida.

Como curiosidad, llama la atención el uso de la palabra subnormal para hablar de la hija del ex presidiario («Lástima que su cerebro siguiera siendo el de una niña de diez años. Sin llegar a ser subnormal, Danielle no era lo que se dice un prodigio de inteligencia.») o las reiteradas alusiones al espectacular físico de Marta Louvier (se le da más importancia que al hecho de tener dos trabajos o que sea quien descubre la identidad del asesino), quizá producto de la fecha (1973) en que fue publicada la obra.

En resumen, esta primera entrega de la Selección Terror de los Bolsilibros Bruguera no acaba de cumplir las altas expectativas generadas por el título y los primeros capítulos.

***T***


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