domingo, 28 de agosto de 2011

Las huellas imborrables, de Camilla Läckberg

T.O.: Tyskungen. 2007
Editorial: Maeva
Traducción: Carmen Montes
528 páginas
20 €

Argumento:

Al poco tiempo de que Erica Falck le deje para que la examine una medalla nazi encontrada entre los recuerdos de su difunta madre, Erik Frankel aparece asesinado en su casa. La policía de Fjällbacka, con la ayuda de Erica y su marido Patrik, de baja por paternidad, comienzan a investigar lo sucedido.

Comentario (con SPOILERS):

«Las huellas imborrables» sigue el esquema habitual de las novelas de su autora, que incluye diversos puntos de vista, tanto de los personajes ya conocidos de otras entregas como de los «invitados» (asesino y sospechosos), interrogatorios y eso que puede resultar tan molesto (aunque ha disminuido mucho desde la primera obra, «La princesa de hielo», hasta esta quinta aventura de Erica y Patrik) de hacer que uno de los protagonistas descubra una pista relevante y se lo cuente a otro sin hacer partícipe a quien lee, intuya que sabe algo pero no lo recuerda, entran a una casa se demora decir de quien etc…

Sin embargo, en esta quinta novela ambientada en Fjällbacka la autora parece haber mejorado tanto en redacción como en estructura y creación de personajes, cuyas «voces», quizá por ser menos, no resultan tan confusas, son distinguibles e incluso interesantes, y la trama está dotada de cierta profundidad al reflexionar (con mayor o menor intensidad) en temas como el nazismo, la vida, la muerte, el paso del tiempo, el recuerdo, el olvido,  o las relaciones paterno filiales.

De hecho, se nota el esfuerzo de Läckberg por relacionar todas las tramas, desde la de los asesinatos a los problemas personales de unos personajes humanos, contradictorios, con varios matices que les dan complejidad, aumentan el interés por lo que les sucede y contribuyen a realzar y matizar cada tema que se trata.

La autora parte del interés de Erica por conocer el pasado de su difunta madre Elsy para relacionar crímenes del pasado con otros del presente y hablar de las consecuencias de los actos, la razón de ciertos comportamientos y cómo repercuten en los descendientes (Erica y Anna llegan a comprender la frialdad de su madre con ellas, se asiste al inicio del fanatismo nazi de Frans y se ve cómo afecta a su hijo Kjell y a su nieto Per…)

Hay algunos pasajes especialmente tiernos, como los protagonizados por Erica y Patrik con Maja, su hija, parte del variado muestrario de relaciones paterno filiales, que se originan en la frialdad de Elsy hacia sus hijas y llegan hasta las dificultades de Patrik, de baja por paternidad, para hacerse cargo de la niña mientras es incapaz de renunciar al trabajo, o las que tiene Anna para ser aceptada por Belinda, la hija de su reciente novio Dan. También se incide en la relación de los protagonistas con la aparentemente despegada madre de Patrik, Kristina, o los encuentros de él con su ex, Karin, mientras ambos pasean a sus bebés.

De hecho, las relaciones familiares parecen el tema central de la historia, algo que afecta a todos los personajes, incluidos los compañeros de comisaría de Patrik, entre los que destaca Bertil Mellberg, que empieza adoptando, sin querer, a un perro (Ernst) y acaba adoptando, deliberadamente, a toda la familia de la nueva policía, Paula Morales: su madre Rita, su compañera Johanna y el bebé  de ambas a cuyo parto asiste.

A destacar también que cuando Erica lee los diarios de Elsy la autora opta acertadamente por poner apenas unos pasajes para luego trasladarse a la Suecia de 1943 y mostrar la adolescencia de Elsy y su amistad con Frans, Britta y los hermanos Axel y Erik Frankel, origen de los hechos que culminarán en la actualidad.

Esto se utiliza para contar la incidencia del nazismo en Suecia y la importancia de un pasado que algunos personajes tratan de olvidar y otros no pueden recordar: los pasajes, estremecedores, del progresivo hundimiento de Britta en el Alzheimer.

En resumen, una novela que presta tanta atención a la evolución de los personajes ante los hechos a que se enfrentan como a la resolución del misterio, que consigue enganchar y entretener con dignidad.

Enlace relacionado:

- Reseña de «Los vigilantes del faro», de Camilla Läckberg en este blog


 *** T ***

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miércoles, 10 de agosto de 2011

¡Indignaos!, de Stéphane Hessel


Indignez-vous
Stéphane Hessel
Traducción de Telmo Moreno
Editorial Destino
64 páginas

Argumento:

Un viejo luchador de la resistencia francesa habla a los jóvenes sobre la lucha por los derechos mediante métodos pácificos.

Comentario:

La obra de S. Hessel consta de un prólogo del escritor José Luis Sampedro y de un breve ensayo sobre el estado actual de la democracia y el sistema. En realidad, llamarlo ensayo tal vez resulte excesivo, puesto que parece más bien una mezcla entre memorias políticas de un luchador de la resistencia contra los nazis e impulsor de los Derechos Humanos con algunas reflexiones poco inspiradas pero bienintencionadas dirigidas fundamentalmente a una juventud dormida a la que se trata de concienciar  para que se indigne y luche por medios pacíficos.

En las pocas páginas que componen el opúsculo el autor trata de advertir a los ciudadanos sobre el retroceso de los derechos adquiridos a lo largo de los años, y que han venido amparados por la crisis y la connivencia entre políticos y poder económico. Francamente, nadie con dos dedos de frente puede decir que no hay razones para la “indignación”, puesto que es cierto que la crisis ha calado muy hondo en las sociedades antaño prósperas y democráticas, sobre todo de Europa occidental, desmotivando a la juventud y acentuando la corrupción de las clases políticas. De hecho, algunos achacan a este libro la inspiración de los movimientos de “indignados” que se han visto últimamente en España y en otros países.

Si bien es cierto que la intención es buena, el libro, considerado como obra literaria, es pobre, poco profundo y está lleno de ideas comunes. Tal vez su discurso light o dicho con palabras más finas, su “pensamiento débil” es lo que ha hecho que llegue a las masas el mensaje, bastante simple. Pero precisamente esta falta de análisis, de reflexión, etc, es también su mayor fallo. Parece más una arenga que una obra de filosofía, de sociología o de cualquier otra ciencia social.

En un mundo ligero como el nuestro, donde la profundidad se sacrifica en aras de la penetración del mensaje, no es de extrañar la existencia de un libro así, que además, ha fermentado en un caldo de cultivo propicio. Ideas vagas, imprecisas genéricas, descargadas de la “conciencia de clase” de antaño, ausencia de objetivos claros y definidos, donde se abusa de la apelación a la resistencia pasiva o mejor dicho a la protesta pacífica… como si se quisiera indignar y a la vez desarmar a los jóvenes, no sea que su protesta sea tan intensa y tan violenta que realmente pueda cambiar el sistema. Porque, ¿de qué se trata? ¿De protestar o de lograr cambios profundos en un sistema que es profundamente injusto en lo humano aunque en lo económico se haya mostrado muy lucrativo para ciertos estamentos? El libro no nos da la respuesta.

Lectura solo recomendable a quienes deseen conocer el libro que supuestamente inspiró los movimientos cívicos del mayo del 2011, bastante alejados en intención, movilización, potencia e impacto en la Historia de los del mayo francés de 1968. Pero si se puede elegir, mejor leer filósofos y pensadores de más fuste...

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