martes, 30 de junio de 2020

La vida desnuda, de Mónica Carrillo

Editorial: Planeta, 2020
288 páginas
20.50 €
Ebook:

Argumento:

Gala se reúne con su familia para despedirse de su abuela, lo que origina una serie de revelaciones.

Comentario:

La premisa de La vida desnuda, que se inicia con un viaje que se antoja de aprendizaje y descubrimientos, junto a una estructura en tres partes que divide la vida de cada persona en pública, privada y secreta, resulta, en principio, atractiva, interesante. La publicidad, que anuncia misterios familiares, también crea expectativa. Hasta que se avanza un poco en la lectura…

La protagonista en primera persona, como es habitual en las novelas de la autora, suelta, desde el principio, una serie de “reflexiones” que ella parece creer profundas, producto de intensas vivencias, incluso asegura que el relato de otro de los personajes, la tía Julia, no se podría haber escrito sin vivirlo… cuando las frases son tan superficiales, tópicas y carentes de contenido como todas las demás que enumera Gala. Sus conversaciones con Chris, durante el viaje en tren que la lleva a reunirse con su familia, suenan artificiosas, casi un “duelo” a ver quién dice la cita más “profunda”.

Los secretos familiares, incluido el que da comienzo a la novela, a modo de inicio “impactante”, son sumamente convencionales, y hasta engañosos en algún caso (lo del abuelo). La forma en la que se relatan, con cada personaje contándole a Gala sus vivencias sin la menor presión por su parte o intento de crear intriga, contribuye a crear una sensación de trivialidad que pronto resulta frustrante y distancia del texto.

El “secreto” que ocupa más páginas, el de la tía Julia, recuerda demasiado a las relaciones que establecen las protagonistas de anteriores novelas de la autora, La luz de Candela y Olvidé decirte quiero (también reseñadas en este blog). Las tres mantienen relaciones enfermizas con hombres muy guapos, que las mantienen enganchadas físicamente y que, en el fondo, son incapaces de amar. Las excesivas similitudes entre ellas, y la falta de originalidad de los relatos, contribuyen a la sensación de ya leído que se extiende por toda la historia.

Los personajes, carentes de personalidad, incluida Gala, pese al relato en primera persona, no despiertan interés ni empatía, y que todas sus tramas estén relacionadas con temas sentimentales, románticos, resulta repetitivo. Tampoco se percibe un sentido o una finalidad en esta serie de relatos, no sirven para que cambien las vidas de sus protagonistas, para que tomen decisiones, establecidos en una suerte de resignación o incapacidad de reaccionar. La única "beneficiada" es Gala.

En resumen, La vida desnuda es una novela casi esquemática, carente de complejidad, de elaboración, tanto en la forma como en el contenido. La historia que cuenta es superficial, previsible y decepcionante. Que se parezca tanto a obras anteriores de la autora no le beneficia. La ausencia de sorpresas o misterios que resolver tampoco ayuda.

La vida desnuda ha ganado el Premio Azorin de Novela 2020


***T***


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martes, 23 de junio de 2020

El Anacronópete, de Enrique Gaspar y Rimbaud

El Anacronópete
Enrique Gaspar y Rimbaud
Círculo de Lectores, S. A
221 páginas


Argumento:

En el París decimonónico, un inventor español presenta al público el "Anacronópete", una máquina para viajar en el tiempo. Pronto, él mismo, acompañado por un grupo de excéntricos viajeros del tiempo, pondrá a prueba las potencialidades del artefacto en diversas épocas de la historia.


Comentario:

Aquí tenemos la típica novela que es más famosa o relevante por ser pionera en un campo, en este caso el de la ciencia ficción hispana (e incluso el de la ciencia ficción a secas, pues por primera vez, antes incluso que Wells, presenta la premisa de una máquina para viajar en el tiempo), que por sus valores literarios, que son más bien escasos. También es conocida por aparecer el susodicho aparato en un capítulo de la serie española "El Ministerio del Tiempo", donde se le hace un homenaje a la obra de Gaspar y Rimbaud. Ni qué decir que dicha aparición estelar explota los pocos detalles de la historia que merecen un poco la pena.

El caso es que la novela comienza más o menos bien, con una descripción bastante vívida de la exposición universal parisina donde se presenta la máquina, prolija, en el estilo de la época, pero aceptable. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de los fallos y el nulo rigor científico de la obra cuando se explican las bases del funcionamiento del Anacronópete. No es que no sean "científicas", es que directamente se van por lo surrealista y lo absurdo, no tratando en ningún momento de revestir el invento con un halo más o menos "creíble", como por ejemplo sí hacían autores como Wells o Verne, muy documentados en la ciencia de su época. Porque Verne te puede soltar que unos señores se van al centro de la tierra y que se lo creas (aunque sepas que es imposible), pero aquí ni se intenta buscar una mínima verosimilitud ni ese juego de "suspensión de la incredulidad" con el lector.

La historia, a partir de los viajes en el tiempo, hacia el pasado siempre (incluyéndose épocas no estrictamente "históricas", como la de Noé y el Diluvio), se hace muy ardua de seguir, sobre todo debido a dos factores que lastran la novela de principio a fin: los personajes, muy numerosos, chuscos y sin contenido, y la falta de una historia o trama medianamente armada, que, para colmo, tarda en avanzar. El estilo, además, es poco lucido, aunque no es lo peor, desde luego.

Otro grave lastre, relacionado con la falta de trama consistente, es que cada vez que llegan a una época tiene lugar una aventurilla irrelevante, trufada de inmensas dosis de digresiones históricas o notas eruditas, más o menos interesantes según sea el gusto del lector por la historia, pero en todo caso, muy mal introducidas. El autor puede que esté bien documentado (como se nota en la parte que transcurre en China y en la de la antigua Roma), pero su manera de expresar esos conocimientos no es la más ágil ni la más literaria.

Pero lo peor es que cuando por fin sucede cierto episodio que te mantiene en intriga sobre qué pasará... el autor te lo dinamita con el peor y más brusco desenlace posible, que hace que odies la obra hasta el extremo. Pasada la irritación inicial no puedes sino mirar con cierta condescendencia tal final, ingenuo, por usar palabras suaves, que hoy en día sería considerado una auténtica puñalada en el corazón de los lectores.

Entre lo salvable, algunas consideraciones acerca de lo que supone el viaje en el tiempo y sus efectos sobre los viajeros, bastante originales, así como la introducción del "fluido García", un curioso antídoto contra los indeseados "efectos" anteriormente citados.

En resumen, una novela que es más bien una curiosidad que un entretenimiento, que acusa su origen teatral (casi de zarzuela, a juzgar por el cariz de los personajes). Quizás pueda hacer gracia a los fans de los viajes en el tiempo, si son lectores con un nivel de exigencia bajo, comulgan con el humor de la obra y saben bien a qué se enfrentan. En todo caso, bien por Gaspar y Rimbaud por inventar este tópico de la ciencia-ficción antes que Wells. Para algo que inventamos los españoles... Por cierto, viene con simpáticas ilustraciones, que son de lo mejor del libro, así como la portada.


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martes, 16 de junio de 2020

Las huellas del silencio, de John Boyne

T.O.: A History of Loneliness, 2014
Editorial: Salamandra, 2020
Traducción: Eduardo Hojman
400 páginas
22 €
Ebook: 9,99 €

Argumento:

Odran Yates, un sacerdote católico irlandés, hace un repaso de su vida, como cura y como persona.

Comentario (con SPOILERS):

Las huellas del silencio trata, supuestamente, de los abusos cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica en Irlanda durante décadas, aunque durante buena parte de su desarrollo es difícil suponerlo, dando más la impresión de que cuenta la anodina vida del protagonista.

Relatada mediante saltos temporales que no parecen obedecer a otra intención que ocultar supuestas revelaciones hasta que el autor lo cree conveniente, estos producen cierta sensación de caos y desorden, y hasta la impresión de que una narración convencional, ordenada, hubiera justificado mejor la “inocente ignorancia” de Odran.

El narrador en primera persona, subjetivo y engañoso (omite contar ciertos detalles que no le dejan en buen lugar hasta que, de nuevo, conviene al autor y a la historia), también se diría que intenta retrasar la “sorpresa”, con poco éxito, dada la falta de sutileza tanto del autor como de su protagonista al insinuar lo que ha hecho quién a quién (lo de Aidan no puede ser más obvio).

Capítulos largos plagados de digresiones cuyo interés y relevancia son dudosos, como las conversaciones entre Yates y varias personas de su familia, incluidas las vidas de sus progenitores o la relación con su hermana (solo algunos pasajes tienen importancia en la historia), una “persecución” en Roma, las páginas dedicadas a su trabajo de profesor o las menciones de lecturas y autores irlandeses.

El trabajo del cura con varios papas, en especial Juan Pablo I, cuya temprana defunción parece relacionar de alguna manera con el tema principal, quizá esté entre lo más justificado en una novela que en demasiados momentos parece avanzar sin rumbo ni sentido, con una redacción tan apática y superficial como la vida de Yates.

Solo al final de la obra se centra en el tema principal (los curas pederastas y los juicios a los que fueron sometidos), y se da explicación a una mínima parte de las anodinas vivencias de Odran Yates. Lamentablemente, no hay ni sorpresas ni interés en este relato, todo se había intuido en los capítulos anteriores.

Quizá lo más interesante se encuentre en los dos capítulos finales, y son las conversaciones del protagonista con Aidan Ramsfjeld y Tom Cardle, en especial la última, donde, de alguna manera, se da sentido al relato y personalidad de Yates, y permite reflexionar sobre la responsabilidad de quienes, aun sabiendo lo que ocurría, prefirieron fingir, por uno u otro motivo, que no existía.

En resumen, Las huellas del silencio es una novela que se hace larga y confusa, con demasiado texto sobrante y personajes poco interesantes. La buena intención del mensaje que quiere transmitir y un par de reflexiones, demasiado cerca del final, no son suficientes para producir reacciones en cualquier sentido, ni siquiera es entretenida.


***T***


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lunes, 8 de junio de 2020

A lo lejos, de Hernán Díaz

A lo lejos (Finalista Premio Pulitzer 2018)
In the distance
Hernán Díaz
Traductor: Jon Bilbao
352 páginas
Impedimenta


Argumento:

Un inmigrante sueco que viaja a los Estados Unidos pierde a su hermano durante el embarque. Cuando alcanza su destino en California, trata por todos los medios posibles de llegar a Nueva York, donde presume está su hermano, pero esta ciudad se encuentra en la otra punta del inmenso país americano. Atravesarlo será cualquier cosa menos fácil... Por el camino se encontrará con todo tipo de personajes pintorescos, peligros y aventuras.

Comentario:

La novela no está mal en cuanto a la prosa. Tiene partes bastante logradas, con buenas imágenes y descripciones del mundo exterior e interior del protagonista. Sin embargo, no ha terminado de convencerme, básicamente porque no es lo que esperaba, lo cual no es malo en sí. 

Repito, la prosa y el estilo son elegantes, pero para mi gusto esto no se acompaña con una historia interesante. No necesariamente todas las novelas han de tener tramas trepidantes o desarrolladas. Hay libros cuya belleza y estética hacen que no las echemos en falta. Sin embargo, en este me habría gustado una trama que fuera más allá de la mera supervivencia del protagonista en un mundo hostil, y gracias a la cual pudiéramos profundizar en el "mensaje". Eso no significa que, tal y como está, sea una obra del todo fallida. Para nada. El autor nos coloca en situaciones límites en las que se pone a prueba a un ser humano y a su instinto por seguir adelante. Es la literatura despojando a las personas de otro atributo que no sea su enfrentamiento con la naturaleza y la propia mortalidad. Un hombre durante el lapso que le corresponde vivir, sin más, con todas sus miserias y grandezas, sus reflexiones, temores, la pérdida de la ilusión y del sentido de la vida, la deshumanización, la soledad, la locura. 

Para muchos lectores podría ser ardua de leer esta novela debido a la densidad de la narración y a la ausencia casi total de diálogos. A mí en concreto no se me ha hecho aburrida (es corta), pero no es el tipo de literatura "ágil" que prefieren la mayor parte de los lectores del género de aventuras. 

Me ha dado la impresión de que, pese a estar centrada toda la acción sobre un único personaje, protagonista absoluto, no he llegado a conocerlo del todo. Sí, se nos cuentan sus acciones externas, incluso algunos de sus deseos, pero es como si faltara alguna pieza para completar el retrato psicológico. Eso crea la sensación de que a veces actúa un poco de forma mecánica, dejándose llevar por impulsos o simplemente dejándose llevar por cada situación en concreto por la que pasa. Le ocurren cosas horribles y no me conmuevo.

El ejemplo son los capítulos iniciales, cuando es retenido por una mujer y su banda, donde muestra una actitud pasiva e indolente, como si fuera un muñeco. En otros episodios, por el contrario, actúa de forma violenta, reaccionando a hechos de la misma índole, pero la manera tan fría como está contado no hace que empaticemos ni que nos emocionemos o sintamos el horror. Al menos, a mí no me ha pasado. Todo transcurre demasiado superficial o ausente de sentimientos. Entiendo que se ha pretendido una narración aséptica y cruda, que encaje con un protagonista que, dada su incapacidad para comunicarse (al ser sueco no domina el inglés), desde el inicio está avocado al aislamiento y la introversión (y también a la incomprensión por parte de los demás). 

El estilo narrativo recuerda a las novelas de episodios, como el Quijote, donde un personaje realiza un viaje y se nos cuentan las diversas aventuras que afronta y los diversos personajes con los que se relaciona. Aquí vemos de todo, desde un naturalista obsesionado con los orígenes de la vida en la tierra (que es uno de los capítulos que más me gustó), hasta bandas asesinas de fanáticos religiosos. Se ve cómo el "Halcón" (el nombre que le dan al personaje por malentendido lingüístico, al no saber nadie pronunciar su nombre, Håkon) evoluciona desde la ingenuidad y la impericia iniciales hasta convertirse casi en un Macgiver de las montañas, un sujeto asocial y casi animalesco, que bordea la locura (o está dentro de ella), y que saca partido de la naturaleza para su supervivencia en el total alejamiento de la sociedad.

En resumen, una obra que está bien, bien escrita y narrada, pero de forma en exceso fría, y hasta diría que convencional (hay algún tópico que recuerda a películas de la misma temática, la propia reseña editorial hace referencia a las aventuras de Jeremiah Johnson, ya saben, la peli aquella con Robert Redford). Leerlo no es una pérdida de tiempo, pero tampoco transmite mucho más allá de su perfección técnica o de la curiosidad de estar ambientada en el oeste americano y en su abrumadoramente salvaje naturaleza. Al menos termina "bien" aunque quede abierta a nuevas aventuras en nuevos ambientes. Y me ha parecido entretenido.

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miércoles, 3 de junio de 2020

La Nena, de Carmen Mola

Editorial: Alfaguara, 2020
Colección: Alfaguara Negra
390 páginas
19.90 €
eBook: 8.99 €

Argumento:

La BAC se enfrenta a la desaparición de Chesca, a cuya búsqueda se une Elena Blanco.

Comentario:

En esta entrega de la Brigada de Análisis de Casos, precedida por La novia gitana y La red púrpura (reseñadas en este blog), la autora sigue el mismo esquema que en las anteriores: alternar puntos de vista, en tercera persona y presente, bastantes pasajes truculentos en los que se muestra la situación de la persona que buscan, y otros, situados en el pasado, en cursiva, utilizados para explicar cómo y por qué llegaron a ser así los criminales.

Como en La red púrpura, la BAC se enfrenta a un misterio, la desaparición de Chesca, que les implica personalmente, lo que no impide que el equipo al completo se ocupe de su resolución, incluido Zárate, con quien ella mantiene una relación (hasta habían discutido, algo que habitualmente le convertiría en sospechoso y le sacaría del caso) o la propia Elena Blanco, que ya no forma parte de la brigada, ni tiene intención de regresar. Aun así, el comisario Rentero les permite investigar, y hasta se suma al grupo su sobrina, recién llegada, Reyes.

En cuanto a la historia en sí, no es original, sigue un esquema clásico en el que los protagonistas avanzan mediante interrogatorios a distintos personajes. Además, la mayoría de lo que pasa resulta demasiado previsible, incluyendo los ya habituales pasajes, tan desagradables como innecesarios, en los que la autora describe violaciones y torturas de forma tan repetitiva como falta de emoción, sin quedar claro lo que pretende al ser tan explícita: ¿Que se empatice con la víctima? ¿Rechazo hacia los agresores? ¿Impactar mediante recursos facilones?

Los personajes habituales, desde Elena Blanco al resto de la BAC, siguen funcionando con características básicas. La nueva, Reyes Rentero, intenta destacar por detalles tan poco habituales como irrelevantes. La Nena tiene un desarrollo tan simple y un cometido tan breve, que apenas se justifica que de título a la obra. Y los malos… son los malos: previsibles y carentes de originalidad.

En la última parte de la novela, que hasta entonces había avanzado con cierto ritmo, se produce una suerte de atasco cuando la autora relata prolijamente las reacciones de varios personajes a lo sucedido en una serie de capítulos que alargan la historia sin un aporte reseñable.

En resumen, La Nena es una novela muy similar a las anteriores obras de la autora, y a tantas otras del género, al punto de seguir un esquema tan convencional y limitado de recursos como, a ratos, eficaz, al menos lo suficiente para mantener el interés durante casi toda la narración, y hasta entretener sin muchas pretensiones.


***T***

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