martes, 26 de mayo de 2020

Rebelión en la granja, de George Orwell

Rebelión en la granja
Animal Farm
George Orwell
Emecé Editores
177 páginas

Argumento:

Los animales de una granja se rebelan contra sus amos humanos e instauran una república gestionada por ellos mismos. Lo que parecía un sueño utópico de libertad y mejor reparto de riqueza termina como un totalitarismo por parte de algunos de los animales, que oprimen a los otros y se benefician de ellos.

Comentario:

George Orwell es sinónimo de sociedades distópicas y cuentos alegóricos de cariz totalitario. En la línea de 1984, aunque quizás algo más ligera, menos agobiante y oscura, tenemos esta "Rebelión en la granja" que presenta la aventura de unos animales que se rebelan contra los humanos para gestionarse a sí mismos y librarse de la explotación. El estilo, repito, es más como un cuento que casi podrían leer niños, a diferencia de 1984, novela sumamente angustiosa y que, a mí por lo menos, me causó una mayor impresión.

Siempre según mi opinión, en cuanto a calidad literaria, esta obra es inferior a la citada 1984. Orwell, que no parecía caracterizarse por la sutilidad, se muestra, en este relato, en exceso obvio en cuanto a sus intenciones, metáforas y alegorías. Algunos dicen que podría ser una visión de todos los totalitarismos, pero basta una lectura no muy profunda para darse cuenta de que lo que se retrata en estas páginas es una brutal crítica/sátira del comunismo soviético y similares, en especial su versión estalinista, hasta el punto que se podrían establecer paralelismos de varios de sus personajes con algunos participantes de la revolución rusa y el régimen devenido de ella. 

Siguiendo con lo poco sutil, cada especie animal representa un tipo humano dentro del esquema de poder, siendo los perros el brazo armado, los cerdos los mandatarios opresores e ideólogos, las ovejas, los ciudadanos sin criterio propio, que obedecen a todo sin pensar, y así con todo... Como en 1984, se hace referencia al afán de los que gobiernan por ir modificando la historia a su conveniencia. En este caso, las leyes primigenias de los animales revolucionarios, que son sistemáticamente reescritas hasta cambiar incluso de significado, de forma que solo el más viejo del lugar es capaz de recordar cómo eran de verdad. También se plantea la ilusión inicial de toda revolución en pos de sus ideales hasta darse de bruces con la realidad de la imposibilidad de las utopías y su conversión rápida, mediante la manipulación de masas y la propaganda, la represión y el control del individuo, en distopías sofocantes de las que es imposible salir por las buenas, y donde, como siempre, hay un grupo hegemónico y privilegiado que se aprovecha de los demás.

El final es demoledor y descorazonador: el estamento revolucionario termina mutando en casta y pactando con sus antiguos enemigos, hasta el punto de que es imposible diferenciar a unos de otros en el festín al que solo los que mandan tienen acceso. Unas conclusiones que deberían hacernos reflexionar sobre la realidad que vivimos y los cantos de sirena que llevan a los seres humanos a sistemas sin libertad por el miedo y la entrega a élites y gobernantes de poderes extraordinarios "por nuestro bien".  Pero los peor parados no son los cerdos opresores que usan su inteligencia para dominar a los otros, sino las masas manipulables y dóciles que "tragan con todo" y repiten las consignas del régimen sin cuestionarse nada.

En resumen, una lectura muy interesante para nuestros días, que, por desgracia, nunca pasa de moda, quizás menos potente y menos oscura que la famosa 1984, casi un cuentecillo, pero de igual modo crítica con los  regímenes totalitarios, donde los seres humanos son privados de libertad en aras de su supuesto beneficio. No permitamos que estas cosas pasen fuera de los libros. Pensemos por nosotros mismos.  


¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. El blog no se hace responsable de los spoilers que puedan aparecer en los comentarios, ya que Blogger no permite editarlos. Se ruega que se ponga un aviso si se van a mencionar. Gracias por tu opinión)

jueves, 14 de mayo de 2020

La violinista de la rosa blanca, de Amelia Noguera

Editorial: Amazon
362 páginas
14,82 €
Ebook: 3,99 €


Argumento:

Tras matar a la mendiga Isabella de forma accidental (según él mismo insiste una y otra vez), y que su amigo Bruno caiga en coma, Hipólito decide buscar a la familia de éste para comunicarles lo sucedido.

Comentario:

En la sinopsis de La violinista de la rosa blanca se dice que se trata de un homenaje a El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza, y quien la haya leído no tendrá dificultad en encontrar coincidencias, como un protagonista poco convencional que recorre una ciudad (en una Barcelona, en la otra Madrid) investigando un caso en los años 70 del siglo XX.

También hay similitudes en los nombres de algunos personajes, desde Isabelita, a quien Hipólito cuenta su historia, María Mercedes o la doctora Laurita Sugrañes, emparentada con el médico barcelonés dedicado a la salud mental de la novela de Mendoza. Además, hay homenajes, quizá más sutiles, a otras obras (los sugus…), aunque la historia tiene su propia personalidad y no tarda en emprender su propio rumbo.

Hipólito/Marlon narra la mayor parte de la novela en primera persona, lo que le convierte en un protagonista, en ocasiones, poco fiable (él mismo sugiere en alguna ocasión que no lo cuenta todo), definido por un tono arcaico y rebuscado (otra similitud con Mendoza) y algunas frases recurrentes. Logra resultar simpático y atractivo la mayor parte del tiempo, incluso cuando se contradice, se hace el tonto o reacciona de forma inesperada a las situaciones a las que se enfrenta, a veces insensible, otras muy sensible.

Cuando toma la palabra en el relato el tiovivero Jacinto/Andrés, aunque la “voz” es distinta, no resulta tan convincente, quizá porque cuenta cosas que no puede saber, como son pensamientos, emociones y gestos de otros personajes. Que, además, su declaración sea de algo que le contaron, contribuye a la falta de credibilidad.

Cuando María de las Mercedes cuenta la historia real del doctor Velasco y su hija Conchita, y el ser del otro lado del averno habla del igualmente real “hombre lobo” Romasanta (entre otras narraciones), siendo la segunda algo más pertinente que la primera en cuanto a relación con la trama principal, queda mejor, más “creíble”, debido a la ausencia de profundidad en los detalles.

María de las Mercedes, doña Juana la loca (más tarde, y brevemente, la triste), Joaquina/Tomasina, Clarisa, Jacinto/Andrés, el cura Anselmo Fraile Feo, Bruno o el abuelo de Hipólito son secundarios poco convencionales que enriquecen la historia, sobre todos los personajes femeninos, en su mayoría más interesantes que los masculinos.

Durante buena parte de la novela, la presentación de los personajes, el inicio de la investigación, la narración fluye con facilidad, sin que el estilo arcaico y algo rebuscado resulte en ningún momento pesado o difícil de leer. Sin embargo, cuando Hipólito empieza a recabar testimonios, la obra se ralentiza, aparecen algunas situaciones y anécdotas cuya relevancia, aparentemente, no va más allá del adorno.

También el cruce de informaciones, a veces sobre los mismos temas y personajes, perjudica la fluidez, produciendo en ocasiones una sensación de reiteración, sin añadir detalles nuevos de interés. Las similitudes entre las situaciones que se relatan pueden llevar, en ocasiones, a no distinguir  a unos personajes e historias de otros.

En resumen, La violinista de la rosa blanca: Una loca historia de amor, humor, crímenes y leyendas es una novela bien redactada (salvo contadas excepciones, y hay hasta alguna errata), en la que se nota una cuidada planificación para cuadrar los detalles, lastrada a veces por pasajes innecesarios y algunas repeticiones. Que se pueda adivinar gran parte de lo que sucede mucho antes de que Hipólito (que quizá se está haciendo el tonto y el despistado…) lo deduzca, no es algo negativo. La impresión de que la autora ha vivido su novela, presente en algunos detalles que enriquecen tanto la historia como a los personajes, contribuye a sentirla cercana, a empatizar con Hipólito y sus vivencias. La impresión final es positiva.


***T***

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viernes, 8 de mayo de 2020

El ángel de la muerte. El fin de los días, de Steven Alten

El ángel de la muerte. El fin de los días
Grim Reaper: End of Days
Steven Alten
Traductor: Alfredo Gurza
Plaza y Janés
528 páginas


Argumento:

Una bióloga con creencias mesiánicas decide inocular la mortal bacteria de la peste en Nueva York, donde se extiende con rapidez y miles de victimas. Mientras, el veterano de guerra, Shep, lidia con sus traumas derivados de su servicio en la guerra de Irak. Cuando se desencadena la tragedia, Shep deberá iniciar un viaje iniciático en busca de su mujer y de sí mismo.


Comentario:

He de reconocer que decidí leer este libro por su temática sobre pandemias asesinas, que es lo que ahora está de moda en el mundo, ejem. Quizás no sea la lectura más adecuada, pero tenía curiosidad, y más teniendo en cuenta que la obra se escribió hace casi diez años (2012). 

La novela tiene la estructura típica de los bestselleres del género thriller, con la participación de varios personajes  en diversos lugares, cuyas acciones terminan confluyendo en el escenario de una ciudad de Nueva York apocalíptica. Siendo así, una novela de acción, que nadie espere una prosa brillante o destacada sino más bien funcional y meramente descriptiva. Aun así, tampoco esperaba un derroche de recursos literarios, ya que la historia no se presta a ello.

Al principio parece que va a seguir los clichés y lugares comunes del género, pero desde antes de la mitad ya se percibe un cambio de tono hacia el “misticismo”, por llamarlo de alguna manera. 

Ciertamente, el libro me ha sorprendido por varios motivos. En primer lugar, por la carga de crítica que incluye respecto a la política exterior de Estados Unidos, muy especialmente hacia los atentados del 11 de septiembre (que considera casi ataques de “falsa bandera”) y la subsiguiente guerra de Irak, uno de cuyos veteranos es el protagonista de la obra. El autor no escatima comentarios negativos hacia esta guerra y las mentiras del gobierno de Estados Unidos para justificarla. También arremete sin tapujos contra la guerra biológica, y el uso de bacterias y virus de forma criminal. 

Otro aspecto sorprendente es el giro ideológico religioso que da el libro conforme avanza. El autor muestra una gran sensibilidad hacia la parte espiritual del desarrollo del protagonista, que para algunas personas podría resultar un poco extraño. Es una religiosidad no solo cristiana sino que incluye esbozos de otras culturas o incluso de elementos sui generis un poco new age, como la existencia de agrupaciones de sabios secretas, al estilo de los Superiores Desconocidos de Blavatski.

La narración adquiere según avanza un cariz simbólico claro, que utiliza como base sobre todo la Divina Comedia de Dante. El protagonista es guiado por un anciano llamado Virgil (Virgilio) cuya identidad real es uno de los giros sorprendentes del final. En cambio, la identidad “verdadera” del protagonista sí que se intuye un poco, aunque su desenlace tan surrealista desde luego que no. Como en la Divina Comedia, Virgil y Shep, trasuntos de Virgilio y Dante, van atravesando diversos “círculos” de condenados, en medio de vívidas y siniestras alucinaciones y visiones de otras vidas.

La obra no es apta estómagos sensibles y gente muy hostil al tema religioso. En cuanto a lo primero, no faltan descripciones de muertes, bubones, síntomas de la peste, escenas macabras y brutales y situaciones desagradables de gente confinada en la isla de Manhattan. La muerte, es literalmente, otro personaje de la obra, y aparece con la iconografía esperada, la Guadaña.

El final se sale del género y entra de lleno en la novela fantástica.

En resumen, una novela peculiar no recomendada a gente sensible y aprensiva, y mucho menos ahora, que estamos en plena pandemia…


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