jueves, 28 de julio de 2011

Los cadáveres de Callander Square, de Anne Perry


Los cadáveres de Callander Square
Callander Square
Anne Perry
Tradución: Rosa Sala
DEBOLSILLO
Nº páginas: 352 pags

Argumento

Unos jardineros descubren los cuerpos de un par de bebés enterrados en el jardín de la plaza Callander. El inspector Pitt se pondrá de inmediato a investigar en el entorno de la dicha plaza, mientras su esposa embarazada se infiltra en el hogar de uno de los vecinos para conocer de primera mano los turbios secretos de la clase alta.


Comentario

Este libro es el primero que leo de Anne Perry y el segundo de una serie de detectives  de la autora, protagonizada por el inspector Thomas Pitt y su esposa Charlotte, en plena era victoriana (sobre los años ochenta).

La novela está escrita de una forma muy sencilla y funcional, sin adornos ni florituras en la prosa, centrándose en la resolución del caso que le da título. Sin embargo, no se tratará de una resolución  impactante basada en las ingeniosas deducciones del detective (estilo Sherlock Holmes) ni tampoco en conclusiones extraídas de datos puramente forenses, sino que más bien la autora, aun haciendo un poco mezcla de estos estilos, se decanta por el estudio psicológico o de motivaciones de los personajes.

Así pues, la obra, narrada en tercera persona, va variando el punto de vista hacia diversos personajes que se nos muestran en sus conflictos y secretos, hechos que conoce el lector mucho antes que el investigador y que permiten a este hacer sus cábalas sobre los posibles asesinos. Me ha llamado la atención (se nota que no leo mucho de este género) el que la autora se centre casi más en los habitantes de Callander Square que en el propio inspector Pitt, que aparece casi solo para interrogar a los testigos. Sobre este punto destacar también la fundamental aportación de su mujer, Charlotte, una mujer de clase alta que perdió su estatus por amor a Pitt, pero cuyo origen aristocrático es utilizado para poder acceder a este mundo sin levantar sospechas. Es un personaje muy activo, que al tiempo que lleva su casa y su embarazo, adopta una personalidad falsa para entrar en la casa de uno de los sospechosos y hacerse amiga de otros personajes que le revelan chismorreos y detalles que luego serán útiles a su marido.

En cuanto a la ambientación, parece lograda, aunque al principio explica tal vez demasiados aspectos de la vida victoriana de forma "didactica" en lugar de contarlo sutilmente, integrado en la trama (por ejemplo, nos explica el tema de las tarjetas, algo que se supone que la protagonista debería saber; es decir, te saca un poco de situación porque se nota que te lo están explicando a ti, como lector). Pero son detalles contados. El resto está bien incluido, aunque la autora tampoco sobrecarga la historia con un exceso de ambientación o documentación. En lo que más se incide, y que tiene que ver con los crímenes, es en la obsesión de la época por las apariencias, la reputación, las exigencias morales de la vida social y la discreción con los deslices, aventurillas, etc, que se toleraban mientras no trascendieran y no crearan escándalos, es decir, que hay una cierta crítica hacia la hipocresía social.

La autora nos revela diversos tejemanejes sexuales y amorosos en personas respetables de cara a la galería, y con estos mimbres resuelve el caso, de una forma rápida, prácticamente en la última página de la novela, aunque con algún descubrimiento un poco casual, como el de una víctima en un jardín al que van a pasear...

Me ha resultado entretenida, sobre todo de la mitad hacia el final.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

martes, 12 de julio de 2011

El carcelero de Isbiliya, de Arlette Geneve


El Carcelero de Isbiliya
Editorial: Planeta
Colección: Booket
368 páginas
8,95 €
Ebook: 7,99 €

Argumento:

 El musulmán Yibrail se lleva a la cristiana Rosalía a su casa para que le enseñe cómo es el Dios de los cristianos…

 Comentario:

La novela comienza con un prólogo en el que Alma está al borde de un acantilado para suicidarse. La autora alterna descripciones del lugar con otras de los pensamientos y emociones de la mujer, mostrando cómo le afecta ese lugar, e incluye reflexiones necesariamente vagas sobre lo que la impulsa hacerlo, intentando crear expectativa sin revelar demasiado de lo que se intuye será relevante para explicar el odio que siente su hijo, Yibrail, protagonista de la historia, hacia los cristianos.

Quizá la manera en que está relatado, con una redacción en la que abundan los adjetivos, los adverbios acabados en –mente  y un tono pretendidamente poético y un tanto melodramático, puede perjudicar a lo que se cuenta, restándole dramatismo por exageración. Este tono afecta también a otras escenas posteriores.

Aunque la ambientación "histórica" parece correcta (a quien le interese la época tal vez pueda decirlo), con inclusión de hechos y personajes que realmente existieron, pasajes de batallas y palabras en árabe (Isbiliya es Sevilla, etc), se incluyen términos utilizados por los personajes y frases hechas actuales en la voz narradora:

“—¡Mostráis debilidad con vuestra empatía!
Abu Ya'qub levantó los ojos con la sorpresa pintada en ellos. Yibrail mostraba siempre su desacuerdo sin morderse la lengua; la franqueza era algo habitual en él, pero aun así, Abu no pudo ocultar un destello de desaprobación en su mirada por sus palabras impulsivas, sin embargo, era incapaz de olvidar que le debía la vida.” (Página 18)

“—Por un centímetro sigo teniendo la cabeza sobre los hombros.” (Página 200)

“Roland podía ser para ella como agua de mayo, pero sentía sus sentimientos cercenados por el odio y la apatía.” (Página 229)

(¿En 1195 se hablaba de empatía? ¿Se medía la longitud en centímetros?)

Si a eso, que quizá no es todo incorrecto, aunque sí puede resultar chocante o sacar de situación, se le suma el hecho de que la protagonista, Rosalía, haya sido criada de forma poco convencional, la novela resulta la habitual mezcla curiosa de ambientación histórica y comportamientos actuales.

Además, tras leer "La promesa del Highlander" se diría que el esquema básico de ambas novelas es casi idéntico:

- Una joven heredera que se ve "obligada" a convivir con un hombre en la tierra de él, enfrentándose a nuevas costumbres en casi su única compañía.

- Un hombre (Kerien en una, Yibrail/Gabriel en la otra) atormentado por un pasado del que responsabiliza a una mujer al que ella “curará”.

- Un equívoco originado por algo que él hace a un familiar de ella y que, no se sabe bien porqué, no se aclara hasta muchas páginas después.

- El regreso de ella sola a su hogar, para administrarlo, secretamente embarazada de él...
- Más líos en distinto grado de credibilidad, aclaración y final feliz.

Así, aunque la autora resuelve algunas de las situaciones de distinta forma, puede quedar una sensación de ya leído.

La creación de personajes (psicología, motivaciones…) es bastante sencilla, se limita casi exclusivamente a los protagonistas y no se aprovecha el potencial de unas premisas en principio atractivas como es la pertenencia de Yibrail a dos mundos (musulmán y cristiano), la forma en que la coacciona para que acepte enseñarle cómo es el Dios cristiano o incluso, antes, que la primera vez que se ven ella vista de hombre.

También se perciben algunas incongruencias, desde que ella sepa que él es conocido como el Ángel Negro (“… era el mejor y más despiadado oficial de su ejército, y no respondía ante nadie. Nada podía hacerle doblar la rodilla o quebrar su fuerza; se mantenía completamente apartado de todos por propia voluntad. Esa circunstancia había forjado un fiero guerrero carente de compasión.”) y un par de páginas después le pregunte si es un soldado o que ese pasado (como las “clases de religión” que se limitan a una breve conversación) no sea recordado ni tenga relevancia en su relación posterior o en el cambio que se produce en él al enamorarse de ella, algo resuelto de forma demasiado simple y superficial.

Si a esto se le añade que en el tercio final de la obra la autora  enfrenta a los protagonistas a situaciones repetitivas (un malentendido tras otro que se enredan de forma artificiosa cuando sería más lógico hablar), hace que uno de los personajes actúe de forma inesperada (Amed) para resolver cierta situación sin muchas complicaciones, el poco provecho que se le saca a premisas en principio interesantes (el odio que siente él hacia los cristianos, su brutal pasado como Ángel Negro o el interés en conocer la religión cristiana) o la sensación de haber leído ya la novela…


*** T ***


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domingo, 3 de julio de 2011

La elegida de la muerte (Öiyya), de Virginia Pérez de la Puente


La elegida de la Muerte. Öiyya
Virginia Pérez de la Puente
Ediciones B
555 Páginas

Argumento:

Issi, una mercenaria, se encuentra con una niña medio muerta entre los cadáveres de una batalla. La niña le toca la frente y le deja grabado un extraño símbolo. Paralelamente, los reyes de cuatro reinos mantienen una larga guerra.

Comentario:

Lo primero que me sorprendió de esta novela es que está muy bien redactada. Ya sé que mucha gente presupone eso en un libro publicado en una gran editorial como es Ediciones B, pero quienes estamos acostumbrados a leer mucho y de variados géneros nunca presuponemos nada en este aspecto y mucho menos si el autor es español y al género la fantasía.

Aunque al tratarse de un género bien definido como la Fantasía Heroica vemos ciertos clichés inevitables (¿hay algún libro de FH donde no se detengan los protagonistas en una taberna o posada?), el tratamiento de la historia en sí es bastante original, centrándose la trama principal en la peripecia de Issi (la mercenaria) en su intento de librarse del signo que ha marcado su vida y de comprender su significado y trascendencia. No obstante, también hay, de fondo, una subtrama de intrigas políticas y guerras entre varios reinos, que no parece aportar nada a la novela ni a la historia de Issi, y que lastra el libro con muchas más páginas de las necesarias, lo cual, obviamente, afecta al ritmo narrativo (hay por ejemplo una batalla que se me ha hecho muy larga, y por cierto, también algunos excesos en la descripción de paisajes). Tan poco vinculada está la subtrama de guerras con la otra que hasta podría funcionar como novela aparte. Por otro lado, algunas de las intrigas parecen algo rebuscadas y poco creíbles.

También se aprecian influencias bastante notables de la obra de G.R.R. Martin (Canción de Hielo y Fuego) tanto en la forma (estilo hiperrealista en algunas partes, violencia, lenguaje duro, etc), como en alusiones u homenajes más o menos literales (aparecen algunas frases que recuerdan a otras de la magna obra martiniana como "no sabes nada, Adhar", trasunto del famoso "No sabes nada, Jon Nieve", "Las cosas que me obligas a hacer", paráfrasis del no menos famoso "Las cosas que hago por amor"). De igual modo, algunas situaciones y personajes me han recordado (en especial en la subtrama de las intrigas palaciegas) a otros tantos de Martin (¿Thais = Cersei? ¿Tije = Melisandre?).

Si bien al principio la influencia citada es más obvia, conforme avanza el libro y se da rienda suelta a la fantasía, desbordada al final, casi lindante con lo metafísico y simbólico, menos se nota esta, dejando paso a lo que parece el estilo genuino de la autora (algunas de las partes más llamativas y personales son simbólicas, como la creación de Aubreï). Hablando del desenlace, me ha costado un poco entenderlo y seguirlo, tal vez por el carácter alegórico. La parte más lograda es la de los servidores de la Muerte en cierta cordillera y sus ritos y creencias. En los pasajes más  fantásticos es donde la autora demuestra mayor ambición literaria y artística.

No resultan fáciles los nombres de personas y de lugares. Puede costar meterse en el mundo imaginario por la dificultad para visualizar quién era quién en el equilibrio de poder o las diferencias y características de los diversos reinos en liza. La historia central, similar a una road movie con caballos o a un western, sin embargo, parece más interesante, aunque al estar intercalada con la otra, a veces es posible perder el hilo y no saber muy bien dónde iban los personajes y para qué.

Tal vez ayudara a esto una estructura en capítulos (centrado cada uno en un personaje) algo extraña, pues los hay de media página o menos y otros de mucha más extensión (todos ellos iniciados, por cierto, por citas de libros del mundo imaginario).

En cuanto a los personajes, la mejor definida es Issi, acompañada en sus réplicas por el sidekick Keyen, que también genera un interés romántico y cierta tensión sexual, y al tiempo, ocupa el rol de "gracioso". Me ha parecido que algunos de los personajes secundarios no estaban muy definidos o más bien que aparecían y desaparecían muy bruscamente.

Entre lo que menos me ha gustado, la utilización de palabras, expresiones y términos demasiado actuales o "españoles" que a mí me sacan de situación, como "quinceañera", "paranoica", "chaval", "gilipollas", etc, etc. En este mismo sentido, me ha descolocado bastante la inclusión de dos títulos de libros en latín, un idioma que se supone de nuestro mundo, y no de un mundo totalmente imaginario sin vínculos con el nuestro. De todas formas, sobre gustos no hay nada escrito y habrá quien prefiera que el texto esté redactado con estas "actualizaciones".

En resumen, una obra bien escrita, en el estilo que se lleva ahora de fantasía heroica, pero centrada en una búsqueda personal sobre la identidad, el Bien, el Mal, la Vida y la Muerte, con un leve romance, no empalagoso, y un exceso de páginas que afecta algo al ritmo.


HABLA EL AUTOR: Virginia Pérez de la Puente


¿Cuál fue tu intención al escribir esta obra? ¿Qué mensaje has querido transmitir con ella?

Mi intención no era más que dar rienda suelta a mi imaginación, y quizá escribir la novela que me habría gustado leer. No sé si os ha pasado a vosotros, pero yo aún no he encontrado la novela 'perfecta', es decir, ésa en la que no cambiarías ni una coma porque todo te parece fabuloso. Después de tanto tiempo pensando "Yo habría escrito esto otro" o "Me habría gustado más que esto hubiera sido así", decidí escribir mis propias historias, y esta novela en concreto fue un auténtico desahogo, porque no me puse ninguna traba a la hora de buscar una historia, un lenguaje, un desarrollo: la escribí para mí, y tuve la suerte de que, al acabarla, resultó coincidir con los gustos de muchos otros lectores. Evidentemente dista mucho de ser 'la novela perfecta', tiene cosas que ahora, leyéndola en perspectiva, cambiaría, pero la intención que tuve al escribirla fue ni más ni menos que ésa. Es un poco prosaico, pero no voy a engañarte con intencionalidades elevadas donde no las hay, jejeje.



¿En que se diferencia de otras del mismo estilo, género o temática?

En realidad, en todo. Verás, es que soy una firme defensora de que la fantasía no es estrictamente un género, sino un recurso que se emplea a la hora de escribir literatura. El 'género fantástico' no existe, hay tantos géneros como autores. Si os fijáis bien, cuando se desarrolló ese mal llamado género en la década de los ochenta (sobre todo) y noventa, consistía fundamentalmente en una repetición infinita de clichés, hasta que acabó, o al menos así lo percibí yo, cayendo muchísimo en calidad: todo era lo mismo, siempre se repetían las mismas circunstancias y situaciones. Una cosa es dejarte empapar por algo que te gusta y homenajear, citar o incluso parodiar a un autor o un libro, y otra hacer una réplica casi exacta. Y eso es en lo que se había convertido la fantasía en esos años, en un sinfín de copias de la Dragonlance y franquicias similares que, en realidad, no aportaban nada nuevo. De modo que yo, cuando me puse a escribir, decidí dejarme llevar. ¿Había un momento idóneo para un cliché, como la taberna que mencionas en la reseña? Tampoco iba a negarme a meterla por huir de los tópicos, si me venía bien a la narración, pero intenté escribir lo que yo quería sin ceñirme a ningún género ni a lo que se suponía que tenía que escribir al ser fantasía. Es obvio que tan malo es seguir punto por punto lo que otros han escrito como intentar por todos los medios escapar del tópico (ambas cosas pueden acabar fatal), pero sí intento, y supongo que poco a poco iré consiguiéndolo, no refugiarme en otras novelas de otros autores cuando escribo, no encorsetarme en un esquema por el hecho de que, supuestamente, estoy escribiendo un género.



¿Cuál sería tu público lector? ¿A quién se lo recomendarías? ¿A quién no?

Hombre, se lo recomendaría a todo el mundo xD. Bromas aparte, creo que es una novela que puede gustar mucho no sólo a los amantes de la fantasía, sino también de la novela de aventuras. Tiene un trasfondo alegórico, casi filosófico, pero en realidad es eso, una aventura. Como dices en la reseña, está más cerca de Martin que de, por ejemplo, Weis y Hickman o Salvatore, de modo que dependiendo de los gustos de cada uno y de lo que le pida a una novela gustará más o menos. Eso sí, si lo que alguien quiere son elfos, enanos y una lucha entre el Bien y el Mal, creo que aquí no va a encontrarla ;)



¿Tienes algo que comentar, objetar, aclarar o matizar al respecto de esta reseña? Defiende tu obra de la malvada criticona.

Jejeje no, creo que una reseña nunca debe matizarse. Al fin y al cabo, es tu opinión, y yo no puedo decirte lo que tienes que opinar respecto a mi novela :) Lo que sí diría, a modo de defensa, es que la trama política no se relaciona con la trama de Issi por un motivo, aparte del hecho de que no quise unirlas porque el camino de Issi iba hacia el lado opuesto del de los reyes y soldados de Thaledia y Svonda. Esa trama es un planteamiento, y con ella quise sentar las bases para un conflicto posterior: ten en cuenta que "La Elegida de la Muerte" es una precuela de una saga que publicaré próximamente ;). La trama es paralela e independiente, y supongo que si alguien se hace a la idea de que en algún momento se unirán, se llevará una decepción. Y en cuanto al resto... bueno, lo dicho, no puedo exigirte que opines lo que yo quiero, jejejejee. Quizá sí decir que lo del lenguaje es una opción personal que tomé hace tiempo, cuando decidí que, si una novela estaba escrita en castellano moderno, los modismos empleados también debían ser en castellano moderno, porque de otro modo no tiene mucho sentido. Pero claro, es mi opinión, cada uno tiene la suya, que para eso son opiniones jajajaja!

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