Sara Mesa
Editorial Anagrama
232 páginas
Argumento:
Una joven, Sara, ingresa como interina en una administración pública no identificada. Pronto encontrará un mundo para ella surrealista cuya única salida posible parece ser la oposición, el sistema de exámenes para conseguir un puesto fijo como funcionaria. Pero quizás eso no es para ella.
Comentario:
La nueva novela de Sara Mesa es una obra interesante de leer, que toca unas temáticas escasamente abordadas por la literatura, y más en concreto, por la literatura española: el mundo de los funcionarios. Cosa rara, habida cuenta de que en España hay como tres millones de funcionarios entre todas las administraciones (del Estado, autonómicas, locales, etc). Es decir, aquí hay mucho público potencial. Yo misma soy funcionaria, je. ¡Sorpresa!
Entiendo que la propia autora ha debido de tener alguna época en la administración o bien conoce a alguien dentro porque aparecen hechos y situaciones que es difícil que personas que nunca han sido funcionarios puedan describir.
Es curioso que siendo yo funcionaria y reconociendo muchas de las situaciones reflejadas, al inicio me daba la impresión de que todo era kafkiano o surrealista. Pero no, en la administración se dan cosas similares o mucho peores a las descritas en la novela... Lo que pasa es que cuando las vives a diario acaban por parecerte "normales".
La novela está bien redactada, con una prosa sencilla, pero no simple, con alguna imagen interesante. Se echa en falta una dirección, una trama algo más elaborada, ya que a veces parece un relato del día a día de una funcionaria interina que choca con el sistema a veces absurdo de su oficina.
Y es que la obra parece que cambia de argumento y de rumbo varias veces. Primero, nos cuenta la toma de contacto de la protagonista con el mundo surreal del funcionariado (puestos que parecen no servir para nada, ausencia de tareas, burocracia no orientada a ningún fin concreto, el distanciamiento entre las necesidades reales de la sociedad y los órganos encargados de las gestiones y procedimientos, lo oscuro del lenguaje administrativo, etc); pero sobre la mitad, cuando parece que la cosa no da más de sí, la autora da un bandazo y nos introduce la relación entre la protagonista y una funcionaria de la que se hace amiga.
Esta parte, que parece otra novela, me ha recordado mucho, pero mucho a las historias de Amélie Nothomb, tanto en lo argumental como en la interacción de las protagonistas. Aunque la autora sí introduce humor en el relato, le falta un poco de mordiente o de agudeza, de ser más incisiva o más brutal. Nothomb siempre va un paso más allá en este terreno, pero me la recuerda bastante.
Luego, al final, de nuevo cambia la novela y se centra en el tema que da título a la obra, la oposición, con un giro final sorprendente, o supuestamente sorprendente, pero que se ve venir.
He de decir, que aunque la vida de un funcionario en la administración está bien descrita (por desgracia), hay algunas cosas que me han resultado inverosímiles. Creo que la autora lo ha hecho así por exigencias del drama y de la narrativa, para crear una situación novelesca y simbólica al final, pero vamos, es muy difícil que ocurran dos hechos muy concretos... Lo pongo abajo del todo en spoilers.
La autora nos pinta un universo casi paralelo de estructuras obsoletas e innecesarias, papeleo, reuniones para nada, toda una forma de pensar y afrontar la vida, en contraposición con la vida creativa. De ahí, el conflicto de la protagonista entre lo práctico, que es agenciarse un puesto fijo y cómodo, y el deseo y la realización personal. Se contrapone la seguridad que otorga tener una fuente de ingresos para toda la vida con el desarrollo espiritual, mental y personal, aunque sea en precario.
En resumen, una novela entretenida sobre el mundo del funcionariado y la burocracia absurda, a la que le falta un poquito de argumento, sobre todo al inicio, y un humor algo más brutal. Este tema es para no dejar títere con cabeza, pero la autora está muy comedida para lo que podría haber sido... Aun así, la novela está bien.
Spoiler:
Dije antes que hay dos situaciones que me parecen absolutamente inverosímiles en la novela y que creo que están ahí solo en función del mensaje y por motivos dramáticos. En primer lugar, la protagonista, nada más entrar en la administración como interina, debido a ciertas actuaciones suyas, es sometida a un expediente disciplinario con resultado de falta grave y separación de la administración. Ni que decir tiene que eso es rarísimo que ocurra en la función pública. Tienes prácticamente que matar a alguien y aun así el proceso no sería tan fácil. Es casi imposible echar a un funcionario, y más por los motivos que se exponen en la novela. Pero bueno, entiendo que es para forzar el final, y por motivos narrativos. No todo tiene por qué ser tan realista. También es cierto que cada administración puede ser diferente. A lo mejor en la que conoció Sara Mesa sí pasaba eso. En la mía desde luego no.
Otra cosa discutible es el desenlace, de nuevo justificable por motivos novelescos. Ningún opositor normal haría lo que hace la protagonista ya que en la vida real, el 99% de las personas que se presentan a una oposición quieren aprobar o quedar en las bolsas de empleo creadas a los efectos. Por otro lado, la objeción que le pone la persona que vigila el examen también es ilógica, ya que en ese caso, anotaría la incidencia en el acta y ya. Pero bueno, es un final impactante y en el contexto de la novela entendible y coherente, acorde con el mensaje que se quiere transmitir.
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