Hojas de Dedalera
Victoria Álvarez
Editorial Versátil
518 páginas
Victoria Álvarez
Editorial Versátil
518 páginas
Argumento
Annabel,
 una huérfana que vive con sus tíos en el cementerio londinense de 
Highgate, posee el poder de ver a los muertos y de hablar con ellos. Con
 los años se convertirá en la médium más famosa de Londres y conocerá el
 amor de la mano de un hombre algo etéreo...
Comentario
El
 debut de la joven autora Victoria Álvarez revela un enorme talento y 
capacidad para la literatura. "Hojas de Dedalera" es una novela 
excepcionalmente redactada, y con una apabullante documentación sobre la
 época en que se desarrolla (finales del siglo XIX, inicios del XX), la 
cual permite la admirable reconstrucción del Londres victoriano. Es 
decir, los puntos fuertes de la novela, de forma indiscutible, son la 
ambientación y la buenísima prosa. También destaban las descripciones de
 casas, ruinas, abadías y cementerios, que le dan el necesario toque 
gótico a lo que en el fondo es una historia de fantasmas.
La
 obra está dividida en tres partes. En la primera, localizada en 
Highgate, se nos cuenta la infancia de Annabel y cómo descubrió su don 
para ver a los difuntos y hablar con ellos. Aunque para mi gusto se 
alarga en exceso esta presentación y sobran detalles en algunas escenas 
(la de la huida de Highgate, por ejemplo), se lee con cierto interés. La
 segunda parte, sin embargo, se me ha hecho casi eterna, dado que apenas
 ocurría nada en la historia, exceptuando el romance entre la médium y 
el fantasma. En la tercera parte, tienen lugar las revelaciones, de un 
modo demasiado rápido y atropellado.
Es
 decir, el ritmo de la narración es, en líneas generales, bastante lento
 e irregular. Hay partes que resultan pesadas, con descripciones de 
lugares que ocupan varias páginas. La historia flojea y hace agua en 
cuanto le aplicamos un poco de lógica. La autora, además, concentra en 
el final los datos y revelaciones, dando la sensación algunas veces de 
que se saca detalles de la manga para impactar y sorprender (los 
gemelos, por ejemplo; el anillo con el escudo). Personajes que 
desaparecen sin explicación o con justificaciones muy traídas por los 
pelos, una trama poco clara, que primero parece tirar por el misterio 
(con alusiones a Jack el Destripador, una expectativa de investigación 
policial que se frustra y que nunca llega a materializarse), luego se va
 a la novela romántica, y termina en la novela gótica-folletinesca con 
pirotecnia incluída, como si de una película de Roger Corman se 
tratara...; hacen que la novela se siga con un interés variable y que 
cueste llegar al final. Además, la prosa, que es muy buena, no se puede 
negar, también es prolija y densa, potenciándose más las descripciones 
que los diálogos.
En
 cuanto a los personajes, el más destacable es la propia Annabel, 
prototípica de lo victoriano, o más bien de lo gótico prerrafaelista 
(hay alusiones al cuadro de Beata Betrix, de Rossetti), con su cabello 
rojo y sus dotes mediúmnicas, y su carácter enfermizo y doliente. El 
resto de personajes están menos desarrollados, y exceptuando a Victor, 
cuya importancia es obvia, parecen estar un poco de adorno. Por lo 
demás, hay un cierto maniqueismo de buenos muy buenos y malos sin 
matices. Un ejemplo de personaje totalmente desaprovechado y que 
prácticamente no tiene rol en la novela, pese a dedicarle la autora un 
buen espacio, es Nathan, quien, en el fondo, no hace casi nada que 
afecte a la trama. Su único objetivo es precipitar el final. Lo mismo 
puede decirse de Abberline, cuya participación e interés nunca quedan 
demasiado claros. Si estos personajes desaparecieran o vieran mermadas 
sus apariciones a lo justo, la historia seguiría igual.
En
 la novela hay cosas algo incongruentes y poco creíbles (y no me refiero
 a los fantamas solamente). Resulta difícil de creer la abierta actitud 
de Lady Agatha hacia Annabel, y lo fácilmente que todos creen en los 
espíritus y en su historia. Es cierto que en aquella época la 
parapsicología estaba muy de moda, cosa que se refleja muy bien en la 
novela, pero también habia gente escéptica. Alguna posesión con 
descargas de energía suena algo peliculera y fantasiosa. Pero lo menos 
creíble es la parte "real", y la buena acogida que le dan a Annabel en 
cierta casa aristocrática.
En
 cuanto a la descripción del mundo del Más Allá está bastante bien 
construida, quizás con el pero de alguna excusa algo enrevesada para 
justificar falta de memoria de difuntos o que algunos se mantengan 
apartados equis años, etc... Sin embargo, me ha parecido que los 
espíritus, algunos concretamente, tienen actitudes demasiado terrenales,
 y la comunicación e interacción con ellos resulta demasiado cotidiana 
para ser creíble. Esto conlleva que pese a ser una historia gótica no 
produzca la menor inquietud ni desasosiego ni miedo.
Hay
 alguna incongruencia como el hecho de que unos difuntos por muerte 
violenta recuerden con pelos y señales cómo ocurrió (Cecil) mientras que
 otros (en los que conviene que no lo sepan) padecen de una oportuna 
amnesia... para propiciar el tenue misterio.
La
 protagonista por otro lado no averigua nada por investigación, todo le 
viene dado en repentinas iluminaciones o informaciones inesperadas, que 
dan lugar, por cierto, a conjeturas muy aventuradas. Vamos, que no sabes
 muy bien por qué llega a ciertas conclusiones repentinas, como por 
ejemplo la de su paternidad, solo basándose en detalles que no son ni 
pruebas.
En
 resumen, una obra muy bien escrita y ambientada, pero a la que le 
sobran la mitad de las páginas, con un ritmo pausado, romance fantasmal 
demasiado corpóreo y un misterio muy leve que se resuelve de forma 
folletinesca y algo efectista, aunque previsible. A los amantes del 
romance gótico y victoriano puede gustarles.
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