El salón de ámbar
Matilde Asensi Versión e-book
Argumento
Un
grupo internacional de ladrones de arte busca el mítico Salón de Ámbar
robado por los nazis y en paradero desconocido desde la II Guerra
Mundial...
Comentario
El grupo de Ajedrez que se dedica a robar y falsificar
obras de arte más parece un grupo de juego de Rol que un equipo
auténtico de ladrones. Se reunen en un chat para organizar sus golpes,
cosa que Asensi se encarga bien de recalcar, contándonos con pelos y
señales como se conectan, las claves en chino mandarín que usan, las
vueltas que dan para llegar a la sala, pasando por Pernambuco y la
Cochinchina. Y no se conforma con decirlo una vez, no. Hasta nos explica, por si no lo
sabemos lo que es el IRC.
"Así que a las cuatro menos cinco
estaba sentada de nuevo frente al ordenador, con otra taza de café junto
al teclado y un cigarrillo nervioso entre los dedos, conectando con mi
servidor de Internet y cargando el programa para acceder al IRC. Una vez
que el servidor me dio paso, entré en la red a través de Noruega, por
Undernet-Oslo, y redireccioné por Toronto, Canadá., y luego por
Auckland, Nueva Zelanda, cambiando de identificación para eludir
posibles rastreos. Convenientemente camuflada, solicité una lista de
canales abiertos y, en la interminable serie de nombres que aparecieron
en mi pantalla por orden alfabético, encontré #Chess con facilidad.
Pinchando dos veces sobre él con el botón izquierdo del ratón, entré en
una sala blanca y vacía, en el centro de la cual un recuadro parpadeante
me pedía la contraseña de acceso (el pass-word o pass). Tecleé «Golem»,
pulsé intro, y la imagen cambió: la sala blanca y vacía se llenó de
líneas de colores que ascendían por mi pantalla con mensajes de
bienvenida en los seis idiomas de los integrantes del Grupo de Ajedrez: "
"A la hora convenida, envuelta en el albornoz y secándome el
pelo con la toalla, ocupé de nuevo el sillón y me conecté al IRC. El
servidor me dio paso a la primera (me costaba una fortuna al año la
dichosa conexión) y, como siempre, entré en Undernet dando una pequeña
vuelta por el mundo y cam biando continuamente de identificación. Aquel
día utilicé un redireccionador que pasaba por Pensacola y Singapur, y
llegué a #Chess con mis falsos datos en alfabeto mandarín. Tuve que
cambiar la configuración del programa para poder escribir «Govinda» en
alfabeto latino sin bloquear el ordenador." Sí, como siempre, tú lo has
dicho.
Cada uno de los miembros del club lleva el nombre de
una pieza del juego de ajedrez en su propio idioma (Peón, Roi, läufer,
Rook, Donna, Cavallo...) aunque si lo analizamos bien esto no tiene
ningún significado dentro de la novela y algunos de ellos ni intervienen
en la trama. Como es lógico todos son expertos en un campo: Läufer es
el superhacker que te manda un troyano un día y ya te controla el
ordenador, entra en los sistemas de empresas e instituciones oficiales
como quien abre una lata de sardinas (pero en menos tiempo) y escribe en
los chats con mayúsculas (demostración de que es graciosísimo y tiene
una acusada personalidad); Roi es el príncipe francés amigo de la
familia de la protagonista y su protector (o sea, que tiene todas las
papeletas para ser el "malo" como luego se demuestra), que les ordena
las misiones, el jefe; Peón es la protagonista, la Lara Croft española
que embutida en su traje negro y ajustado entra en un castillo al estilo
Misión imposible mientras sus hormonas se agitan por el amor de
Cavallo, el portugués (guapo y maravilloso, según descripción de Asensi,
profunda como siempre al caracterizar a sus personajes), y así
sucesivamente.
("Láufer -o Heinz- era la simbiosis perfecta de
dos naturalezas contrapuestas, como si existieran dos hombres distintos
dentro de él: uno, cercano a los cuarenta años, apuesto, encantador,
responsable e inteligente, y otro, en plena adolescencia, gamberro,
temerario y petrificado en una suerte de eterna y falsa juventud, con su
greñuda melena rubia, su cazadora de cuero negro, sus deportivas viejas
y sus vaqueros gastados. Hacía ostentación de riqueza en las cosas
exteriores (el Mercedes-Benz, el móvil Iridium, el increíble ramo de
flores que me entregó cuando descendí del avión, etc.), pero luego
exhibía una profunda campechanía en sus gustos personales:"
Asensi debe de tener algún tipo de trauma
con las monjas/monjes y el estamento eclesial en general, ya que es rara
la novela en la que no mencione algún personaje relacionado con la
Iglesia. En este la vemos rizar el rizo. La protagonista tiene una tía que se metió a monja y le tiene alquilada una
celda del convento para que allí deposite el producto de sus robos. Real
como la vida misma, Asensi añade que la monja encima la chantajea y le
saca el dinero ("aquella arpía había estado extorsionando a mi padre
durante años y ahora me extorsionaba sin piedad a mí"). ¿Qué grupo de robo internacional iba a
permitir eso? Lo lógico sería pensar que buscarían un lugar mucho más
seguro, con gente de confianza, no con alguien que te chantajea.
Pues nada, que Roi les encarga robar un cuadro en un
castillo alemán, lleno de obras de arte, muy mono todo rodeado de agua,
al que se accede por un puente de diez metros, y que está protegido por
dos feroces rottweileres, y para allá que se va Lara, después, eso sí,
de tomar unas copitas con Laufer.
"Era impresionante.
Toda una fortaleza medieval construida sobre un islote cercano a la
ribera, unido a ésta por un largo puente que yo iba a atravesar
velozmente al cabo de un minuto. Láufer apagó los faros y, a oscuras,
aparcó el coche tras unos árboles cercanos que lo ocultaban
completamente de la carretera. Mi atemorizado compañero, poco habituado a
este tipo de correrías nocturnas, me ayudó a sacar el pequeño equipaje
del maletero y se quedó inmóvil, contemplándome, mientras yo llevaba a
cabo los rápidos y habituales preparativos: me quité la chaqueta y la
blusa, y luego los pantalones, quedándome sólo con una ajustada prenda
de malla, ligera y flexible, sobre la que me puse un traje isotérmico de
color negro como los que utilizan los marineros para mantener el calor
del cuerpo en caso de naufragio en aguas frías. El traje, ceñido como
una segunda piel, aunque extraordinariamente cómodo, me cubría todo el
cuerpo, excepto las manos y la cabeza.
-Nunca me hubiera
imaginado... -susurró entonces Láufer desde la oscuridad-. ¿Esto lo
haces siempre, Ana? Quiero decir... ¿siempre te vistes igual y todo eso?
-Siempre -le respondí, recogiéndome cuidadosamente el pelo con un
apretado gorro de goma negra-. El traje no sólo me protege del frío
exterior sino que impide que el calor de mi cuerpo dispare los sensores
de infrarrojos. Las personas emitimos una radiación térmica equivalente a
la de una bombilla incandescente de unos quinientos vatios, ¿lo sabías?
Si el cinturón de sensores de la muralla detecta cualquier emisión de
calor en las almenas, las alarmas se dispararán y tú y yo acabaremos
pa-sando la noche en la cárcel.
-Tu traje me parece precioso, Ana, de veras. No te lo quites."
En menos de cinco páginas ya está el cuadro robado y en la celda de la monja. Esto es efectividad y lo demás son bromas.
Pero
hete aquí que la superinteligente Lara descubre que hay otro lienzo
pegado al primero. Oh, sorpresa, que hay tres palabras raras en él: El
Salón de Ambar está en cierto edificio de Weimar. Con estas
explicaciones tan detalladas ya organizan una operación para
recuperar el tesoro. Läufer ha averiguado que los nazis robaron obras de arte cuando la guerra, entre ellas El Salón Ambar, así que
tiene que estar allí, en Weimar, en un sistema de galerías que un
ingeniero ya había descubierto durante unas obras, pero sin que se
tomara la molestia de investigar un poco
"BUENO, PUES ESTE
HOMBRE HABÍA BAJADO A LAS CANALIZACIONES SITUADAS BAJO EL ANTIGUO
GAUFORUM POR UN PROBLEMA EN EL SUMINISTRO DE AGUA DE LA CIUDAD Y SE
ENCONTRÓ CON UN AUTÉNTICO LABERINTO DE GALERÍAS: MUROS DOBLES, PASILLOS
TAPIADOS, TUBOS DE DISTRIBUCIÓN SIN PRINCIPIO NI FIN, PLANCHAS METÁLICAS
DE PROTECCIÓN, HUECOS ABSURDOS, TECHOS FALSOS... RECORRER AQUEL DÉDALO
LE LLEVÓ VARIOS DÍAS Y QUEDÓ CONVENCIDO DE QUE NO HABÍA PODIDO
EXAMINARLO TODO. ESTE INGENIERO MENCIONABA DE PASADA EN SU INFORME QUE
AQUELLAS GALERÍAS HABÍAN SIDO CONSTRUIDAS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL...".
Como Roi tiene 75 años y según él es demasiado
viejo para esa expedición, Lara y el Cavallo se apuntan a la fiesta.
Naturalmente, el portugués es incluido para que la prota
dé rienda suelta a su romanticismo exacerbado y adolescente (aunque es
una treintañera). Además, él tiene una hija supercerebrito que en un
solo día te baja de internet todos los planos de la ciudad de Weimar,
te los organiza y te hace un programa complejísmo, solo para ayudar a
papá en sus latrocinios. En este punto ya no sabes si reír o llorar.
Aunque comparando con los pensamientos de la protagonista sobre su
guapísimo novio...
Pues Peón y Caballo llegan a Weimar y ven una
alcantarilla. Venga, esa misma, que es la que está más cerca del
edificio. Y menos mal que van preparados con ordenadores, móviles,
comida para no se cuantos días, y trajes especiales, que si no... porque
vagando por los tunelitos se tiran doce días, hasta que
la niña supercerebrito con la que se comunican por el portátil les dice
que hay una galería en forma de cruz gamada (--«Como tengo mucho tiempo
libre he escrito un programa para seguir vuestra ruta y saber dónde
estáis...»). Si no llega a ser por la niña ahí se nos hacen viejos y
procrean.
"-¿Qué hacemos aquí? -me preguntó en un susurro.
-Buscamos un Salón de Ámbar robado por los nazis, ¿te acuerdas?
-De lo único que me acuerdo es de las veces que hemos hecho el amor.
Reí quedamente.
-Es un buen pensamiento-observé-. ¡Prepárate para cuando salgamos de aquí! Voy a terminar contigo."
El final es chapuza total, no hay por donde
cogerlo, la puntilla de
un texto flojísimo a todos los niveles, cuya característica
principal es la ingenuidad. Asensi abusa de las
referencias a las nuevas tecnologías, que se ve que le fascinan, porque
hasta lo más cotidiano (IRC, jpeg) le sorprende y lo explica como si
fuera lo último de lo último (aunque no tardará en quedar desfasado). Mis conocimientos sobre informática son
bastante pobres, pero según he leído (si no es correcto, decidmelo) para
instalar un troyano en un sistema se necesita la colaboración de la
víctima, ya sea al abrir un email o bajar un programa o pinchar en algún
sitio. Y eso de hacer programas complejos en un día añadiendo gráficos
como planos y mapas lo veo complicadillo. Ya cuesta hacer una web, como
para programar algo así en tan poco tiempo.
"-Los mapas y el
plano de Weimar. Los bajó anoche de Internet suponiendo que hoy nos
harían falta y, por lo visto, ha mejorado la resolución y ha hecho un
programita, un pequeño motor de búsqueda, para que nos resulte más fácil
localizar nuestra ubicación y la zona que queramos estudiar.
-He
reunido los datos de varios tipos de mapas -explicó Amalia con voz
firme-, de manera que tenéis una gran cantidad de información disponible
pinchando con el ratón ó introduciendo el nombre o parte del nombre de
lo que buscáis. Además, te da la mejor ruta para llegar a un punto si le
indicas dónde te encuentras. Sonreí y me acerqué a ella."
Sin
duda, contar historias de amor no es el fuerte de Asensi. Sus personajes
siempre se dan cuenta de repente de que están enamoradas. No se aprecia
la evolución de un romance, ni nada. No hay descripciones interiores de
los personajes, solo son guapos y maravillosos, pero carentes de
atractivo o carisma.
"Siempre me gustaba volver a ver a Cávalo. Para
mí era uno de esos hombres tranquilos y exquisitamente educados al lado
de los cuales puedes sentir que el mundo tiene sentido aunque en
realidad no lo tenga. De ojos profundamente oscuros y alegres, alto y
deportivo, siempre bien afeitado y bien peinado el espeso cabello gris,
José era un hombre muy apetecible que, sin embargo, conforme a las
normas del Grupo, no estaba a mi alcance"
"Yo le contemplaba
con atención mientras él se esforzaba en explicarme algo razonable y,
del mismo modo, también yo me sentía minuciosamente observada cuando me
tocaba el turno de hablar. Ambos sonreíamos mucho y se notaba a la legua
que estábamos haciendo el tonto de una forma escandalosa. Pero, por
suerte, sólo lo habíamos notado él y yo. "
"José tenía los ojos
oscuros, de una oscuridad estriada de miel, y pensé, sintiéndolos sobre
mí, que eran los ojos más bonitos que había visto en mi vida y que, por
despertarme alguna mañana junto a esos ojos, sería capaz de cualquier
locura. Me sentía tan atraída por ese hombre que sólo me faltaba un paso
para reconocer que estaba enamorada. ¿Estaba enamorada...? ¡Por
supuesto! ¿A quién trataba de engañar? Casi se me paró el corazón cuando
descubrí mis propios sentimientos mientras sonreía como una tonta y
clavaba los dedos sobre el cristal de mi copa. ¡Claro!, pensé, ¡claro
que estaba enamorada! Siempre había estado enamorada, pero la distancia,
la prohibición de Roi, mi forma de vida.... todo se había confabulado
para impedirme reconocer la verdad. Sin embargo, habían bastado unas
cuantas horas junto a él en su propio mundo para descorchar la estúpida
botella de mis sentimientos. Estúpida, sí, estúpida, porque, ahora ¿qué
iba a hacer? Ya no tenía escapatoria."
Algunas reflexiones profundas sobre las matanzas nazis:
"¡Cuatro
millones de muertes! Sin contar a los trabajadores forzados, muertos
también de enfermedades, accidentes e inanición. Si cada uno de aquellos
pobres seres fuera, por ejemplo, una peseta, y pusiéramos cuatro
millones de pesetas, en monedas, en una habitación, el volumen sería
impresionante. "
Reflexiones sobre la pareja:
"Lo
bueno de tener pareja es que, cuando estás enferma, recibes no sólo los
cuidados higiénico-sanitarios que cualquier familiar (o cualquier vieja
criada pesada y empalagosa) puede proporcionarte, sino los mimos y la
ternura que te hacen sentir como una verdadera reina de Saba... "
Laufer está en todo:
"Mi
capacidad de sorpresa estaba ya tan alterada que un poco más de emoción
no hizo variar el alto nivel de adrenalina que corría por mis venas
mientras leía, uno tras otro, los documentos enviados por Láufer (quien,
por fortuna, había tenido la delicadeza de pasarlos previamente por el
traductor automático de ruso)"
(Y como todos sabemos, los traductores automáticos son tan precisos... )
Podría poner más cosas, pero sería repetir el libro entero.
Lo
peor es que sugiere que podría haber más aventuras del inefable grupo.
Por suerte, Asensi no ha cumplido con la amenaza de momento.
Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.