lunes, 7 de febrero de 2005

El secuestro, de George Perec

 El secuestro
La disparition
George Perec
Traducción: Marisol Arbués, Mercè Burrel, Marc Parayre, Hermes Salceda y Regina Vega
Editorial Anagrama
1997
270 páginas

  

Argumento

Un tal Tonio Vocel ha desaparecido. De inmediato, un grupo de gente de nombres extravagantes inicia las pesquisas para averiguar qué es lo que ha ocurrido. Varias muertes se suceden en el grupo. Pero el misterio es más obvio de lo que parece...

Comentario

Novela totalmente metaliteraria y Oulipiana, que se puede considerar un alarde en sí misma. Dado que resulta imposible hacer el comentario sin revelar el supuesto "misterio" que subyace, aviso que, a partir de aquí, se descubre todo, para que dejen de leer si no les interesa saberlo. 

Si en "La Vida, instrucciones de uso", Perec realizaba una unión casi perfecta entre el fondo y la forma, en esta novela, o mejor dicho, en su traducción, se trata en un noventa por cien de forma sin casi contenido. Repito lo de la traducción, ya que el original de Perec, que no he leído, obviamente, no lo puedo juzgar. No es una cuestión baladí en este caso. 

Tal y como reza en la introducción de la novela, esta se consideraba intraducible, debido a los juegos de palabras del autor y al hecho de que no utiliza la vocal "a" en todo el texto (la "e" en el original): se trata de lo que se denomina una lipograma. Esa es la famosa "desaparición" a la que alude el título original, el misterio a que se enfrentan los seudopersonajes del libro y que, para el lector, es bastante evidente en el momento en que se encuentra con giros lingüísticos inusuales, sinónimos rebuscados, abreviaturas (tb por "también"), palabras en otros idiomas, diálogos y frases sin pies ni cabeza, nombres de personajes reales deformados como Levi-Stross, Rimbó, etc (para evitar la "a") y sobre todo, a las pistas que da el mismo editor, plantando una gigantesta A en la portada del libro. 

El libro se hace pesadísimo de leer debido a la forma en que está hecha la traducción, tan forzada (aunque los traductores se defienden en el prólogo diciendo que es "la mejor posible"). Prácticamente, no te enteras de nada de lo que está pasando, si es que pasa algo (intuyo que los "personajes" son las demás letras del abecedario, pero no estoy segura). Lo mismo te meten textos plagados de palabras cultas como nívea (para no poner "blanca"), grosso modo (que se repite como la cebolla), deceso, jurisperito, cubículo, pubescente, vergel, etc... como te saltan con expresiones de argot y lenguaje coloquial ("que te den", "curritos", "pijo", etc). El argumento queda oscurecido debajo de estos velos impenetrables que hay que navegar con muy poco viento en las velas, pues las ganas de llegar a puerto son casi nulas. Los traductores recurren incluso a la "adaptación" a la cultura española de detalles culturales propios, llegando a utilizar iconos de los dibujos animados patrios como "Willy Fogg", o nombres de editoriales españoles, o textos de poetas como Bécquer, que se adaptan, lógicamente, para que no aparezca la "a" dichosa.

Me resulta incomprensible la razón por la cual Perec afrontó la ardua tarea de escribir un libro sin "e" ("a" en español). Si quería demostrar que podía hacerse podría haber escrito un relato o algo más breve. Este es un ejemplo de la literatura que busca meramente el alarde y el más difícil todavía, quizás la vanidad del autor. Tal vez el original sea mejor, o al menos se entienda, pero esta traducción es directamente ilegible e ininteligible.


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