Comentario:
El libro sigue las pautas de anteriores novelas, en las que el autor mezcla los acontecimientos históricos reales con una trama de misterio, en este caso, la investigación de un robo vinculado con cierto códice azteca que habla de una profecía. Como es de rigor, en la aventura interfieren varios bandos, con intereses opuestos, que tratan de entorpecer las labores de investigación de los protagonistas, o de adelantarse a sus movimientos. También hay alguna parte que se desarrolla en el pasado, en la época de la conquista española, pero no influye mucho en la historia.
A lo largo de las páginas de la obra aparecen junto a los tres protagonistas tanto personajes imaginarios (Sherlock Holmes, Watson), como personas reales (Churchill, Pancho Villa, Huerta, el pintor Diego Rivera, etc...), que, en esta ocasión, me parecen mejor utilizados que en el tomo anterior, excepción hecha de Holmes, al que veo desaprovechado en su breve intervención inicial. No solo eso, sino que además, en mi opinión, no es el mismo Holmes de las historias de Conan Doyle, cosa que puede descolocar un poco. Como ejemplo, decir que Holmes, en la novela, hace un comentario galante a una dama, cosa que el "real" seguramente no haría, pues era algo misógino y misántropo, según creo recordar. Era Watson el galante.
El resto de los personajes, en especial el trío protagonista, está perfilado lo justo, tal vez porque se supone que ya los conocemos de otras aventuras. Al principio, se observa un intento de dotar a Alicia de cierto conflicto emocional relacionado con su amor frustrado por Lincoln, pero el autor no incide en ello, y luego, la resolución de esta trama es muy rápida y elíptica. Más atención recibe Hércules, al que vemos algo melancólico, decaído y sumido en recuerdos de su estancia en Cuba, con alguna derivación de la trama hacia antiguos "amigos" y cuentas pendientes, útiles para enriquecer el personaje, y ofrecer una visión de la Cuba libre del dominio español, pero bajo el dominio estadounidense. En cuanto a Lincoln, lo encuentro más irascible que en otras novelas, como más radical con el tema del racismo, y más cerrado a entregarse al amor transgresor que le ofrece Alicia, y además, sin mucho criterio. Es decir, que el que más me ha gustado ha sido Hércules, por su carácter de héroe derrotado por la vida y cansado de aventuras, pero siempre audaz y valiente.
Entre los secundarios, que son numerosísimos, destacaría a Diego Rivera, que se mueve por Madrid, a guisa de espía, y traba contactos tanto con personajes relacionados con México como con intelectuales y escritores españoles (Valle Inclán). Es el que tiene más preponderancia y participación en los hechos, y el que me parece mejor descrito. También me gusta Félix y su relación con la mexicana.
La lectura del libro es rapida, quizás demasiado para mi gusto, que prefiero textos con algo más de descripción y reflexión (en este apenas hay descripciones de lugares, solo se dan las pinceladas justas para ubicarnos). Los capítulos son muy cortos, algunos de menos de una página, lo cual dota de un dinamismo y velocidad a la trama que casi no te deja ni pensar. Yo lo leí en un día. Además, se mantiene la intriga hasta el final, con una clásica persecución entre bandos o un "a ver quién llega primero a la meta", que siempre es efectivo y está bien llevado, salvo alguna extraña casualidad, aunque el desenlace es demasiado corto. Te da la sensación de que ha sido más la tensión de llegar hasta ahí que la propia resolución del misterio y de las diferentes tramas, aunque hay un malévolo e inquietante toque en el epílogo que relaciona los hechos con un luctuoso suceso de la época y cierto reflejo en la actualidad...
A diferencia de otras obras de la misma serie, "Aztlán" contiene menos notas eruditas, y las que hay están mejor elegidas y dosificadas, lo cual contribuye también a la agilidad de la prosa, quizás demasiado sencilla, pero a fin de cuentas correcta y efectiva, concisa y con el oficio necesario para contar la aventura sin molestos tiempos muertos. Algunos diálogos entre personajes históricos son un poco explicativos, pero, como digo, se circunscribe a este tipo de personajes. Las escenas de acción son abundantes, aunque algunas muy rápidas. Como siempre, y es un toque que se agradece y resulta necesario, al final del libro el autor explica varios detalles de la trama y de los personajes, en relación con la Historia real.
La historia tiene un cierto sabor a película western con aires indianajonescos, con la recreación del México revolucionario, los viajes en tren, e incluso en dirigible, la búsqueda de una mítica civilización, persecuciones, rituales sanguinarios revitalizados en nuestra época, tesoros, una profecía, etc... Y de fondo, el dilema americano sobre su participación o no en la guerra europea, con referencias al hundimiento del Lusitania y sus posibles razones, y aviesas maniobras políticas (tema este que ya había tocado el autor en el caso del Maine). Es decir, se trata de una novela de aventuras en toda regla, donde lo histórico, lo político o incluso lo sentimental son factores que quedan un poco en segundo plano, que meramente se apuntan, aunque en este caso se agradece que no se hable mucho de lo político, puesto que eso sobrecargaría el libro en exceso: la revolución mexicana, los intereses europeos y americanos en la zona, y el neoimperialismo son temas demasiado complejos para ser tratados en una novela de breve extensión, cuyo objetivo es narrar una aventura trepidante de cariz cinematográfico.
En resumen, aunque esto va en gustos, me ha parecido una novela más centrada, seria y efectiva que la anterior de la serie; más coherente y más ágil, y con mejor uso de los personajes, aunque el desenlace podría haber sido más extenso y detallado, que había en aquel lugar muchas cosas que contar...
Leer primer capítulo
Para mi un libro aburrido no tiene ningun misterio,intrigas acertijos de una de esa interesante civilizacion .solo deja claro la gripe española que no tenia nada de española
ResponderEliminar