Editorial: Destino, 2015
208 páginas
12,95 €
Ebook: 7,99 €
Argumento:
Chris narra la historia que le lleva a
conocerse y aceptarse a sí mismo.
Comentario:
El Chico de las Estrellas es una novela
en la que la forma destaca sobre un fondo más emocional que profundo.
El autor utiliza recursos «estéticos»
para tratar de dotar a su obra de una «originalidad» que no sino apariencia,
como el color azul del texto:
Página 12: «Embadurné mi habitación de
un azul oscuro y brillante, con unas gotas de plata en forma de estrellas, un
azul más cercano al morado que al verde, un azul cantábrico cuando de madrugada
se revela el mar. Un azul chulo.»
También usa fuentes de distinto tipo y
tamaño (creciente), palabras señaladas en negrita o tachadas:
Páginas 19-20: «Él no era mi padre y no
vivíamos con él, pero cuando a mi madre (La Mujer Que en Vez de Respirar,
Fuma) le daba un ataque de locura amor, me llevaba dormido a su infierno casa.»
O pone apodos a las personas
que le rodean: El Chico de las Estrellas (el propio Chris), La Mujer Que en Vez
de Respirar, Fuma (la madre), La Dama de Hierro (la abuela), La Mujer de las
Velas (la psicóloga), El Chico Más Guapo del Mundo (su primer novio) o Lady
Madrid (su única novia).
Además, el autor alterna la primera persona con la tercera, en apariencia a
modo de distinción de sus dos identidades: Chris (asustado, inseguro) y El
Chico de las Estrellas (el ideal que sale a la superficie, libre), algo que
funciona tras el posible desconcierto inicial. La redacción, una especie de prosa poética en la que, como hace con los nombres, rara vez menciona cada cosa por su nombre, contribuye también a ocultar lo poco original del texto.
Sin embargo, todo esto apenas oculta
cierta carencia de recursos del autor para contar una historia (según él la
suya) en la que algunas cosas parecen ocurrir, sin más: No se muestra, por
ejemplo, el proceso por el que Chris acaba aceptándose a sí mismo (su homosexualidad)
durante una estancia en Londres.
Otras situaciones: la vida con su madre
y El Señor del Bigote Negro, el papel salvador de la abuela o alguna amiga (La
Arquitecta de Sonrisas, La Chica del Reloj de Pulsera, La Chica de las Arepas),
el reconocimiento y aceptación de su homosexualidad, el trato que recibe por
ser gay, o las sesiones con la psicóloga, reciben, al menos un poco de atención
(poco profunda), incluyendo ejemplos, sin dejar de ser tópicas y
convencionales.
Tampoco queda clara la finalidad de una novela en la que, pese a su poca extensión (200 páginas) hay pasajes cuya inclusión no aporta nada a la historia (el capítulo 20, sobre cómo son los cuentos de hadas originales en comparación con las películas de Disney, el Cuento de Ivo), mientras que el romance entre El Chico de las Estrellas y El Chico Más Guapo del Mundo, los pasajes que cuentan lo sucedido cuando él y su madre vivían con El Señor del Bigote Negro, o la presentación de La Dama de Hierro, son lo más emotivo de una obra que concluye, como podría hacerlo en cualquier otro momento, poco después de la historia de amor.
En conclusión, El Chico
de las Estrellas, aun con sus carencias (superficial, inconcreta, a
veces dispersa), funciona a nivel emocional: es fácil empatizar, identificarse,
con alguien que busca su propia identidad. Cualquiera que lea la novela ha sido
(o es) adolescente, con lo que esto implica, o ha sufrido algún tipo de rechazo,
no necesariamente por su orientación sexual, quizá por su aspecto físico, etnia,
religión, nivel social, cultura, etc…
***T***
¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te
apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con
lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)
Le tengo muchísimas ganas
ResponderEliminarespero que me guste
un beesito
Esto es lo que he sentido con el libro, y no tenía idea de cómo expresarlo. Sobre todo las partes de Disney y el de no narrar la historia en toda la complejidad emocional que podría tener. Me pasa eso con todas las autobiografías de gente joven (y que yo cuando lo compré no sabía que era una, por cierto), que como que quieren ser honestos, pero al mismo tiempo están demasiado cerca de los problemas y situaciones para tener perspectiva.
ResponderEliminarGracias por tu reseña, la disfruté :)
Hola, Roxana Poxana:
EliminarCreo que, además de la dificultad de relatar algo personal en su adecuada perspectiva, por la cercanía, también la falta de experiencia y conocimientos de técnicas literarias influye a la hora de transmitir lo que se desea.
He leído muchas obras de autores primerizos en las que creen haber transmitido y contado cosas que no han llegado a sus lectores, y no solo las que tratan temas autobiográfico, y creo que es, como digo, una cuestión de ignorancia sobre cómo se escribe una novela.
Me alegra que te haya gustado la reseña y que te hayas decidido a comentar.
Saludos.