miércoles, 8 de junio de 2022

Cazar leones en Escocia, de Cruz Sánchez de Lara

Editorial: Espasa, 2022
430 páginas
19.90 €
Ebook: 8.99 €

Argumento:

Tras el fallecimiento de su madre, Miranda tiene que hacerse cargo de poner en orden sus cosas.

Comentario:

Cazar leones en Escocia es la primera novela de su autora y, aunque en algunos aspectos no lo parece, como tal, tiene pros y contras, aciertos y errores. Y hasta un mensaje más o menos interesante.

La obra narra su propia versión del clásico viaje del héroe, en el que la protagonista, tras un suceso traumático, como es, en este caso, la pérdida de un ser querido, se ve obligada a emprender una aventura en la que su difunta madre le indica, mediante cartas en las que le propone, o impone, tareas, los pasos a seguir para llegar a la meta, el conocimiento, el premio.

Así, seguir las instrucciones maternas, limpiar la casa despojándola de lo que sobra, o conocer la historia tanto de la madre, Cata, como de la abuela, Silvana, representan las diversas etapas del "viaje", de interés y funcionamiento desigual, con la entrega  a la protagonista de un cuadro de Twombly de parte de Paul Dombasle, alguien a quien ella no conoce, como catalizador, o McGuffin, relacionado a su vez con el título de la novela.

La voz en primera persona de Miranda no cae, en principio, en los errores de muchas narraciones  primerizas, en las que su protagonista cuenta detalles irrelevantes de lo que hace en su día a día. Hasta inserta con gracia las referencias literarias y cinematográficas. Sin embargo, según transcurre la historia, aparecen otras voces, y se hace difícil distinguir unas de otras, "hablan" similar, alguna incluso podría eliminarse, transmitiendo lo que se quiere contar de otra forma (Alejandra, Camille, Amélie, Antonio, Bertrand), centrándose en Silvana, Cata y Miranda como transmisoras de lo que la autora quiere contar. 

Además, a partir de cierto momento, la autora empieza a incluir muchos detalles sobre las posesiones de la fallecida, desde descripciones a marcas o a quiénes van destinadas y cómo se van a entregar, que alargan la narración sin aportar algo útil o necesario. La exhibición de riqueza puede llegar a resultar exagerada, innecesaria, que va más allá de tener dinero para no depender de nadie y hacer lo que se quiera, como desea Cata para su hija. Curiosamente, la meta, tanto de Cata como de Silvana, lo que para ellas es el triunfo, es una relación romántica satisfactoria, para la que el dinero no sería imprescindible.

Al final, esa búsqueda, propiciada por su madre, a través de la historia de su familia, se resume en una exaltación del amor (de pareja) y en unas aspiraciones que los personajes, y quizá la autora, asumen como deseables, casi ideales, aunque también podrían interpretarse como un intento de vivir a través de otras personas (el control que tiene Silvana de muchas facetas de la vida de Cata, o como ésta guía, según sus deseos, el futuro de Miranda) ya sea lo que no han podido experimentar o lo que piensan que es, desde su punto de vista, lo mejor.

Es tal la idealización del amor romántico que la autora mete tramas innecesarias que no aportan nada a la historia. Incluye, por ejemplo, un capítulo final, protagonizado por Amélie, para excusar lo que sucede en el de Camille, siendo lo que sucede en ambos prescindible, como lo es también el relato de la historia de Silvana con su misterioso amante. Otros pasajes sobrantes, no relacionados con el mensaje, serían el de la casa de Portugal o la historia de Martín, el segundo marido de Cata, meros adornos cuya exclusión hubieran aligerado la novela, dejándola más "limpia", en lugar de dar la sensación de que la autora ha querido juntar demasiados temas sin conseguir que se complementen.

En resumen, Cazar leones en Escocia es una novela entretenida con un ligero misterio, correctamente redactada, con algunos excesos que se pueden achacar a tratarse de una primera obra y/o a falta de una revisión más profunda. A resaltar el potencial de una autora que sabe escribir y tiene la intención, tan poco habitual, de transmitir algo más allá del entretenimiento.

***T***

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