Fernando Ugeda
Editorial Algaida
368 páginas
Argumento:
Una modistilla aparece muerta en su cuarto alquilado con un cuchillo en el corazón. Tanto testigos como circunstancias apuntan a Lord Herrington como autor del crimen, pero el inspector Angell, que se encarga del caso, no lo tiene tan claro...
Comentario:
Aunque ya he dicho varias veces que la novela negra no es mi género favorito por las limitaciones que implica, trato de comentar las obras encuadrables en él ciñéndome a criterios lo más objetivos posibles. En este caso, la historia que cayó en mis manos puede decirse que cumple al cien por cien con lo que se espera de ella. Y me ha resultado entretenida especialmente el final.
En primer lugar, destaca la excelente prosa del autor, sencilla pero efectiva, sin traicionar una cierta vocación de estilo personal, manifestada en un tono elevado, que está en boca de todos los personajes de la novela, incluidos aquellos que en principio parecen más del "pueblo" como la mujer de la pensión. La narración, en primera persona, realizada por el inspector que se ocupa de las averiguaciones del caso de asesinato, aparece trufada por reflexiones filosóficas, que, a mi modo de ver, algunas veces están un poco de más, pues no se las ve muy relacionadas con el asunto principal y ralentizan el ritmo. Sin embargo, el resto está muy ajustado y no da la impresión de que sobre ni falte nada. Por usar una manida metáfora, las piezas encajan como en un mecanismo de relojería, lo cual, por otro lado, podría quitarle espontaneidad a la trama, en beneficio de lo "canónico". La estructura es casi perfecta, muy pura y limpia.
Los diálogos son destacables, y aunque podría achacárseles un cierto tono literario, en el sentido de artificioso, resultan muy ingeniosos, e inteligentes.
En cuanto a los personajes, hay solo unos pocos, pero están correctamente perfilados. El inspector que narra esta historia desde su presente, cuando es viejo, y todo su pensamiento es pesimista y está centrado en reflexiones sobre la muerte, a veces resulta un poco antipático. Un hombre sin mujer, hijos, asocial y serio, que recuerda una juventud donde se encontraba lleno de energía y ganas de progresar en su profesión, y averiguar la verdad, aun en contra de las órdenes de sus superiores y las rígidas estructuras sociales que convertían en intocables a aristócratas y otras élites.
También me ha gustado Archibald (escrito Archibal en el libro, lo cual yo creo que es erróneo), el amigo del alma del acusado de asesinato; está muy bien descrito lo que representa y su fidelidad hasta la muerte. La testigo principal, la dueña de la pensión es el personaje más "novelesco" y por ello quizás el más artificial y literario, pero no queda mal.
Como toda novela policiaca que se precie, en primer lugar se nos expone el caso (el lugar de los hechos, el cadáver y las circunstancias en las que ha aparecido, etc) y posteriormente, el policía recoge diversos testimonios de personas relacionadas con la interfecta. Aprovechando la coyuntura, se hace una disección de las clases altas londinenses de finales del siglo XIX, tiempo en el cual se ambienta la novela, de su clasisimo, sus caducos ideales, etc. En el desenlace, escrito en tercera persona está la clave y explicación del enigma, el cual me ha parecido bastante ingenioso, aunque algunos detalles ya los había imaginado, puesto que el autor, como debe ser, da las pistas necesarias para que los lectores traten de atar cabos por sí mismos. He de reconocer que varias de las cábalas que había hecho fueron erróneas, y que el autor logró sorprenderme. Pero no con un "conejo sacado de la manga", como hacen algunos autores sin criterio, sino con casi la "única solución posible y lógica", algo que tiene mucho mérito dados los pocos elementos con los que cuenta.
El final es lo que más me ha gustado, porque en él se rompe un poco la frialdad, y se da paso a la pasión, el amor, muy del gusto romántico (entendido como corriente literaria) por sus connotaciones, que no voy a descubrir. Todo el desgarro del amor prohibido, de la amistad al límite, de la hipocresía social, se nos pone de manifiesto en estas páginas un poco diferentes del resto de la narración.
En suma, una novela policiaca de manual, perfectamente trabada y encajada, con una trama sencilla y pocos personajes, pero bien resuelta, bien escrita, y bien ambientada, con pocos detalles de la época pero suficientes.
Por qué le robo el nombre a un seriado televisivo colombiano?
ResponderEliminarNo creo que lo robara. Es una expresión conocida: la alternativa del escorpión. Quiere decir que el escorpión en realidad no tiene ninguna alternativa, ya que matar está en su naturaleza así que no puede elegir.
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