Los ojos amarillos de los cocodrilos
Les yeux jaunes des crocodriles
Katherine Pancol
Traducción de Juan Carlos Durán Romero
Esfera de los Libros
552 páginas
Sinopsis
Tras la marcha de su marido a África para trabajar en una granja de cocodrilos, Josephine se ve en una situación económica muy mala, pero por suerte aparece su hermana y le ofrece escribir una novela, a cambio de que se la ceda y quede como que la autora es la otra.
Comentario
Escrita con una prosa sencilla (aunque prolija y verborreíca), en tercera persona que alterna caprichosamente con la primera (con abuso de "puntos de vista subjetivos" y repentinos, mezclados con los otros), en un intento de lograr mayor identificación con los personajes protagonistas, la obra carece de una estructura visible, y casi hasta de trama, en el sentido narrativo, lo cual implica una sobreabundancia de escenas y situaciones algo prescindibles, en tanto en cuanto no alteran la vivencia de la protagonista, Jo, ni aportan mucho al "mensaje".
Como ejemplos podemos citar: la descripción de la vida de su ex marido con su amante en África, en la granja de cocodrilos, que discurre paralela al resto de las tramas pero que si se elimina no provoca dificultad de comprensión (aunque si consideramos la novela como parte de una trilogía, tal vez estos hechos que parecen irrelevantes cobren sentido en siguientes entregas). A los efectos narrativos, lo único importante es el hecho disparador (la separación y falta de dinero de Jo, que la aboca a aceptar escribir una novela para su hermana). En el mismo saco podemos meter la vida de la vecina, que aporta un rasgo descabellado que saca de situación a quien crea que esta novela, tal y como reza la contraportada "es real como la vida misma". El lector puede probar a eliminar estas partes y algunas otras más y comprobar si altera en algo la descripción de la peripecia de Jo (la escritura de la novela). De hecho, la relación entre las diversas tramas y subtramas es una de las partes más débiles de la historia puesto que unas no influyen casi sobre las otras, e incluso muchas de ellas podrían hasta ser novelas aparte (la aventura del padrastro con la secretaria).
El inicio es algo confuso en cuanto a presentación de personajes, pues aparecen escenas en las que participan algunos cuya relación con la protagonista principal se nos revela mucho más adelante, dando la sensación de leer algo ajeno a la historia (como por ejemplo, el padrastro de Jo y su amante). Por lo demás, son bastante maniqueos, los buenos muy buenos, casi santos, y los malos caricaturescos sin atisbo de rasgos positivos, como en una telenovela mexicana. Por lo demás, la buena buenísima, que además es poco agraciada, como en todo cuento de hadas que se precie es premiada por su virtud con el dinero, el éxito, el amor más ideal, el traslado a una vivienda en el glamuroso París, y ¡hasta la mejora de su físico y su look! Mientras que la hermana mentirosa, guapa pero carente de talento (cómo no), es castigada con los peores males. Por otra parte, hay algunos personajes apenas descritos que son meros nombres, como Philippe, el cuñado de Jo, o Luca, su objeto de deseo, que parece bastante poco creíble, además, en su perfección, y al cual no se priva de poner como protagonista de un tópico equívoco sobre gemelos muy metido con calzador.
Como personaje, Jo, por cierto, es bastante anodina. Solo toma una decisión en toda la novela y es echar a su marido de casa; durante todo el resto, se limita a dejarse llevar como si no tuviera voluntad. Son los otros personajes los que le "sacan las castañas del fuego", en algunos casos, echando mano la autora de bruscas transformaciones de carácter como la de la hija mayor y su intervención en TV (muy peliculera la escena, por lo demás, y casi "deus ex machina"). ¡Hasta con Luca le sale todo bien sin hacer más que tirar unos libros al suelo!
Los conflictos de la novela tan rápido como surgen (la situación de desamparo de Jo tras quedar sin marido y sin dinero con que afrontar deudas) tan rápido los elimina la autora, al facilitar a Jo soluciones inmediatas que hacen que la situación inicial se transforme en pocas páginas en otra completamente distinta y siempre con un desenlace exitoso pues todo le sale bien, hasta su primera novela, que naturalmente es maravillosa y gusta a todo el mundo y se convierte en un best-seller. En realidad, si se analiza, Jo enseguida satisface sus necesidades monetarias y puede dedicar la mayor parte de las páginas a otras ocupaciones como la búsqueda del amor, la relación con las hijas, alguna de ellas conflictiva, la literatura, etc. Todo es por lo demás, tan previsible que desde que aparecen ciertos personajes se va a saber cómo van a terminar (el ex marido, por ejemplo).
En la trama de la escritura de la novela hay un cierto aprovechamiento metalitario (un poco superficial) al mostrar a Jo introduciendo hechos y personas de su entorno en la historia novelesca ambientada en el siglo XIII, periodo histórico en el cual es experta. A mí, personalmente, la descripción, bastante larga, del resumen de dicha novela histórica me ha parecido aburrido, pero al menos esta parte aporta algo más novedoso, dentro de lo que cabe. Eso sí, el título de la novela, "Una reina tan humilde", me parece bastante tonto y nada comercial.
En cuanto a desarrollo, la novela empieza con cierta fuerza, pero al llegar a la mitad, la autora pierde el norte, el conflicto no aumenta, no hay ritmo, ni crescendo dramático, siendo los últimos capítulos los más flojos y los más llenos de paja y material de relleno perfectamente reciclable, o eliminable, caso de que la autora conociera la elipsis, llamada en el libro "elipse", quiero creer que uno más de los incontables fallos de traducción, corrección y hasta maquetación que se encuentran en él ("exámen", por ejemplo, hiere a la vista, pero no es la única errata gorda). El desenlace abrupto e interruptus, como para dar lugar a la segunda parte (ya existe, de unas ochocientas páginas, y hasta tercera, de otras tantas...) da la sensación de que se podría haber puesto casi en cualquier otro punto de las últimas cien páginas sin que pasara nada...
Aunque en algunas descripciones o pasajes de "Los ojos amarillos..." se aprecian algunos atisbos de una capacidad literaria superior al resultado (yo creo que la autora tiene cierto talento que se nota en el uso de algunos recursos puntuales, y también en el tono humorístico-irónico de algunas partes, y en ciertas referencias culturales y eruditas), el tono general de la obra es el de abigarramiento, acumulación de hechos y situaciones, no necesariamente relacionados, además de un débil manejo del conflicto narrativo, que nos ofrece soluciones algo ingenuas a ciertos puntos argumentales (como el descubrimiento de la relación entre la vecina y la reina de Inglaterra a través de la televisión: qué casualidad que quisieran ver JUSTO ESE PROGRAMA), un cierto trasfondo muy burgués y convencional (como el culto al dinero y a la belleza, pilares del éxito), y un derroche de optimismo de manual de autoayuda.
Pese a que algunos han comparado este libro con el de "La elegancia del erizo", nada que ver, ni en intenciones, ni en el aspecto formal, salvo el hecho de estar ambientadas ambas en París. "La elegancia..." es una novela filosófica, no complaciente con el lector, con personajes excepcionales, difícil, culta, "francesa" y con un final inesperado; mientras que "Los ojos amarillos..." busca la complicidad del lector a través de continuos guiños, es amable, fácil, cosmopolita, convencional, protagonizada por personajes corrientes, previsible, y sin más trasfondo que el del mensaje de que las buenas y humildes personas triunfan al final, además de hacerse más guapas y más ricas, por supuesto...
Supongo que una de las razones del éxito de este libro es que muchos lectores se sienten solidarios con Jo, una ama de casa cuarentona con hijas en edad escolar, problemas de dinero, poco aprovechada estéticamente, ansiosa de un amor perfecto e idealizado, etc, sin desdeñar su naturaleza de culebrón literario, que basa su capacidad de "enganchar" en la empatía que sus personajes variados puedan generar en el lector, que ansía más peripecias y enredos, tengan o no tenga relevancia, tal y como sucede en las telenovelas (como en estas, en el elenco de personajes caben todas las generaciones, desde los niños y adolescentes hasta los mayores, para aumentar el target de público lector). Hasta tal punto es así que incluso muchos lectores obviarán sus defectos narrativos y hasta los considerarán como aciertos (las sobrantes subtramas, con promesa de un desarrollo futuro, los eternos diálogos...). A mí, desde luego no me ha "enganchado" y me ha parecido excesivamente largo y pesado, pero eso no quiere decir que sea así para todo el mundo.
Les yeux jaunes des crocodriles
Katherine Pancol
Traducción de Juan Carlos Durán Romero
Esfera de los Libros
552 páginas
Sinopsis
Tras la marcha de su marido a África para trabajar en una granja de cocodrilos, Josephine se ve en una situación económica muy mala, pero por suerte aparece su hermana y le ofrece escribir una novela, a cambio de que se la ceda y quede como que la autora es la otra.
Comentario
Escrita con una prosa sencilla (aunque prolija y verborreíca), en tercera persona que alterna caprichosamente con la primera (con abuso de "puntos de vista subjetivos" y repentinos, mezclados con los otros), en un intento de lograr mayor identificación con los personajes protagonistas, la obra carece de una estructura visible, y casi hasta de trama, en el sentido narrativo, lo cual implica una sobreabundancia de escenas y situaciones algo prescindibles, en tanto en cuanto no alteran la vivencia de la protagonista, Jo, ni aportan mucho al "mensaje".
Como ejemplos podemos citar: la descripción de la vida de su ex marido con su amante en África, en la granja de cocodrilos, que discurre paralela al resto de las tramas pero que si se elimina no provoca dificultad de comprensión (aunque si consideramos la novela como parte de una trilogía, tal vez estos hechos que parecen irrelevantes cobren sentido en siguientes entregas). A los efectos narrativos, lo único importante es el hecho disparador (la separación y falta de dinero de Jo, que la aboca a aceptar escribir una novela para su hermana). En el mismo saco podemos meter la vida de la vecina, que aporta un rasgo descabellado que saca de situación a quien crea que esta novela, tal y como reza la contraportada "es real como la vida misma". El lector puede probar a eliminar estas partes y algunas otras más y comprobar si altera en algo la descripción de la peripecia de Jo (la escritura de la novela). De hecho, la relación entre las diversas tramas y subtramas es una de las partes más débiles de la historia puesto que unas no influyen casi sobre las otras, e incluso muchas de ellas podrían hasta ser novelas aparte (la aventura del padrastro con la secretaria).
El inicio es algo confuso en cuanto a presentación de personajes, pues aparecen escenas en las que participan algunos cuya relación con la protagonista principal se nos revela mucho más adelante, dando la sensación de leer algo ajeno a la historia (como por ejemplo, el padrastro de Jo y su amante). Por lo demás, son bastante maniqueos, los buenos muy buenos, casi santos, y los malos caricaturescos sin atisbo de rasgos positivos, como en una telenovela mexicana. Por lo demás, la buena buenísima, que además es poco agraciada, como en todo cuento de hadas que se precie es premiada por su virtud con el dinero, el éxito, el amor más ideal, el traslado a una vivienda en el glamuroso París, y ¡hasta la mejora de su físico y su look! Mientras que la hermana mentirosa, guapa pero carente de talento (cómo no), es castigada con los peores males. Por otra parte, hay algunos personajes apenas descritos que son meros nombres, como Philippe, el cuñado de Jo, o Luca, su objeto de deseo, que parece bastante poco creíble, además, en su perfección, y al cual no se priva de poner como protagonista de un tópico equívoco sobre gemelos muy metido con calzador.
Como personaje, Jo, por cierto, es bastante anodina. Solo toma una decisión en toda la novela y es echar a su marido de casa; durante todo el resto, se limita a dejarse llevar como si no tuviera voluntad. Son los otros personajes los que le "sacan las castañas del fuego", en algunos casos, echando mano la autora de bruscas transformaciones de carácter como la de la hija mayor y su intervención en TV (muy peliculera la escena, por lo demás, y casi "deus ex machina"). ¡Hasta con Luca le sale todo bien sin hacer más que tirar unos libros al suelo!
Los conflictos de la novela tan rápido como surgen (la situación de desamparo de Jo tras quedar sin marido y sin dinero con que afrontar deudas) tan rápido los elimina la autora, al facilitar a Jo soluciones inmediatas que hacen que la situación inicial se transforme en pocas páginas en otra completamente distinta y siempre con un desenlace exitoso pues todo le sale bien, hasta su primera novela, que naturalmente es maravillosa y gusta a todo el mundo y se convierte en un best-seller. En realidad, si se analiza, Jo enseguida satisface sus necesidades monetarias y puede dedicar la mayor parte de las páginas a otras ocupaciones como la búsqueda del amor, la relación con las hijas, alguna de ellas conflictiva, la literatura, etc. Todo es por lo demás, tan previsible que desde que aparecen ciertos personajes se va a saber cómo van a terminar (el ex marido, por ejemplo).
En la trama de la escritura de la novela hay un cierto aprovechamiento metalitario (un poco superficial) al mostrar a Jo introduciendo hechos y personas de su entorno en la historia novelesca ambientada en el siglo XIII, periodo histórico en el cual es experta. A mí, personalmente, la descripción, bastante larga, del resumen de dicha novela histórica me ha parecido aburrido, pero al menos esta parte aporta algo más novedoso, dentro de lo que cabe. Eso sí, el título de la novela, "Una reina tan humilde", me parece bastante tonto y nada comercial.
En cuanto a desarrollo, la novela empieza con cierta fuerza, pero al llegar a la mitad, la autora pierde el norte, el conflicto no aumenta, no hay ritmo, ni crescendo dramático, siendo los últimos capítulos los más flojos y los más llenos de paja y material de relleno perfectamente reciclable, o eliminable, caso de que la autora conociera la elipsis, llamada en el libro "elipse", quiero creer que uno más de los incontables fallos de traducción, corrección y hasta maquetación que se encuentran en él ("exámen", por ejemplo, hiere a la vista, pero no es la única errata gorda). El desenlace abrupto e interruptus, como para dar lugar a la segunda parte (ya existe, de unas ochocientas páginas, y hasta tercera, de otras tantas...) da la sensación de que se podría haber puesto casi en cualquier otro punto de las últimas cien páginas sin que pasara nada...
Aunque en algunas descripciones o pasajes de "Los ojos amarillos..." se aprecian algunos atisbos de una capacidad literaria superior al resultado (yo creo que la autora tiene cierto talento que se nota en el uso de algunos recursos puntuales, y también en el tono humorístico-irónico de algunas partes, y en ciertas referencias culturales y eruditas), el tono general de la obra es el de abigarramiento, acumulación de hechos y situaciones, no necesariamente relacionados, además de un débil manejo del conflicto narrativo, que nos ofrece soluciones algo ingenuas a ciertos puntos argumentales (como el descubrimiento de la relación entre la vecina y la reina de Inglaterra a través de la televisión: qué casualidad que quisieran ver JUSTO ESE PROGRAMA), un cierto trasfondo muy burgués y convencional (como el culto al dinero y a la belleza, pilares del éxito), y un derroche de optimismo de manual de autoayuda.
Pese a que algunos han comparado este libro con el de "La elegancia del erizo", nada que ver, ni en intenciones, ni en el aspecto formal, salvo el hecho de estar ambientadas ambas en París. "La elegancia..." es una novela filosófica, no complaciente con el lector, con personajes excepcionales, difícil, culta, "francesa" y con un final inesperado; mientras que "Los ojos amarillos..." busca la complicidad del lector a través de continuos guiños, es amable, fácil, cosmopolita, convencional, protagonizada por personajes corrientes, previsible, y sin más trasfondo que el del mensaje de que las buenas y humildes personas triunfan al final, además de hacerse más guapas y más ricas, por supuesto...
Supongo que una de las razones del éxito de este libro es que muchos lectores se sienten solidarios con Jo, una ama de casa cuarentona con hijas en edad escolar, problemas de dinero, poco aprovechada estéticamente, ansiosa de un amor perfecto e idealizado, etc, sin desdeñar su naturaleza de culebrón literario, que basa su capacidad de "enganchar" en la empatía que sus personajes variados puedan generar en el lector, que ansía más peripecias y enredos, tengan o no tenga relevancia, tal y como sucede en las telenovelas (como en estas, en el elenco de personajes caben todas las generaciones, desde los niños y adolescentes hasta los mayores, para aumentar el target de público lector). Hasta tal punto es así que incluso muchos lectores obviarán sus defectos narrativos y hasta los considerarán como aciertos (las sobrantes subtramas, con promesa de un desarrollo futuro, los eternos diálogos...). A mí, desde luego no me ha "enganchado" y me ha parecido excesivamente largo y pesado, pero eso no quiere decir que sea así para todo el mundo.
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