Editorial:
Sinerrata, 2012
Una
modelo aparece ahogada en la costa gallega. El cabo Holmes en Galicia y el
detective Santos en Madrid intentan averiguar lo sucedido.
«El
rompecabezas del cabo Holmes» comienza de forma clásica en su género: un
cadáver, una familia, la de Julio de Val, quien ha desaparecido junto al yate
en el que viajaba, personajes que intentan ocultar cosas, relacionadas, o no,
con lo sucedido, algunas mujeres bellas, negocios sucios etc…
Sin
embargo, pronto surgen las dificultades, ocasionadas por la forma en que está
redactada la novela. El autor incluye multitud de pequeños detalles que no solo
son innecesarios para la trama de misterio, sino que tampoco aportan nada a la
construcción de personajes o a la ambientación de la historia, desde diálogos
que no sirven para nada a pormenorizadas escenas de por qué tal personaje va en
un coche concreto, por unas calles determinadas para llegar por fin al lugar
donde se desarrolla la acción que sí es relevante.
La
decisión del autor de repartir el protagonismo entre varios personajes, entre
los que destacan el cabo José Souto y el detective Julio César Santos, aunque
también Julieta de Val, hija del desaparecido y clienta del último, o su amiga,
y directora de la empresa, Lina Monier, parece ocasionarle cierta dificultad
para sintetizar la información. Llega un
momento, a partir de que el protagonismo de Santos es mayor, en el que este personaje no solo vive los
hechos, sino que, además, se los cuenta a Julieta, a Souto o a alguno de sus
empleados, en ocasiones hasta a varios de ellos, uno tras otro. Esto da una
falsa sensación de complejidad en una trama básica y superficial en la que pese
al tiempo que transcurre, y el número de páginas, apenas se suceden hechos
significativos.
Esta
diversificación también dificulta la identificación de Holmes como protagonista,
quizá porque Santos, un personaje más «complejo», al que se le dedican más
páginas, tiene un carisma personal, desde el atractivo físico a una capacidad
de actuar que le está vedada al cabo, e incluso protagoniza un romance, escenas
de acción y es víctima de varios ataques, le «roba» todas las escenas,
haciéndose cargo incluso de especular posibilidades con más empeño que el
policía y ese rompecabezas cuya resolución es, como mínimo, poco convincente.
Que
los propios protagonistas, Santos y Souto, tarden más de lo creíble, y lógico,
sobre todo en un cabo que se reconoce consumidor de novelas policíacas, en
abordar las sospechas más lógicas (por motivos absurdos), la excesiva extensión
de la obra para lo que cuenta, las digresiones, repeticiones y «ambientación»
que solo alargan aún más una historia en la que sobra demasiado en varios
aspectos (subtramas, secundarios a los que en ocasiones se les da rango da
protagonistas), contribuyen a hacer de «El rompecabezas del cabo Holmes» una
historia con demasiados altibajos de todo tipo como para resultar una lectura
satisfactoria.
Los
comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu
opinión. Insultos o comentarios personales sobre las administradoras no saldrán
publicados, solo comentarios de los libros.
Bastante de acuerdo en todo lo que dices, y aún creo que has sido suave :)
ResponderEliminarQuizá esa suavidad que comentas se deba en que han pasado un par de semanas entre acabar la lectura y terminar de escribir la reseña. Ha dado tiempo a que olvidase un poco según que detalles...
EliminarPues no me llama nada la atención... no es de mi estilo =)
ResponderEliminarUn besito
Da la sensación de que el autor ha enredado un poco la madeja para alargar una trama que se resolvería en pocas páginas ¿no?.
ResponderEliminarGracias y un saludo!
Ama Blausfemia: Sí, algo así. Da muchas vueltas para contar muy poco.
EliminarSaludos