Editorial: Alba, 2017
Colección: Rara Avis, 35
Traducción: Íñigo F. Lomana
192 páginas
18,50 €
Argumento:
George Verrey Smith, un maestro de cuarenta y dos años, casado
durante diecisiete años con Joy, dedica los domingos a vestirse y maquillarse
como una mujer.
Comentario:
Aunque la novela trata otros temas de importancia, como son el
racismo, la pederastia, lo malos tratos
físicos y psicológicos dentro de la familia, la hipocresía social o el
asesinato de un miembro de la comunidad, todos ocupan un lugar secundario, al
servicio del retrato de la personalidad del protagonista, George Verrey Smith,
dividida en tres partes, dos de ellas, de muy distinta longitud, narradas en
primera persona por él mismo.
En su narración, definida por él como novela, y como confesión,
George se dirige a un público que no concreta, para contarle los hechos ya
sucedidos. Llama la atención este uso del
plural, no tan claro en inglés, así como la decisión de hablar de sí
mismo en masculino, dadas las circunstancias, algo que se entiende tras leer la
conclusión de la historia. Además, Verrey Smith no
duda en mentir, ni en admitirlo, o que hace trampas, hablando de unas cosas
para evitar otras. También se propone no mentar temas dolorosos, como la
relación con su difunto progenitor, siendo incapaz de cumplirlo casi de una
frase a la siguiente, obsesionado con lo ocurrido en su niñez.
La relación de George con ambos progenitores es
recurrente a lo largo de la novela, desde los malos tratos físicos y
psicológicos por parte de él, tanto al hijo como a la esposa, al fanatismo
religioso de la madre, quizá como explicación a la tendencia del chico a
vestirse de mujer, si bien el protagonista deja clara la intención de las
palizas, sugiriendo que esta preferencia era anterior al «tratamiento»: «Haré de ti un hombre», me gritaba. Durante
muchos años pensé que se lo decía a sí mismo. Hasta que me obligó por primera
vez a darme esa ducha fría, mientras él iba y venía del jardín con las manos
llenas de nieve para restregármela por el cuerpo. Y, cuando temblaba, me pegaba
y me decía que parecía una mujer. Fue entonces cuando empecé a odiarlo.
Curiosamente, aun con los dramas familiares y la
narración subjetiva, George resulta desagradable, y reconoce serlo, desde el
desprecio a Joy, la esposa a quien ni ama ni respeta, hasta su carencia de
empatía hacia vecinos y compañeros de trabajo (muchos le odian o desprecian),
con situaciones a las que reacciona de formas entre absurdas y surrealistas,
dando un toque de humor a la obra.
Especial interés y simbolismo tiene el último
capítulo de la primera parte, en el que se celebra el funeral de un vecino y
sirve a George para hacer su propia y emotiva ceremonia de reconciliación y
entierro y comenzar una nueva vida: «Y,
justo en ese instante, Verrey Smith murió dentro de mí y yo salí de la capilla
anónimo y desconocido, pero en paz.»
Es en la
segunda parte, relatada en tercera persona y protagonizada en su mayor parte por
Emily Price, donde consigue cambiar la impresión causada. Alternando los puntos de vista de
Joy, destrozada tras la desaparición de George, al punto de descuidar la casa
en su ausencia, el de un policía convencido de que Verrey Smith es el autor del
asesinato del señor Parsons, uno de sus compañeros de trabajo, y el de la
propia Emily, todo parece confabular para impedir que ella sea libre.
Si bien la trama policial es un aliciente más
para continuar la lectura, deseando saber cómo se resolverá el enredo, lo más
importante es el nacimiento y primeros pasos de una Emily insegura, tímida,
asustada, en lucha con su otro yo, un George cuya ropa conserva e incluso se
pone en ocasiones: «De pronto, se sintió
doblemente atrapada. George Verrey Smith la había dejado atrapada dentro de
Emily Price y esta, a su vez, lo había atrapado a él. No resultaría fácil
escapar de ninguno de los dos.»
Emily es encantadora donde George es
desagradable, empatiza con Joy donde su marido la desprecia, piensa y siente de
modo distinto (femenino), es, de alguna manera, más humana, y hasta consigue que él
resulte, al final, menos desagradable, por medio de esa difícil convivencia a la que están obligados.
En resumen, «Con el traje de los domingos» es una novela muy
bien escrita y desarrollada, a veces sutil, profunda, intensa, con pasajes de
un humor casi surrealista, que propicia la reflexión y a la empatía (¿quién no ha sufrido algún
tipo lucha interior, incomprensión o rechazo social o personal?), el estudio
psicológico de una persona que se siente confusa y necesitada de pagar por
aquello de lo que se sabe culpable.
***T***
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hola! parece muy interesante, gracias por la reseña! saludosbuhos
ResponderEliminarBuho Evanescente: Gracias a ti por comentar.
EliminarLa tenía en el punto de mira y voy a leer la tras tu opinión. Excelente reseña.
ResponderEliminarHola, Rosalía:
ResponderEliminarPor algún motivo que desconozco, tu comentario había quedado en la carpeta spam y no lo hemos visto hasta hoy.
Qué responsabilidad tan grande que vayas a leer la novela solo porque te ha gustado mi opinión. Espero que no te decepcione. Ya sabes que estas cosas son muy personales y subjetivas, y dependen tanto de la calidad de la obra como de los gustos personales de cada persona en cuanto a literatura, temas, etc...
Si al final lees la novela y te apetece pasarte a opinar, aquí estamos.
Saludos, y gracias por comentar.