lunes, 25 de enero de 2021

Quinto culpable, de Mercedes Pinto Maldonado

Editorial: Amazon, 2021
12,99 €
Ebook: 2,99 €

Argumento:

Ani regresa con su familia al pueblo donde el año anterior, durante las vacaciones, le sucedió algo horrible. 

Comentario:

Al contrario de lo que dice su autora, en Quinto culpable no hay suspense, ni investigación, ni una trama interesante. Es previsible, muy previsible. Casi desde el comienzo, por cómo se narran ciertos hechos, y hasta por el título, se pueden deducir varias cosas. De la escasez de personajes se deduce alguna más, y del tono de la novela (romántica) más aún, tanto en cuanto al desarrollo como a la conclusión.

Aunque el título y  algunas cosas que suceden puedan sugerir que se trata de una novela de misterio... no lo es: la identidad del quinto culpable del título, por ejemplo, se deduce enseguida, sobre todo debido a la escasez de posibilidades. Nadie investiga nada. La protagonista pasa el tiempo especulando, lamentándose, reflexionando reiterativamente, mientras que otros personajes, más activos, aunque no se les «vea», por el relato en primera persona, se comprometen con la situación, toman decisiones, actúan, y le cuentan, cerca de la conclusión, quién hizo qué y por qué.

Ani es, la mayor parte del tiempo, un personaje pasivo, incapaz de reaccionar a lo que le sucede, o actuando en base a lo que le piden otros personajes. Su falta de empatía, en especial con su supuesta mejor amiga, Sonia, que tiene sus propios problemas, y a quien acude solo cuando la necesita, llama la atención, y no para bien. Tal forma de ser y comportarse resulta poco, o nada, atractiva en la protagonista de una novela.

A pesar del drama que sufre, resulta difícil identificarse con Ani, quizá por la sensación artificiosa, incluso superficial, que produce el relato de lo sucedido, tal vez por lo poco convincente de las excusas que da para callar (cobardía, confusión, miedo al escándalo y a la publicidad), incluso un año después, ignorando los buenos consejos que le da Sonia. Permanece en silencio, dando lugar, con su inacción, a situaciones evitables.

Y es que Sonia, aun en la sombra, vista a través de la mirada de su amiga, tiene parte de lo que le falta a Ani: conciencia de lo que está bien o mal y de la necesidad de contarlo, tanto para evitar que pueda volver a suceder como para que los culpables sean castigados, toma decisiones, actúa, quizá no siempre con acierto, se responsabiliza de sus actos. Y perdona todos los desplantes de su amiga.

Según la autora: «A través de Ani, la protagonista, intento despejar dudas sobre si realmente denunciar según qué crímenes es beneficioso para la víctima o, por el contrario, solo supone revivir una y otra vez la peor de las pesadillas».

La impresión que da, sin embargo, es que trata de las consecuencias del silencio de la víctima, tanto para ella como para los culpables, y para quienes les rodean. El precio que pagan los demás por el silencio de Ani (y por sus reacciones a este) se antoja tan excesivo como injusto.

A todo esto se suma que los personajes reaccionan muchas veces de forma carente de lógica, y hasta absurda. A la incoherencia de Ani se une la implacable decisión de Raúl (sabe lo que va a causar y lo hace), que nadie cuestiona, unidos en una obediencia absurda e incomprensible. 

En resumen, Quinto culpable es una novela algo confusa en su desarrollo, sobre todo al principio, cuando resulta un poco difícil saber en qué momento ha sucedido cada cosa, repetitiva y demasiado explicativa, que no maneja bien la narración en primera persona. Previsible y superficial, da la impresión de que la autora no ha sabido transmitir el mensaje que pretendía.


Citas:

No tenía sentido mi hermetismo, impidiendo que saliera expulsado lo que me estaba abrasando las entrañas. Pero el solo hecho de pensar el escándalo que supondría mi confesión en el pequeño pueblo me estremecía. Con seguridad, lo ocurrido saldría en todos los medios de comunicación: «La hija de la fiscal Ana Torres y del investigador Mariano del Bosque, violada en Salomar». 
Nadie que no haya vivido la experiencia puede imaginar siquiera el destrozo interior que deja en una joven una violación. En mi caso, cinco, y por mi novio y sus amigos. Y nadie puede exigirle valentía en esos momentos. El tormento es tan hondo e intenso que ni siquiera soportas que una fugaz imagen de las dantescas escenas se cuele en tu mente. Solo recordar te rompe. ¿Cómo verbalizar lo ocurrido ante tus padres, amigos, abogados y jueces y sobrevivir con un mínimo de cordura? ¿Cómo soportar la presión social y ser objeto de miradas y todo tipo de rumores cuando ya estás enferma de tanta angustia y al límite de tus fuerzas? No, no, nada de aquello había sido culpa mía, ni lo ocurrido ni mi silencio.

Sí, sé que mi obligación como buena ciudadana era denunciar los crímenes de aquellas bestias de inmediato; pero yo no estaba en las mínimas condiciones como para cumplir obligaciones porque me acababan de robar mis derechos más elementales, además de la fe en el ser humano. Llegué a sentirme culpable; culpable de haber sido tan ingenua; culpable de haber acudido voluntariamente a Calachica; culpable de que me violaran una y otra vez; culpable de ocultar mi calvario... Pero ahora sé que no soy culpable de nada. Simplemente estaba enamorada. Faltaba un mes para mi diecinueve cumpleaños y, hasta entonces, todo en mi vida había sido amable. Cuando desperté de madrugada en la maldita cala era un despojo, una moribunda. La poca vida que me quedaba la necesitaba para seguir respirando. 
Aquella que aconseja denunciar los hechos inmediatamente y ser sometida a mil morbosas preguntas y a la exploración de su cuerpo después de que lo hayan profanado una y otra vez no sabe lo que se siente, o al menos no sabe cómo me sentía yo. Que el mundo ignorara los hechos, especialmente mis padres, me daba la oportunidad de regresar a una aparente normalidad y recuperar de alguna forma mi vida. Si en casa se hubiese sabido nada habría sido igual, ni siquiera aparentemente, y yo necesitaba tanto que todo siguiera en su lugar... Con eso me conformaba.


- También en este blog: Bajo seudónimo.


***T***

¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. El blog no se hace responsable de los spoilers que puedan aparecer en los comentarios, ya que Blogger no permite editarlos. Se ruega que se ponga un aviso si se van a mencionar. Gracias por tu opinión)




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta, no seas tímido.
Y no olvides que si publicas un comentario estás aceptando nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres. Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad. Pongo esta coletilla por si acaso fuera necesario, aunque creo que no, al ser un sistema de comentarios de Blogger y no se exige poner email o nombre real. Más vale que sobre que no que falte. No publiques urls ni emails.

Responsable de los datos: M.C. Mendoza (contacto en política de privacidad)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)