Editorial: Versátil,
2010
394 páginas
18,50 €
Argumento:
Las
inspectoras Olga Ramos y Clara Viñuelas conocen a dos atractivos médicos de
origen escocés, Alexandro O'Connors y Oscar Butler durante un operativo
policial en la Sala Joy Eslava. Más tarde se vuelven a encontrar...
Comentario
(con SPOILERS):
Una novela
se puede leer fijándose en varios factores, entre ellos los que valoran la
evolución de la historia: desarrollo, emoción, credibilidad, el mensaje si lo
hubiere o los aspectos formales: erratas etc...
En cuanto a
estos últimos, en «Fue un beso tonto» se percibe una falta de revisión del
texto que puede obstaculizar la lectura, como el uso excesivo, e innecesario,
de varias coletillas: «rápido», «rapidez» y «rápidamente», que la mayor parte
de las veces no vienen a cuento, o la extraña estructura de muchas frases,
desordenadas hasta el punto que en ocasiones hay que leerlas varias veces para
entender lo que quieren decir.
Otra cosa
que llama la atención es la utilización continuada de palabras y expresiones «vulgares»,
que aumentan en la última parte de la historia, cuando las policías entran en
contacto con la familia O'Connors y se establecen varias peleas dialécticas
entre los personajes, sobre todo a partir del capítulo 48), algo que quizá es
cuestión de preferencias, aunque se conseguiría un efecto más creíble sin tanta
sobrecarga, que muchas veces suena excesiva y exagerada.
También hay
varias alusiones y «homenajes» a programas de TV como «Anatomía de Grey»
(los apodos de doctor Pichón y doctor Agobio) o la española «Los hombres de
Paco» (Olga y Clara bautizan a sus vibradores «Lucas Fernández» y «Montoya»), o
referencias a la crónica social de hace algunos años (la amiga de Pepa, Maruja,
elige quedarse con «Dinio» entre todos los cachorros de la perra «Dolores», en
el capítulo 50, página 325, Clara dice «Aquí hay más tomate que en Telecinco»...)
que podrían quedar obsoletas en poco tiempo.
La creación
de personajes profundiza sobre todo en la pareja principal, Olga y Alex, siendo
Clara y Oscar, por sus similitudes con ellos, copias un tanto insustanciales de
sus personalidades. La policía se muestra como una mujer independiente,
decidida y profesional, más partidaria de las relaciones ocasionales que de las
serias, mientras que él médico es un hombre serio y responsable, preparado para
casarse (por segunda vez) y tener hijos.
Entre los
personajes secundarios, todos con un rol concreto, útil a la historia, resaltan
la abuela Pepa, una septuagenaria que lo mismo sale con hombres que cuida a la
nieta y la biznieta, y su vecina y amiga Maruja, quienes protagonizan
escenas y diálogos divertidos, ingeniosos y tiernos, cuya caracterización va
más allá de las coletillas que usan al hablar («hermosa» la primera y «oy oy oy»
la segunda).
La
historia, dividida en capítulos cortos de diversa extensión, se centra, como es
lógico en el género, en la resolución de la trama romántica, con lo que los
pasajes dedicados a los operativos en los que participan las dos amigas se
reducen comprensiblemente a varias escenas de acción, aunque hay momentos (toda
la parte relacionada con Eva y James y su torpe resolución en la que se echa de
menos un micrófono oculto, testigos visuales o algo similar) que puede resultar
decepcionante.
Es de
resaltar la fluidez con la que avanza la historia. Si bien al principio, tras una
breve toma de contacto, parece que los protagonistas masculinos quedan
apartados mientras se centra el protagonismo en la vida familiar de Olga (la
entrada en escena de la abuela marca el comienzo del tono de humor ingenioso),
más tarde se ve la utilidad de estos capítulos, desde la relación de Olga con
Pepa hasta lo de la prima Susi y la pequeña Luna, «Dolores» y sus cachorros,
encuentros de las policías con otros personajes (la familia de Alex: Perla,
Eva, Lidia, el abuelo Walter) o los compañeros de trabajo (Márquez: el ex de
Olga, Patricia: la nueva, Juan etc...)
Hay varias
cosas interesantes, por ejemplo el tono de credibilidad que tiene casi todo lo
que ocurre a los protagonistas (con excepciones: Sabrina convertida en una
villana de telenovela, el brusco cambio de Perla hacia Olga, la cantidad de
emparejamientos del epílogo...), conflictos normales y comprensibles que
dificultan su relación (ella quiere ser libre y mantener su trabajo, Luna, la
madre y la ex de Alex, la diferencia de personalidades y clases sociales,
varios equívocos).
También es
apreciable cierta complejidad en la evolución y profundidad en las
personalidades de los protagonistas, lo que, junto a una cuidada planificación
que se percibe en pequeños detalles (la autora no se saca nada de la manga,
todo ha sido justificado antes, aunque pudieran parecer escenas accesorias),
enriquece la historia que se relata y la dota de interés, destacando detalles
como la confianza de Alex en Olga cuando su familia cuestiona a la joven o el
relato de las cosas, relacionadas con ella, que ha hecho él durante su
separación ( ver «Posdata: te quiero» tres veces, visitar a los pingüinos del
Faunia, hacerse un tatuaje como el de Robbie Williams y ver el vídeo en el que
canta «Something Stupid» con Nicole Kidman etc...)
En resumen,
una novela que, pese a sus errores formales, está bien planificada y
estructurada, tiene una evolución creíble, sentido del humor y
resulta una lectura entretenida.
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*** T ***
Los
comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu
opinión.
Me encantó esta novela. De momento solo me he leído dos, pero me leeré más en un futuro. Saludos.
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