domingo, 6 de noviembre de 2011

Carne Muerta, de David Mateo

Carne Muerta
David Mateo
433 páginas
Editorial Dolmen (Serie Z)



Argumento

Debido a un fulminante virus llamado Tifoidea todos los hombres de la tierra mueren. Pero al tercer día resucitan convertidos en muertos vivientes sin cerebro. Las superviventes tendrán que buscarse la vida...


Comentario


Esta obra es la tercera que leo de temática zombi, que ahora está tan de moda, aunque, por el estilo y el argumento, tampoco diría que es tan "de zombis". Estos aparecen, es cierto, pero digamos que su actividad es más bien secundaria en relación con lo que ocurre en el libro.

Si tuviera que calificarlo de algún modo o encuadrarlo en algún género concreto me resultaría un poco difícil: diría que si bien empieza siguiendo la clásica pauta de este tipo de novelas (un incidente o pandemia que provoca la mortandad y posterior resurrección de miles de personas como muertos vivientes putrefactos, etc), luego la trama deriva hacia la aventura bélica, la trama de misterio o thriller (al final) e incluso hacia la fantasía y la Ciencia Ficción.

Precisamente es esta amalgama de géneros, que no tiene por qué ser mala en sí, lo que me ha desconcertado y desenganchado varias veces de la novela. También la estructura elegida por el autor, con varios personajes femeninos en lugares diferentes sin conexión, y los episodios narrados, a veces como relatos dentro del relato principal.

Es decir, me ha parecido que aunque la trama tiene la unidad argumental de la pandemia y resurrección de los muertos varones, en realidad, cada capítulo es como una "estampa" o relato dentro de ese marco. Imagino que finalmente estas historias que parecen desconectadas se unirán en una segunda parte (el libro termina con un "continuará..."), algo que francamente no me gusta nada, porque cuando leo una obra prefiero que sea autoconclusiva. Ya me parece que sobran páginas en esta, como para considerar que necesite aún más para desarrollarse todo lo que quedó pendiente, que es bastante, por no decir todo.

El autor ha mejorado abismalmente en cuando a prosa y recursos narrativos respecto a los anteriores libros que leí de él (Nicho de Reyes, etc). Se nota que conoce las técnicas. Introduce variadas referencias y datos documentales de forma adecuada. Es muy descriptivo, y al tiempo le fluyen los diálogos con naturalidad y bastante coherencia en relación a los personajes que hablan, que están en general bien caracterizados, y algunos de ellos, analizados con cierta profundidad (María, la monja, por ejemplo: para mi gusto es el personaje mejor descrito y el único normal de la historia). Hay descripciones potentes de lugares y de hechos, y pequeñas reflexiones sobre el mundo apocalíptico, que sin embargo, no llegan a dotar a la novela de un "mensaje" claro. Eso sí, el autor, para mi gusto, se regodea en exceso con algunas escenas, y no me refiero a que ponga mucha sangre y gore, sino a que estas escenas, en especial de acción, se alargan. Por ejemplo, hay una pelea entre una mujer soldado y un involucionado en una jaula que dura varias páginas, y tampoco parece que tal exceso se justifique por la relevancia de lo que nos narra. Así hay varias partes en la novela. Sobre todo al final, esa abundancia de descripciones de acción y batallas me han hecho bastante farragosa la lectura. A mí ese tipo de escenas me parecen un poco de relleno, pues no hacen avanzar la trama ni producen giros argumentales.

Otra cosa que no me ha gustado y que en mi opiníón hace bajar a la novela muchos enteros es la falta de verosimilitud tanto del argumento como de las actitudes de la mayor parte de los personajes. De acuerdo, en una novela de zombis, suspendemos la incredulidad. Damos por hecho que ha ocurrido este suceso en este mundo y nos lo creemos. Pero lo que ya no me creo es que en un escenario así (o en cualquier otro escenario) las mujeres se comporten como en este libro. Porque  prácticamente todas las que aparecen son o asesinas o hiperviolentas o psicópatas o locas o líderes de sectas apocalípticas. Y bueno, puedo aceptar que haya una secta dirigida por una loca que haga rituales cuasivampíricos y tenga verborrea de predicadora del Apocalipsis pero que haya tres, casi iguales, pues eso ya me resulta bastante difícil de asimilar (sobre todo porque uno de los personajes en su periplo se encuentra con ¡dos de ellas!), así como las cosas que hacen. Supongo que el "mensaje" de la novela es que las mujeres son tan violentas como los hombres, pero esa premisa es falsa, ya que la realidad demuestra que no es así, y también la ciencia. Una sociedad solo de mujeres no sería como se nos cuenta en esta obra, porque las mujeres, está demostrado, son más colaboradoras y  menos jerárquicas que los hombres, también menos agresivas. Y  ni siquiera algo tan fuerte como lo que pasa en esta novela sería capaz de cambiar lo que es por naturaleza. Además, contribuye a la sensación de irrealidad el que sucedan cambios tan radicales en un periodo de tiempo cortísimo. Surgen sectas dirigidas por mujeres que parecen la Condesa Bathory, se organiza el gobierno  y la milicia, surgen rebeldes guerrilleras en pocas semanas... pues no, no me lo creo.

Dando por hecho que la resurrección zombi es un asunto provocado por algo científico, un virus, también me chirría la irrupción de elementos que parecen fantásticos, como mujeres con lo que parecen poderes mágicos. Y una vez más, la secta de la demente del pueblo de Doña Lambra, que me ha resultado con diferencia lo más increible de todo, y donde el autor se detiene extrañamente, dándole una importancia que no encuentro justificada en el argumento global de la obra.

Siempre me han atraído las historias sobre sociedades diferentes de la nuestra, y en especial,  las especulaciones sobre cómo serían sociedades únicamente femeninas, por eso creo que esta obra está muy desaprovechada en este terreno, y no capta ni plasma, siempre a mi modo de entender, la psicología femenina ni en el comportamiento de cada personaje ni en la dinámica global del grupo (por decirlo de una forma resumida, estas mujeres actúan como hombres). Podría pensarse que el hecho de que el "enemigo" sea un prototipo de varón brutal, sin cerebro y puramente violento entraña un cierto simbolismo de las relaciones entre sexos (así como el hecho de que varias de las protagonistas tengan un historial de maltrato y abuso por parte de hombres), pero a mí me parece un aspecto poco desarrollado y quizás demasiado simplista y obvio en su planteamiento.

Como anécdota, hay algunas erratas en el libro ("envestirla" en lugar de "embestirla"), y sobre todo un pequeño lapsus cuando se dice que una mujer entró en rigor mortis cuando un zombi le arrancó la cabeza (el rigor mortis acontece varias horas tras la muerte, no en el momento).

En resumen, una obra formalmente aceptable y con diversos puntos positivos en cuanto a redacción e imaginación pero que para mi gusto no resulta muy creíble, y además tiene el hándicap de ser una "primera parte" y por lo tanto no remata las tramas, un tanto dispersas y en algunos casos hasta desmadradas y exageradas. 

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