Editorial:
Ediciones B, 2014
Tras
sufrir el impacto de un rayo, el compositor en crisis Peter Harper comienza a
experimentar extrañas visiones.
«La
última noche en Tremore Beach» es una de esas novelas que, aun siendo
moderadamente entretenidas, no aportan nada nuevo al género en que se
adscriben, en este caso una mezcla de fantasía y misterio.
Narrada
en primera persona por su protagonista, el compositor en crisis creativa Peter
Harper, tanto este como el resto de los personajes son descritos de manera un
tanto superficial, lo justo para que sean útiles a la leve trama de la obra,
cumpliendo su cometido de interés romántico (Judie), vecinos entre el misterio
y la sospecha (Marie y Leo) o hijos a los que defender (Beatrice y Jip), sin
que ninguno destaque, pese a la insistencia del autor en contar detalles carentes
de interés de varios de ellos.
Quizá
el hecho de que la historia esté contada por Harper, lo que de alguna manera
implica que se relata a posteriori, y la ausencia de una sensación de verdadero
drama, pese a los intentos del protagonista por transmitir su inquietud, junto al
tratamiento de unos personajes con los que es difícil empatizar y, por tanto,
temer por lo que les pueda suceder, ocasiona cierta desconexión con lo (poco)
que pasa en la novela.
Si
bien el autor intenta crear expectativa y sensación de peligro, un inicio
demasiado largo durante el que cuesta visualizar hacia dónde se dirige la
novela, o algunas escenas dilatadas en exceso (no es lógico que en pasajes de
peligro y angustia Harper haga continuas digresiones para recordar y relatar
pormenorizadamente momentos sin interés de su vida) restan agilidad a la
narración, la ralentizan.
A
esto contribuyen también varios capítulos cuya eliminación no solo no afectaría
a la trama, sino que la beneficiaría. Entre los ejemplos más evidentes está la
visita de Peter y sus hijos al abuelo, Patrick, durante la que se repiten
detalles de la vida familiar del protagonista que ya se han contado antes, el
pasado de Judie, que no aporta nada, o la larguísima carta final en la que Leo
explica, con un detallismo tan exagerado como innecesario, el secreto que
escondían él y Marie.
En
cuanto a lo formal, se agradecería una mayor revisión en varios aspectos, desde
el ya mencionado exceso de texto innecesario e incluso mal redactado (parece
que se busca la forma más larga y enrevesada de contar algunas cosas) hasta la
repetición de palabras (en ocasiones varias veces en un mismo párrafo) o del
recurso de intentar crear intriga y sensación de angustia con digresiones
demasiado obvias, evidenciando que es precisamente esa la intención del autor.
En
resumen, «La última noche en Tremore Beach» es una novela tan correcta (en
cuanto a su cometido de entretener) como anodina (no aporta novedades ni en el
contenido ni en la forma de contarlo), en la que da la sensación de que apenas
ocurren cosas (el rayo, los sueños, la defensa de la familia), con unos buenos
muy buenos, unos malos muy malos y un desenlace previsible, en la que cabe
destacar que, al menos, se intenta dar respuesta y solución a las pocas
intrigas que presenta.
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Has leído alguno de los libros citados? ¿Tienes tu propia lista?(Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)
Hola! acabo de leerlo y me gusto mucho... el tema de los sueños, el misterio, el suspenso, me atrapó. El protagonista, Peter me encantó y sobre todo su forma de actuar ante todo..
ResponderEliminarMe hubiese gustado un final mas soprendente e impactante, a la vez que mas ingrediente psicológico.. pero aun asi lo disfrute mucho...
Un beso!