Editorial: Duomo ediciones
Colección: Nefelibata
Traducción: Flora Casas
224 páginas
16,80 €
Argumento:
Lucy Barton rememora los días que su madre le hizo compañía
mientras estaba en el hospital.
Comentario (con SPOILERS):
Es difícil comentar «Me llamo Lucy Barton» sin incurrir en el
spoilers como ejemplo de los pros y contras de una novela que puede satisfacer,
o no, dependiendo de varios factores.
Relatada en primera persona por la propia Lucy desde su
presente, la autora rememora, casi a modo de autobiografía, los días en los que
se reencontró con su madre durante una estancia en el hospital, lo que le lleva
a recordar pasajes de su infancia, y otros momentos de su vida.
Si bien la trama principal es la relación entre una madre y
una hija con dificultades para comunicarse, lastradas por un pasado que ninguna
de las dos quiere detallar, también son importantes otros temas, como la
influencia de la infancia (en este caso traumática) en el desarrollo de las personas,
o la literatura utilizada para huir de una realidad desagradable (vivir en un
lugar pequeño y frío) y, después, tras
acudir a un taller literario en el que le dicen varias generalidades, como
vehículo para expresar vivencias.
Un tema en principio atractivo (la difícil relación
maternofilial) parece desaprovechado, en parte debido a la redacción, que opta a
menudo por las notas breves, algo frías, con un contenido más intuido o
supuesto que plasmado, dejando la interpretación a cargo de quien lee.
Hay también digresiones, como el relato por parte de la madre
de diversas anécdotas sucedidas a conocidos de ambas, que pueden interpretarse
como una forma más de su negativa a comunicarse, a hablar de las cosas con
claridad, algo que elude también Lucy en su novela, cargada de silencios que en
realidad nadie parece desear romper.
Curiosamente, quizá por la falta de profundización en los
hechos concretos, no da la impresión de que el pasado haya afectado demasiado a
Lucy, que se siente culpable por haber escapado de él gracias a los estudios,
mientras sus hermanos se quedaban atrás, pero no se esfuerza en relacionarse
con ellos. Tampoco parece que le haya influido en su propia vida como madre,
que retrata una relación fluida con sus hijas.
En resumen, si bien en la novela se habla de temas
interesantes y profundos, la forma en que está redactada atraerá más a quienes gusten
de un retrato distante y «realista» y quizá no satisfaga a quienes prefieran
historias en las que los personajes evolucionen, cambien, se vean afectados por
lo que se relata.
***T***
¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer
este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual
tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)
En estos momentos, no es un libro que me apetezca leer. Buena reseña.
ResponderEliminarBesos
Mi sensación con el libro ha sido mucho más positiva. Creo que en la vida real no se produce esa "profundización" en las relaciones materno-filiales, que hay muchas cosas que transcurren "por dentro" y que sólo se atisban en algunas frases o comentarios o acciones. Y creo que eso queda reflejado perfectamente en el libro. Me pareció muy realista en el sentido de que así es cómo transcurren las cosas, y no como muchas veces leemos en los libros o vemos en las películas (lo cual nos genera bastante frustración, por cierto).
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Ana Blasfuemia:
EliminarEn efecto, a mi también me parece una novela realista, lo que tiene su público, que la disfrutará.
Sin embargo también hay personas que prefieren leer historias que les den esperanza, que les hagan creer que sus vidas pueden cambiar, etc, y eso, en mi opinión, no sucede con Me llamo Lucy Barton.
Saludos.
Me ha parecido pésima.
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