Arcadia
Iaian Pears
Traducido por: María José Díez Pérez
637 páginas
Editorial Espasa
Argumento:
El profesor Lytten, en los sesenta del siglo XX, escribe una especie de novela fantástica (en realidad, solo toma notas) mientras critica a Lewis y Tolkien, que describe el mundo de Anterworld, un batiburrillo de sus gustos personales e ideológicos, con mucho de novela pastoril.
La loca matemática Angela, que viene del futuro, ha construido una máquina para viajar por universos paralelos huyendo de un villano que vive en la distopía futura donde ella ha dejado a su hija, la cual deviene en rebelde líder de renegados que rechazan la tecnología... La matemática usa las fantasías del profesor para construirse un mundo, pero la irrupción en él de una joven, amiga del profesor, trastoca sus planes...
Comentario:
A priori, la novela tenía todo para gustarme: universos paralelos, metaliteratura, ciencia ficción, distopías, viajes por el tiempo..., sin embargo, se me ha hecho muy cuesta arriba y ha sido toda una odisea terminarla. ¿La razón? Pues no lo sé muy bien... quizás que son casi setecientas páginas no necesariamente llenas de "acción", sino más bien pobladas de largas conversaciones y lances que no me han interesado en absoluto, pese a apreciar, cómo no, la pericia del autor al pergeñar una trama tan complicada que envuelve varios hilos argumentales interconectados e interdependientes.
Sí, la trama es enrevesada, hasta el punto que decidí no analizar si todo cuadraba al final (lo cual me obligaría a releer, horror). Especialmente pesada me ha parecido la trama del mundo imaginario Anterworld (leyéndola se entiende que el profesor Lytten no pasara a la historia como sí lo hicieron Lewis y Tolkien, al primero de los cuales pone a caldo, ejem, después de imitar sus soluciones, como el portal dimensional escondido en el sótano, similar al que hay en el armario de Narnia, y otros detalles). También hay un homenaje a una obra de Shakespeare ("Como gustéis"), con pastores y personajes femeninos vestidos de hombre y los todos los tópicos de la novela pastoril, y más homenajes que no he pillado pero que la joven Rosie/Rosalind, intrusa en el mundo imaginario, nos señala algunas veces, desenmascarando la escasa originalidad de su mentor, el profesor, que ha copiado todo lo que ha podido para crear su fantasía.
Solo hay un personaje que me ha despertado cierto interés: la matemática Angela, un personaje femenino atípico (y por ello bienvenido), de unos sesenta y tantos, mejorada-manipulada tecnológicamente con drogas e implantes en el cerebro y que es un auténtico genio, pero está loca como una cabra y posee una moral algo dudosa y en cierto modo criminal. El profesor es aburrido como él solo; la chica duplicada (aparece en dos mundos) con alguna chispa de inteligencia que pronto se sofoca; y el resto, meros clichés o roles de relleno sin personalidad (a destacar el muy anodino Jack).
La prosa no es muy brillante, dejémosla en correcta; destaca por su densidad, con abundantes parrafadas que desaniman al ojo que osa penetra en tan intrincada hojarasca. Las escenas son en exceso largas así como el elenco de personajes y de subtramas.
Tenemos tres escenarios principales: el Oxford de los años sesenta, donde vive Lytten y donde tiene lugar la trama de su creación literaria, además de una de espías, que me ha aburrido un poco; en esa época también vive Rosie, que por accidente termina en el Anterworld imaginado por Lytten y recreado por Angela, y que al final termina protagonizando una novela romántica sin emoción ni chispa.
El segundo escenario, es el propio Anterworld, un mundo de fantasía (sin magia), sumido en una eterna pre-industrialidad, tremendamente burocrático y formalista, en el que las máximas autoridades son los "narradores", conocedores de la "historia".
El tercer escenario es el futuro, una distopía hiper tecnológica dirigida por científicos en la que vive Emily, la hija de Angela, la líder de un grupúsculo de renegados que recuerda a los del Mundo Feliz de Huxley (no quieren que los curen de la vejez, odian la tecnología y esas cosas).
La historia que más me ha interesado es la de la matemática que viaja por los mundos y los crea con su máquina (narrada en primera persona, a diferencia del resto, lo cual quizás ha hecho que me pareciera que tenía más personalidad que los otros); el resto me ha producido un ligero tedio.
Y repito, admiro que el autor haya sido capaz de crear ese entramado, con cierto humor sutil, homenajeando-parodiando estilos literarios, haciendo metaliteratura y vinculando la vida real con el arte, pero a mí no me ha llegado. No he tenido siquiera intriga, ya que casi todo era previsible a poco que uno se fijara, incluida la identidad de uno de los personajes que se revela al final, que está cantadísimoooooo.
En resumen, un libro que podría gustar a los fans de la literatura de mundos alternativos, pero que a mí se me ha hecho más largo que un día sin pan. Nota: la editorial vende esta novela con el siguiente lema: "Una mezcla perfecta de Tolkien y C. S. Lewis con pulso de un thriller político y elementos de ciencia ficción clásica." Pero Tolkien no está ni se le espera... ojo.
¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído?
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Hola! Qué pena que no te haya convencido... Tenía muy buena pinta. Nos echa mucho para atrás lo de los párrafos tan largos y ritmo lento. Parece que trata muchos temas pero no termina de enganchar. Por ahora lo dejamos.
ResponderEliminarNos quedamos por el blog como nuevas seguidoras ;)
Un beso
Marta y Laura