Temes no tener talento.Temes que te rechacen, critiquen, ridiculicen, malinterpreten o, lo que es peor, te ignoren.Temes que no haya mercado para tu creatividad y, por tanto, no tenga sentido dedicarte a ella.Temes que lo que puedas hacer ya lo haya hecho alguien antes y mejor.Temes que todo el mundo lo haya hecho ya antes y mejor.Temes que alguien te robe las ideas, así que te parece más seguro mantenerlas escondidas.Temes que no te tomen en serio.Temes que tu trabajo no sea lo bastante importante política, emocional o artísticamente para cambiar la vida de nadie.Temes que tus sueños sean algo de lo que debas sentirte avergonzado.Temes que un día, al mirar atrás, tus empeños artísticos te parezcan una gigantesca pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo.Temes no tener la disciplina necesaria.Temes no tener la disponibilidad laboral, la independencia financiera o las horas libres necesarias para centrarte en inventar o explorar.
¿Crees que me equivoco? ¿Eres una de esas personas que creen que las artes son la cosa más seria e importante del mundo?Si es así, amigo mío, ha llegado el momento de decirnos adiós.Mi vida es la prueba irrefutable de que las artes no importan tanto como en ocasiones nos empeñamos en creer. Porque, no nos engañemos: pocos trabajos hay que sean, objetivamente, menos valiosos para la sociedad que el mío. Di una profesión, cualquiera: profesor, médico, bombero, conservador de museo, techador, ranchero, guarda de seguridad, activista político, trabajadora sexual, incluso el siempre desprovisto de contenido «consultor». Todos son mucho más esenciales para el buen funcionamiento de la comunidad humana de lo que ha sido, o será nunca, un novelista.
Piensa en este libro, por ejemplo, que tienes ahora mismo en las manos. Libera tu magia es, evidentemente, un manual de autoayuda, ¿verdad? Pues déjame que te diga, con todo mi respeto y cariño, que este libro no lo escribí para ti. Lo escribí para mí. Escribí este libro por mi propio placer, porque de verdad disfruto reflexionando sobre la creatividad. Me resulta agradable y útil meditar sobre el asunto. Si lo que he escrito aquí termina ayudándote, genial, me alegraré mucho. Será un efecto secundario maravilloso. Pero, a fin de cuentas, lo hago porque me gusta hacerlo.
Cuando hablo de «vida creativa», que quede claro que no me refiero por fuerza a intentar llevar una existencia que esté profesional o exclusivamente dedicada a las artes. No estoy diciendo que tengas que convertirte en un poeta que viva en la cima de una montaña en Grecia, o actuar en el Carnegie Hall, o ganar la Palma de Oro en el festival de cine de Cannes. (Aunque si quieres intentar alguna de esas hazañas, no lo dudes, a por ello. Me encanta ver a la gente darlo todo). No, cuando hablo de «vivir creativamente», lo hago de manera más general. Hablo de vivir una vida que esté guiada por la curiosidad antes que por el miedo.
Cuando las personas hablan de su trabajo creativo, a menudo se refieren a él como «su hijo», que es lo contrario de tomarse las cosas con naturalidad.Tengo una amiga que, una semana antes de que saliera su novela, me dijo: «Me siento como si mandara a mi hijo al colegio en autobús por primera vez y tengo miedo de que los abusones se metan con él». (Truman Capote lo expresó de manera aún más descarnada: «Terminar un libro es como sacar a un niño del patio y pegarle un tiro»).Chicos, por favor, no confundáis vuestro trabajo creativo con un niño, ¿de acuerdo?Esta manera de pensar no os causará más que un intenso dolor psicológico. Estoy hablando muy en serio. Porque si de verdad crees que tu trabajo es tu hijo, entonces algún día te será difícil cortarle un 30 por ciento, algo que es muy posible que tengas que hacer. Tampoco podrás soportarlo si alguien critica o corrige a tu hijo, o te sugiere que lo cambies por completo, o incluso intenta ponerlo en venta. Es posible que seas incapaz de desprenderte de tu trabajo para compartirlo porque ¿cómo sobrevivirá esa pobre e indefensa criatura sin tenerte a ti encima, pendiente de ella?Tu obra creativa no es tu hijo; en todo caso, tú eres hijo de ella. Todo lo que he escrito me ha hecho ser quien soy. Cada proyecto me ha hecho madurar de una manera diferente. Soy quien soy hoy por lo que he hecho y por aquello en lo que me ha convertido lo que he hecho.
***T***
Hace un tiempo leí "Come, reza, ama" y, pese a las críticas bastante reguleras, fue un libro que yo disfruté muchísimo. Desde entonces tenía pendiente leer otro libro de esta autora. A ver si me hago pronto con este, y más sabiendo que vuestra reseña no lo deja muy mal parado. :)
ResponderEliminarHola, Rosa:
EliminarNO leí "Come, reza, ama", así que no lo puedo comparar con "Libera tu magia", aunque éste sí me ha gustado bastante. Claro que también depende de lo que esperes de la lectura.
Saludos.