martes, 2 de diciembre de 2008

El documento Saldaña, de Pedro de Paz



Editorial: Planeta S.A.
425 páginas
19,95 €

Argumento:
Miguel Cortés, de profesión persuasor, es contratado por el abogado Luis Araujo, en nombre de un cliente, para que recupere un documento que ha desaparecido tras el asesinato de Sara Bianchi, directora de adquisiciones de una galería de arte que había sido encargada de autentificarlo. También el asesino Mihail Vassiliev y Lola Álvarez, compañera de trabajo de la fallecida, tienen interés en el documento.

Comentario (con Spoilers):

La lectura de un primer párrafo que desvela el asesinato de Sara Bianchi restando dramatismo a la subsiguiente y detallada descripción del hecho o la aparición de un protagonista cuyo pasado se resume en unas cuantas frases inconcretas (más tarde se desarrolla lo que en principio parece una mera lista) no parece muy prometedora.

Si a eso se añade que, sobre todo en los primeros capítulos, abundan las frases hechas y lugares comunes, a veces la narración es explicativa, hay algunas palabras cuyo significado no parece corresponder al contexto en el que se incluyen o que las frases a veces son largas y desordenadas, se podría esperar lo peor.

Sin embargo, según se avanza en la lectura, la agilidad de la trama (y la mejora en la redacción) consigue que sólo se note de forma ocasional.

El autor utiliza con habilidad recursos como poner capítulos breves que alternan las peripecias de Cortés, Vassiliev al servicio de Yurov y Lola Álvarez, mostrando los avances de cada personaje mientras administra la información que obtienen los personajes (y quien lee) y mantiene la intriga sobre lo que pasará a continuación.

Más tarde, tras unirse Cortés y Álvarez con su copia del documento, comienza una competición entre ellos y Vassiliev y Varela (experto en Saldaña) en su intento de interpretar las pistas y encontrar el tesoro escondido. A este respecto es de destacar que el autor no haya optado por la búsqueda de uno de esos objetos de moda en las últimas novelas del género, decantándose por algo más modesto (en el sentido de menos popular y conocido) y, en cierto sentido, "original".

También resuelve con habilidad y verosimilitud la parte en la que ambos bandos intentan descifrar las pistas dejadas por Saldaña para que encuentren su legado. En lugar de plantear claves complejas y retorcidas el autor apuesta por la lógica: si una de las ideas que se les ocurre les lleva a un lugar relacionado con aquellos en cuya construcción colaboró Saldaña es casi seguro que acertarán. Los mismos protagonistas dicen, con razón, que la finalidad de su dueño era que su tesoro fuera encontrado, por lo que las pistas no pueden tener excesiva dificultad.

En cuanto a los personajes, aunque el villano Vassiliev es un tanto tópico en su maldad (sin sentimientos, sólo disfruta matando) es destacable que incluso los secundarios tienen su puntito de personalidad, como los amigos de Cortés, Flores y el policía Tejada, cada uno en un lado de la ley y con un pasado más o menos intuido con el protagonista (ejemplares las escenas de presentación de ambos y la complicidad subyacente en los diálogos con Cortés) y con su propia utilidad dentro de la trama (otro dato a señalar, que cada personaje, situación y recuerdo tiene un sentido y finalidad) .

Destaca también Durruti (homenaje/guiño al titulo de otra novela del autor), el gato de Cortés, con una divertida y creíble personalidad felina, poco amigo de su amo, que se erige en protagonista de las dos o tres escenas en las que aparece.

La coprotagonista, Lola Álvarez, "traductora" del documento, que está en el caso por su amistad con la asesinada Sara Bianchi y como homenaje a su familia, muestra tener una personalidad que destaca en la negociación con Matías Roncero, el enfrentamiento del comienzo con Vassiliev (es capaz de reaccionar y sobrevivir a su ataque) o tomando las riendas en la relación con el protagonista.

Miguel Cortés, que se presenta al comienzo del la historia como un hombre capaz de (casi) todo por dinero y cuyo honor hace que termine cada trabajo que le encargan, tiene una marcada evolución, originada en el asesinato de la joven prostituta Yrina, el clásico de alguien "cercano" al protagonista (quien ya influyó en su vida en el pasado y le reconcilia consigo mismo en el presente), que cambia sus motivaciones y hace del caso algo personal.

Además, se establece cierto paralelismo entre Cortés y Vassiliev (quizá no es casual que ambos se llamen igual: Miguel y Mihail) en cuanto a lo que son capaces de hacer por conseguir sus objetivos, que tiene su importancia durante el enfrentamiento final, en el que destaca la diferencia, de carácter moral, entre ambos.

Incluso Madrid se convierte en parte integrante de la aventura, aprovechando diferentes localizaciones, con especial relevancia en la elegida para el desenlace de una historia que rememora, en varias ocasiones, instantes e imágenes de diversas películas.

Sin embargo, lo más interesante de la novela es que, desencadenada por la búsqueda del tesoro, se desarrolla una trama paralela de carácter personal que avanza al mismo nivel que la otra, influyéndose mutuamente hasta desembocar en la consecución de un premio "espiritual" equiparable al material.

En resumen, la progresión lógica de la investigación, aderezada por la creciente atracción entre Cortés y Álvarez, la mencionada competición por encontrar el legado de Saldaña y la evolución de algunos personajes, dan como resultado una novela digna y entretenida, que no es poco.



*** T ***

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