Unos chicos aburridos raptan el perro de una pareja sin ningún motivo, aunque posteriormente se les ocurre pedir un rescate por el animal. La travesura tendrá consecuencias desastrosas...
Comentario:
Se trata de la segunda novela de David Jasso que leo, y puedo decir que, con respecto a La Silla (también reseñada en este blog), se aprecia un grandísimo salto cualitativo, no solo a nivel de redacción sino también en cuanto a estructura, ambición, mensaje y sobre todo de emotividad y empatía con el lector.
A diferencia de La Silla, donde nos enfrentábamos a un relato claustrofóbico, de terror psicológico, con ribetes gore (que personalmente a mí no me gustan mucho), Día de perros podría considerarse una historia casi costumbrista, ambientada en un futuro tan próximo que nos resulta familiar (el mensaje es atemporal, de todas formas).
El autor cuenta lo que parece un relato trivial a través del multiperspectivismo, es decir, por un lado tenemos un narrador en primera persona, un joven normal y corriente, tal y como se nos describe en la novela, cuya única preocupación es un amor contrariado, un joven como puede ser cualquiera, ni bueno ni malo, que nos anticipa desde el primer capítulo (flashforward) el final trágico de la novela, siendo el resto un largo flashback que se inicia con el rapto del perro y culmina con un hecho luctuoso, y una posterior explicación, inquietante, de cómo este hecho marca al joven y lo lleva por caminos "inesperados". Por otro lado, se intercalan la narración en tercera persona que sigue a la pareja dueña del perro robado, y algunos informes y atestados de sucesos acontecidos a lo largo del relato.
La parte en tercera persona me ha gustado mucho más, ya que la prosa está más pulida y es más directa; en la parte narrada por el joven hay ciertas repeticiones y redundancias (sobre todo en el primer capítulo), pero está lograda su forma de expresarse (referencias a la cultura pop, películas, lenguaje juvenil, etc) y la descripción de la mentalidad de cierto tipo de chicos de hoy en día, de vidas aburridas, tecnológicas (messenger, ipods, etc), siempre ansiosos de dinero para satisfacer sus necesidades, y con poca tolerancia a la frustración. El personaje parece una buena persona (quizás marcado por el divorcio de sus padres y la falta de cariño, que tratan de solventar con regalos caros), lo cual hace más inexplicable y chocante la tragedia. A lo largo de la historia se cuestiona lo que hace su amigo Miguel, en apariencia más "lanzado" y con menos escrúpulos morales. En general, la pandilla no es un grupo especialmente malvado. Y sus actos no dejan de ser "una travesura", algo no premeditado, pero cuyas consecuencias no alcanzan a adivinar ni a comprender (deriva en lo delictivo).
El relato está muy ajustado, prácticamente no sobra nada; la acción es constante, tanto siguiendo a la pandilla como a la pareja, y se mantiene la intriga pese a conocer en parte el final, al que se llega como si de una tragedia griega se tratara, a consecuencia de una "serie de catastóficas desdichas", por decirlo de algún modo, una acumulación de mala suerte que estalla y se ceba en los inocentes, en una escena increíblemente cinematográfica en un telecabina, donde confluyen las diferentes acciones paralelas. Podríamos decir que el Destino y su inexorabilidad son dos personajes más de la novela.
Creo que Jasso ha logrado algo que es muy difícil en la novela: que el lector sufra con las vicisitudes de los protas y tema el final, que se le augura bastante oscuro, y aún así espere que no suceda lo que está pensando desde el principio. Es decir, logra que empaticemos con los protagonistas. Y lo ha logrado sin recurrir a la sangre, las vísceras y los detalles repulsivos, simplemente apelando a emociones y sentimientos humanos.
Mención especial haré de esa pareja tan peculiar y entrañable de Jorge y Cristina (una mujer con problemas de obesidad mórbida que al no poder tener hijos ha volcado todo su amor en el perro). Me ha llamado la atención el cariño que muestra el autor, y que transmite en las páginas de su novela, hacia este personaje femenino, muy raro de encontrar en la novelística actual, donde todo son chicas guapas, jóvenes y esbeltas. Se describen sus problemas cotidianos (pasar los tornos del metro, la agonía de subir el bordillo de una acera, o una escalera, etc) sin asomo de condescendencia. Me ha gustado mucho el tratamiento que le ha dado el autor, y realmente he sufrido mucho con su sufrimiento. Hacía mucho que no me pasaba eso con una novela.
También me ha gustado la ambigüedad moral de algunos de los personajes, como el Morlock, que pese a sus buenas intenciones, también tiene deslices mezquinos (relacionados con el dinero, nuevamente)
En resumen, una historia que nos cuenta como hechos terribles pueden ser provocados por gente buena o no mala, y de un modo trivial. De un juego de niños puede surgir un monstruo, cualquiera de nosotros puede ser esos "niños". Y el Destino, encima, ayuda.
Comentario:
Se trata de la segunda novela de David Jasso que leo, y puedo decir que, con respecto a La Silla (también reseñada en este blog), se aprecia un grandísimo salto cualitativo, no solo a nivel de redacción sino también en cuanto a estructura, ambición, mensaje y sobre todo de emotividad y empatía con el lector.
A diferencia de La Silla, donde nos enfrentábamos a un relato claustrofóbico, de terror psicológico, con ribetes gore (que personalmente a mí no me gustan mucho), Día de perros podría considerarse una historia casi costumbrista, ambientada en un futuro tan próximo que nos resulta familiar (el mensaje es atemporal, de todas formas).
El autor cuenta lo que parece un relato trivial a través del multiperspectivismo, es decir, por un lado tenemos un narrador en primera persona, un joven normal y corriente, tal y como se nos describe en la novela, cuya única preocupación es un amor contrariado, un joven como puede ser cualquiera, ni bueno ni malo, que nos anticipa desde el primer capítulo (flashforward) el final trágico de la novela, siendo el resto un largo flashback que se inicia con el rapto del perro y culmina con un hecho luctuoso, y una posterior explicación, inquietante, de cómo este hecho marca al joven y lo lleva por caminos "inesperados". Por otro lado, se intercalan la narración en tercera persona que sigue a la pareja dueña del perro robado, y algunos informes y atestados de sucesos acontecidos a lo largo del relato.
La parte en tercera persona me ha gustado mucho más, ya que la prosa está más pulida y es más directa; en la parte narrada por el joven hay ciertas repeticiones y redundancias (sobre todo en el primer capítulo), pero está lograda su forma de expresarse (referencias a la cultura pop, películas, lenguaje juvenil, etc) y la descripción de la mentalidad de cierto tipo de chicos de hoy en día, de vidas aburridas, tecnológicas (messenger, ipods, etc), siempre ansiosos de dinero para satisfacer sus necesidades, y con poca tolerancia a la frustración. El personaje parece una buena persona (quizás marcado por el divorcio de sus padres y la falta de cariño, que tratan de solventar con regalos caros), lo cual hace más inexplicable y chocante la tragedia. A lo largo de la historia se cuestiona lo que hace su amigo Miguel, en apariencia más "lanzado" y con menos escrúpulos morales. En general, la pandilla no es un grupo especialmente malvado. Y sus actos no dejan de ser "una travesura", algo no premeditado, pero cuyas consecuencias no alcanzan a adivinar ni a comprender (deriva en lo delictivo).
El relato está muy ajustado, prácticamente no sobra nada; la acción es constante, tanto siguiendo a la pandilla como a la pareja, y se mantiene la intriga pese a conocer en parte el final, al que se llega como si de una tragedia griega se tratara, a consecuencia de una "serie de catastóficas desdichas", por decirlo de algún modo, una acumulación de mala suerte que estalla y se ceba en los inocentes, en una escena increíblemente cinematográfica en un telecabina, donde confluyen las diferentes acciones paralelas. Podríamos decir que el Destino y su inexorabilidad son dos personajes más de la novela.
Creo que Jasso ha logrado algo que es muy difícil en la novela: que el lector sufra con las vicisitudes de los protas y tema el final, que se le augura bastante oscuro, y aún así espere que no suceda lo que está pensando desde el principio. Es decir, logra que empaticemos con los protagonistas. Y lo ha logrado sin recurrir a la sangre, las vísceras y los detalles repulsivos, simplemente apelando a emociones y sentimientos humanos.
Mención especial haré de esa pareja tan peculiar y entrañable de Jorge y Cristina (una mujer con problemas de obesidad mórbida que al no poder tener hijos ha volcado todo su amor en el perro). Me ha llamado la atención el cariño que muestra el autor, y que transmite en las páginas de su novela, hacia este personaje femenino, muy raro de encontrar en la novelística actual, donde todo son chicas guapas, jóvenes y esbeltas. Se describen sus problemas cotidianos (pasar los tornos del metro, la agonía de subir el bordillo de una acera, o una escalera, etc) sin asomo de condescendencia. Me ha gustado mucho el tratamiento que le ha dado el autor, y realmente he sufrido mucho con su sufrimiento. Hacía mucho que no me pasaba eso con una novela.
También me ha gustado la ambigüedad moral de algunos de los personajes, como el Morlock, que pese a sus buenas intenciones, también tiene deslices mezquinos (relacionados con el dinero, nuevamente)
En resumen, una historia que nos cuenta como hechos terribles pueden ser provocados por gente buena o no mala, y de un modo trivial. De un juego de niños puede surgir un monstruo, cualquiera de nosotros puede ser esos "niños". Y el Destino, encima, ayuda.
Trailer de la novela
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