Editorial: Alfaguara, 2022
Colección: Narrativa Hispánica
248 páginas
18,90 €
Eebook: 8,99 €
Argumento:
El encuentro casual de su madre con la de un amigo del colegio, hace que Álvaro rememore su adolescencia.
Comentario:
Disfrazada levemente de novela de misterio, La Edad de Tiza trata, en realidad, otros temas. El autor, por medio de un protagonista con apariencia de alter ego (se llama Álvaro Velayos), relata varios pasajes de su adolescencia en un colegio religioso concertado, que utiliza para reflexionar y hacer crítica tanto de cierto tipo de educación como de la hipocresía de quienes quieren imponer algo que no practican.
“Cuando hay cuatro Álvaros en una misma clase es fácil confundirse. Por eso, Álvaro fue siempre otro, y yo para mis compañeros siempre fui Velayos. Un curso por encima de mí había un Álvaro Ceballos con el que los profesores me confundían todo el tiempo, porque la identidad profética del nombre, multiplicada por la paronomasia genética del apellido, nos daba un innegable aire de familia. Una vez el hermano pequeño del tal Ceballos me dio un recado en el patio porque me había confundido con él, de frente y a muy poca distancia.”
También se muestra una sexualidad distorsionada por la falta de contacto con chicas de su edad, a quienes parece percibirse, de alguna manera, como enemigas, seres incomprensibles con quienes no saben relacionarse, mientras se dirigen entre ellos ingeniosas frases en las que dan por hecho una homosexualidad (no real) que no parece crearles conflicto ni rechazo, una forma de relacionarse.
La novela está contada en primera persona, con una redacción que, a veces, es deliberadamente ampulosa, recargada, llena de palabras de uso poco habitual, al punto de resultar muy difícil conocerlas todas, y su significado, aunque, por suerte, no se abusa del recurso, alternado con un tono más convencional y de comprensión sencilla sin perder efectividad.
Como narrador en primera persona, Álvaro es el personaje más desarrollado. El resto, en su mayoría amigos, profesores del colegio, alguna chica y su madre (quizá el más interesante y simpático, protagonista de capítulos en los que se nota un ligero humor surrealista), están al servicio de lo que se quiere contar, al punto de resultar difícil distinguir quién es quién, en especial entre los amigos del protagonista, con sus motes, diálogos y sus comportamientos similares.
La trama de misterio, basada en la visualización de una cinta de VHS, su posterior desaparición y búsqueda, que se convierte en el hilo conductor de una historia que, a veces, aun con su alternancia de capítulos del presente y del pasado, parece más una serie de escenas para enfatizar ciertos temas que una novela convencional, se resuelve de forma satisfactoria y útil, cierra el círculo.
En resumen, La Edad de Tiza usa de forma equilibrada e inteligente humor, ingenio y un ligero misterio como forma de unir las reflexiones y crítica del autor sobre la adolescencia de su protagonista, y en lo que realmente se convirtieron aquellos adolescentes que eran, según les dijeron, “la generación mejor formada de este país”.
***T***
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Humor e ingenio, que maravilla. No conocía a este escritor pero me ha gustado el párrafo que has puesto y tu reseña manda este título directo a la lista de "para leer".
ResponderEliminarHola, Jelechal:
EliminarEspero que, si lees la novela, no te decepcione. El humor es algo tan personal...
Saludos.