jueves, 16 de agosto de 2007

Yo mato, de Giorgio Faletti

Io Uccido, 2002
Editorial: DeBolsillo
Traducción: Rosa S. Corgatelli
Ebook: 5,95 €

Argumento:

Un asesino llama al locutor de Radio Montecarlo Jean-Loup Verdier para anunciarle que va a matar a alguien. Al día siguiente aparecen los cadáveres mutilados de dos personas. El comisario Nicolas Hulot, encargado del caso, solicita la colaboración de su amigo, el agente del FBI Frank Ottobre, para solucionar el caso.

Comentario:

Al leer de qué va la novela se puede pensar que se trata de más de lo mismo, y lo es... hasta cierto punto.

Una de las cosas que destaca es la atención que el autor presta a los personajes, a cada uno de ellos, incluidos los secundarios y las víctimas de los asesinatos.

El relato del amor de la ajedrecista Arijane Parker y el piloto de carreras Jochen Welter, el de la vida secreta del millonario hombre de negocios Allen Yoshida o el drama del bailarin Gregor Yatzimin, que se está quedando ciego, hacen que sus asesinatos afecten de forma diferente, tanto al asesino, que los mata utilizando distintos métodos, como a quien lee, consiguiendo que se sienta pena por algunos de los personajes y la impresión de que otros quizá lo merezcan.

El protagonista es el agente del FBI Frank Ottobre, que está en Montecarlo para superar la pérdida de su esposa y ayuda a su amigo el policía Nicolas Hulot, encargado del caso.

A lo largo de la novela se revela el pasado de Ottobre, su sentimiento de culpa, su rechazo a la vida y cómo la búsqueda del asesino llamado "Ninguno" inicia un camino de redención al que contribuye la aparición de una mujer, Helena Parker, hermana de la primera víctima, con su propio drama familiar (algo exagerado).

Quizá esta preocupación del autor por mostrar a sus personajes como seres vivos, reales, con problemas y equivocaciones, sea lo más destacable, pese a que algunas subtramas, como la que relaciona el pasado de Ottobre con otro personaje, puede resultar poco creíble y distraer en exceso de la trama principal: identificar y detener al asesino.

Como es habitual en las novelas de psicópatas, el autor dedica los correspondientes capítulos a "Ninguno", tanto para relatar los asesinatos casi rituales, cercanos al gore pero sin caer en él, como para mostrar lo que ocurre en su mente, las motivaciones que le "obligan" a mutilar las cabezas de sus víctimas, buscando la comprensión y compasión hacia un ser atormentado, por cuya inteligencia incluso el protagonista siente cierta admiración más o menos reticente.

Entre los personajes más secundarios destacan Jean-Loup Verdier, el locutor que recibe las llamadas de "Ninguno", su amigo el joven Pierrot, apodado "Rain Boy" por la película "Rain Man", un muchacho cuyo retraso mental se suple por unos conocimientos musicales que resultarán muy útiles durante la investigación, el comisario Nicolas Hulot y su esposa Céline o el general Nathan Parker y su esbirro, el capitán Ryan Mosse.

La identificación del asesino a casi doscientas páginas del final, así como la localización de su escondite tras una larga persecución mediante brotes de inspiración de Ottobre puede resultar frustrante y dar cierta sensación de engaño, aunque no llega a estropear el disfrute de la historia.

A destacar algunos pasajes, como el asesinato de Yoshida (esa especie de "justicia poética"), el encuentro final entre "Ninguno", Ottobre y Pierrot, que da una nueva dimensión al criminal, una revelación de Céline Hulot al protagonista, o el tratamiento del Principado de Mónaco como un personaje más, al que se somete a un recorrido por sus calles y costumbres y a una mirada crítica a su condición de paraíso fiscal y refugio de millonarios.

Aunque quizá haya un exceso de subtramas, algunas poco creíbles, que alargan la historia, se lee con facilidad e interés por los protagonistas y lo que les pase y cuenta con un final poco utilizado en una época en que tras el 11 de septiembre (mencionado en la novela, escrita en 2002) lo más importante parece ser el ojo por ojo.


*** T ***
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