Editorial: Zeta Bolsillo Traducción:Teresa Clavel 160 páginas 6,95 €
Argumento:
La familia Touvache regenta una tienda donde proveen de diferentes medios a las personas que quieren suicidarse.
Comentario:
La tienda de los suicidas es una de esas novelas que invitan a la reflexión, de esas cuyo final puede suscitar dudas, preguntas, dudas sobre qué ha querido decir el autor con las dos últimas frases.
Pese a tratar un tema que, en principio puede parecer poco agradable, una tienda que facilita el suicidio a quienes quieran llevarlo a cabo, desde el comienzo se percibe que está tratado desde el humor, a veces negro, otras ingenioso, lo cual relativiza la dureza de la premisa, dando la impresión de que se trata de una historia optimista, que busca desdramatizar mediante situaciones humorísticas, algo frívolas e incluso superficiales la idea de quitarse la vida.
También utiliza a uno de los personajes, Alan, un niño casi angelical (rizos rubios, adorable y encantador), para sugerir un mensaje contrario al que dan sus familiares, eternos pesimistas cuyo comportamiento evoluciona de forma positiva al contacto con el niño.
La familia Touvache, formada por Lucréce, Mishima y sus hijos Marilyn, Vincent y Alan, cuyos nombres han sido escogidos por el autor en homenaje a conocidos suicidas, se caracteriza por las diversas formas que toma su negatividad, siendo el romance de Marilyn con Ernest, guarda del cementerio donde se celebran los funerales de sus clientes, y el influjo de Alan sobre quien le rodea, los principales, y leves, hilos argumentales de la historia.
Así, poco a poco, la novela avanza entre las visitas de clientes, los ingeniosos métodos de suicidio que se venden en la tienda, la forma en la que Alan consigue “sabotearlos” y la lenta conversión de los Touvache y su tienda en algo muy distinto a lo del comienzo.
En ese momento, casi al final de la breve historia, se podría decir que se trata de una obra divertida, positiva, optimista, cuyo mensaje anima a ver el lado bueno de las cosas y las personas. Hasta que se llega a las mencionadas últimas frases, esas que pueden calificar el final como sorprendente, curioso, contradictorio etc...
Quizá es en esas ocho últimas palabras donde está la verdadera esencia de la novela, en cierta ambigüedad sutil, propiciada por la hábil elección de qué dice y cómo lo hace, que suscita interpretaciones, preguntas y conclusiones.
¿Cómo interpretas el final?
***T***
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, no seas tímido.
Y no olvides que si publicas un comentario estás aceptando nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres. Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad. Pongo esta coletilla por si acaso fuera necesario, aunque creo que no, al ser un sistema de comentarios de Blogger y no se exige poner email o nombre real. Más vale que sobre que no que falte. No publiques urls ni emails.
Responsable de los datos: M.C. Mendoza (contacto en política de privacidad)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)