Albert Pla
Roca Editorial
192 páginas
Argumento:
Un músico uruguayo se va de gira por España en compañía de un artista local. Por el camino les pasan cosas raras y conocen a diversos humoristas y cantantes.
Comentario:
Oí hablar de este libro con motivo del Festival de Eurovisión 2018, celebrado en Lisboa, ya que uno de nuestros representantes, Alfred, se lo regaló a la otra, Amaia. Naturalmente, y dado el título del libro y la portada, en la que figura una bandera "Estelada" (algo parecido, más bien), es decir, del independentismo catalán, se armó un cierto escándalo.
Conociendo a Albert Pla como músico y persona inconformista, transgresor e incatalogable, esperaba un relato mordaz que no dejara títere con cabeza y que entrara a fondo en la crítica de los males de España. No he visto cumplidas mis expectativas.
Es cierto que hay crítica, sobre todo hacia la iglesia y otras instituciones (la monarquía), pero no en la medida que yo imaginaba y tampoco con el humor que daba por supuesto. A pesar del título, no puede decirse que insulte a España ni a sus regiones, limitándose a hacer un recuento de tópicos regionales en su periplo por las diversas provincias, que, salvo muy contadas excepciones, no resulta gracioso.
El autor, además, incluye numerosas digresiones de naturaleza surrealista que te sacan una y otra vez de la historia. No es que todo haya de ser realista cien por cien; el surrealismo es una opción como otra cualquiera, siempre que sea coherente con el resto de la novela. Pero aquí parece más bien aleatorio en su forma de generar "Españas alternativas" en las que ocurren cosas casi porque sí.
El protagonista principal, el músico uruguayo, figura que sirve para ver con ojos extranjeros nuestro país, se va sorprendiendo de la idisioncrasia y características de las diversas ciudades por donde pasan y por las costumbres políticas y la relación entre poder y cultura, pero no está ni desarrollado ni posee ningún tipo de personalidad, así como tampoco el resto de personajes.
En su viaje conocen a ciertos artistas (reales) con los que interactúan, y de los que se cuentan anécdotas. Se entrevé que la obra tiene partes autobiográficas, extraídas seguramente de la experiencias de giras del autor, aunque estas no resultan muy interesantes.
Poco más se puede contar de la obra, que me ha parecido insulsa, simple y no muy bien escrita. En cuanto al "escándalo"... El título y el uso de la bandera Estelada son meras provocaciones con propósitos comerciales, pues el libro no trata para nada del tema del independentismo catalán. Por lo demás, ¿qué sentido tiene llamar a un libro "España de mierda" y poner una especie de bandera catalana/española? Ninguno, salvo molestar (bueno, y vender libros).
En resumen, un libro que no pasará a la historia, que cuenta con unos pocos destellos de ingenio y con escaso valor literario. Lo mejor que se puede decir de él es que es breve...
Fragmento:
—Pues a mí la catedral me parece una mierda —dijo Tito.
—Una puta mierda —añadió Julián.
—Muy grande —constató Raúl.
Tito, Julián y Raúl contemplaban la catedral de Santiago de Compostela.
—A esos hijos de puta de curas siempre les ha gustado hacer las cosas a lo grande.
Tito era cuarentón, mánager de profesión y estaba hasta los huevos de todo. Despreciaba Santiago por provinciana; como buen madrileño, pensaba que el barrio de Lavapiés era el centro del mundo y que Galicia simplemente era el sitio al que los madrileños iban de vacaciones.
—Malditos curas, han hecho más daño a este país que los mismísimos Borbones —continuó Tito. Estaba de buen humor, como Julián.
—A mí no me tienes que convencer, Tito, ya sabes lo que pienso: me cago en el rey y en la reina y en todos sus antepasados, que hicieron más daño a este país que la puta Iglesia que los ampara y los bendice. Me cago en Dios y en su gracia divina.
Julián era gallego, líder de la banda punk Siniestro Total, y hacía tiempo que quería conocer a Raúl, un joven uruguayo de veintidós años que iba a dar en Santiago el primer concierto de una gira que le llevaría por toda España. A Julián le habían llegado voces que aseguraban que el chico cantaba como nadie; que su hilo de voz era capaz de quemar el techo de cualquier catedral. Y allí estaba Julián, como buen anfitrión, mostrándole a Raúl la ciudad.
—A mí me parece muy grande —repitió Raúl.
Julián, que era cantante punk pero también un tipo muy culto, se puso pedagógico e intentó explicarle la historia del edificio.
—Aquí está el sepulcro del apóstol Santiago, que convirtió este templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa durante la Edad Media. Era el Camino de Santiago, una ruta iniciática que seguía la estela de la Vía Láctea…
Tito le interrumpió:
—Pero ¿de verdad alguien cree que aquí está enterrado Santiago? Yo no me creo ni que existiera. ¡Un apóstol de Jesús! No me creo ni que existiera Jesús, mira qué te digo.
¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído?
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