Editorial: Ediciones B,
2018
624 páginas.
20,90 €
Ebook: 9,99€
Argumento:
Estrella relata su vida y la historia de su familia, en la
que las mujeres tienen un don que las hace diferentes.
Comentario:
«El bosque sabe tu nombre» podría ser una novela más entretenida
e interesante, dentro de su falta de originalidad, concesiones a las
convenciones del género y similitudes con otras obras (tiene algunos puntos en
común, por ejemplo, con «Lo que el viento se llevó», de Margaret Mitchell) si
no fuera por sus excesos y carencias.
Las más de seiscientas páginas que se utilizan para relatar
la historia de la familia Zuloaga, a través de los ojos de Estrella, no tardan
en antojarse excesivas: la autora repite información, tanto en los largos y a
veces explicativos diálogos que mantienen los personajes como en descripciones
(bosque, paisajes…), en la narración de hechos familiares pasados y presentes o
los pensamientos de la protagonista.
Los personajes, sus personalidades y acciones, no propician
la implicación con ellos ni con lo que les sucede. La mayoría resultan poco agradables y con los
matices justos (a veces cambiantes a conveniencia de la acción) para cumplir su
cometido. La misma Estrella, protagonista en primera persona, con la dificultad
que eso entraña para dar una versión «creíble» del resto, tiene reacciones
incomprensibles, exageradas, caprichosas, casi malvadas (todo lo relacionado
con su gemela, Alma). La inclusión de hasta tres villanos (el marqués, Pedro y
Villas) de una maldad irracional, exagerada, sin matices ni motivos, tampoco
ayuda a dotar de credibilidad la narración.
Además, son evidentes ciertos puntos en común con los
mencionados protagonistas de «Lo que el viento se llevó», donde Estrella sería
Escarlata O’Hara, Liam Sinclair un Rhett Butler pelirrojo (en ambas novelas se
subrayan las similitudes entre ellos), Tomás un Ashley Wilkes que podría
eliminarse sin afectar demasiado a la historia, Catalina
como Melania, o incluso Mason podría tener algo Frank Kennedy.
También hay varios paralelismos en las tramas de ambas
historias (una mujer en busca de libertad e independencia, cambios radicales en
el estilo de vida, una guerra, posguerra, el apego de las protagonistas a su
hogar, una la mansión Tara y la otra Villa Soledad…). La mención tanto de Clark
Gable como de Vivien (Vivian en la novela) Leigh, con cuya belleza se compara la de Estrella, varias veces en el texto, sugiere una suerte de homenaje, aunque no se menciona la película, ni el libro.
En algún medio se citan como referencias a novelas como «Cumbres
borrascosas» de Emily Brontë, Rebeca de Daphne du Maurier o «La casa de los
espíritus» de Isabel Allende y la trilogía del Baztán de Dolores Redondo,
siendo las más identificables las últimas, una por el intento de crear su
propio universo «mágico» y familiar y la otra, quizá, por desarrollarse en el País Vasco y
hacer menciones, superficiales, al folklore de la zona: lamias, sorginak (brujas)…
Tal vez son estos los momentos más interesantes de «El bosque
sabe tu nombre», destacando la capacidad de Estrella de modificar la Naturaleza (aunque se usa tantas veces que pierde algo de fuerza),
la de ver al fantasma de su gemela, su relación con el fuego, o con el lobo que
la acecha desde la niñez. Lamentablemente, las fugaces y silenciosas
apariciones de Alma no parecen responder a un motivo concreto, ni tener la
menor utilidad, creando una expectativa nunca cumplida, y su eliminación no
afectaría a la novela.
Tampoco acaban de funcionar las pinceladas reivindicativas
acerca de la falta de derechos de las mujeres (la novela se desarrolla entre
1927 y comenzada la década de los cuarenta) y la lucha de Estrella por ser
independiente, libre, poder trabajar en lo que le gusta y decidir si quiere casarse y tener hijos, o no. Es
posible que se deba a la gran cantidad
de subtramas e incidentes, que ocupan la mayor parte de la historia, dejando
estos temas en un lugar relativamente secundario.
En resumen, «El bosque sabe tu nombre» es una obra
correctamente redactada, con algunos pasajes de interés, lastrada tanto por sus
excesos (páginas, repetición de situaciones) como por sus defectos (personajes con
los que no resulta fácil empatizar y que actúan sin coherencia según
«necesidades argumentales»). Si la autora escribiera una continuación (y el
final sugiere la posibilidad) en la que puliera los errores formales, muchos
achacables a ser una primera novela, y se desvinculara de ciertos homenajes,
dotándola de personalidad propia, podría ser una lectura interesante.
***T***
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Concuerdo con la reseña y añado que es una oda al pensamiento feminazi: cada personaje masculino en esa novela o era un mal tratador, o un bruto, o un estafador.
ResponderEliminarA mi me gustó la novela en general, claro que tiene sus carencias. Coincido en que las apariciones del fantasma de Alma al final no tuvieron mayor relevancia a la trama y que casi todos los personajes masculinos son unos bueno para nada o malos como Satanas (solo se rescata a Mason, aunque traicionó a Lucy). Como primera novela de la autora, es rescatable y recomendable. Yo no soy español y me gustó como explica los escenarios Vascos y las situaciones posguerra en una dictadura poco conocida para los que somos de Latinoamérica, quienes hemos sufrido nuestras propias dictaduras.
ResponderEliminarDe acuerdo: la novela es maleja y totalmente prescindible, y con un exceso de páginas para contar lo que cuenta. Encima tiene faltas de ortografía
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