188 páginas
7,99 €
Ebook: 4,99 €
Argumento:
Tras separarse de su pareja e iniciar una nueva
vida, Diana comienza a averiguar cosas de su origen.
Comentario:
Cuando se ha leído, y comentado, unas cuantas
novelas de la misma persona (esta es la sexta obra de la autora reseñada en
este blog) es difícil decir algo nuevo, y da la impresión, releyendo anteriores
artículos, que algunas de las opiniones que contienen se podrían aplicar al
actual. Que la mayoría de autores escriban siempre sobre temas recurrentes que
son parte de sus inquietudes e intereses, también contribuye a producir la
sensación de que no hay algo nuevo que decir.
«Una bruja sin escoba» también está redactada en
primera persona por su protagonista, en esta ocasión Diana, una bruja que
desconoce su origen y no ha desarrollado sus poderes, de forma correcta y
funcional, siendo su punto de vista el único que se da de los hechos, y del
resto de los personajes. La redacción se nota bastante revisada, con una
drástica disminución de erratas y palabras que no significan lo que la autora
cree, tan presentes en obras anteriores, si bien resulta algo confusa en la
última parte, sin llegar a resultar una molestia o dificultar la lectura.
Los problemas con la ausencia de fechas y lugar
en el que se sitúa la acción se resuelven con las referencias a internet y
móviles, etc, y se dice que transcurre en Madrid, sin bien continúa la
confusión sobre el lapso de tiempo en el que transcurren los hechos, que da la
impresión, por la cantidad de cosas que suceden, de que es mayor del que se
dice.
También son habituales ciertas reflexiones (cada
vez, afortunadamente, más escasas y
breves, menos farragosas y repetitivas) sobre temas espirituales y la
contraposición entre este tipo de vida y otro más materialista. Y, por
supuesto, los objetos, ya sean mágicos, simbólicos o ambas cosas, con
preferencia por el color rojo, desde el paraguas de «En un rincón del alma» y
sus dos secuelas (se menciona de pasada, así como a las mujeres de agua), hasta
las hojas de arce de «Y si fuera cierto». Ahora se trata de un ala delta
(roja), sustituta de la tradicional escoba de bruja, un libro con hojas
(aparentemente) en blanco encuadernado en rojo, o la presencia del también
indispensable gato (egipcio), Senatón.
Aunque son evidentes las mencionadas similitudes
con las obras anteriores de la autora, es con «Y si fuera cierto» con la que
tiene más puntos, positivos, en común. Al igual que en esta, deja de lado las
generalidades emocionales para tratar de contar algo, basándose en personas y hechos (más o menos) reales, en
torno a los que crear su historia, transmitir sus puntos de vista, valores,
cultura, en la que no faltan las referencias a canciones, cine y TV (uno de los
personajes se llama Duncan Connor, como los interpretados por Adrian Paul y
Christophe Lambert, uno en la serie y el otro en las películas de «Los
inmortales». Se menciona el DeLorean de «Regreso al futuro») etc…
Entre lo más destacable se encuentra la capacidad
de dotar de humanidad y personalidad a todos los habitantes del edificio a cuyo
ático se muda Diana. Antonio, el casero, su madre, Claudia, vecinos como Elda, Desmond y Ecles, Duncan o Amaya
resultan más cercanos e interesantes en sus peculiaridades que los de su vida
anterior (Alán, Samanta, Rigel), aunque estos también cumplen su cometido.
Si bien la novela avanza sin grandes altibajos,
con cierta previsibilidad, la autora consigue dar un giro argumental cerca del
final, tan sorpresivo como interesante, que abre la historia a varias
posibilidades cuyo desarrollo tendrá lugar en posteriores entregas de lo que, al
parecer, será una trilogía.
En resumen, «Una bruja sin escoba» contiene, con
la obvia evolución en cuanto a forma y fondo, los temas habituales de la
autora, lo que interesará a quienes disfrutaron con sus otras novelas. Y, además, permanece la notable evolución observada en «Y si fuera cierto», lo que incrementa el interés por seguir leyendo a la autora, resulta
muy entretenida, los personajes despiertan empatía y, sobre todo, crea intriga por saber qué pasará. Sólo queda esperar, y desear, que no tarde un año en
publicarse la continuación de las aventuras de Diana, una bruja moderna.
Otras novelas de Antonia
J. Corrales reseñadas en este blog:
***T***
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