miércoles, 6 de julio de 2022

El caso Alaska Sanders, de Joël Dicker

T.O.: L´Affaire Alaska Sanders, 2022
Editorial: Alfaguara, 2022
Traducción:  María Teresa Gallego Urrutia & Amaya García Gallego
590 páginas
23,90 €
Ebook: 10,99 €

Argumento:

El escritor Marcus Goldman y el sargento Perry Gahalowood se unen para investigar el asesinato, aparentemente resuelto, de Alaska Sanders, sucedido una década antes.

Comentario:

El caso Alaska Sanders es la tercera novela protagonizada por Marcus Goldman, tras La verdad sobre el caso Harry Quebert y El libro de los Baltimore, como recuerda el autor en varias ocasiones, cebando las anteriores entregas mediante detalles de lo que sucede, para crear intriga y ganas de leerlas a quiénes no lo hayan hecho, sin revelar datos importantes, por supuesto. Evidentemente, no es necesario haber leído las anteriores para entender lo que ocurre en ésta.

Cuando se han leído varias obras de alguien, es casi inevitable hacer comparaciones, tanto en forma como en fondo, con las anteriores. En el caso de Dicker, por ejemplo, se observa la tendencia a hablar de escritores como si se tratase de seres especiales, aunque, como él, escriba género (misterio) y sus "reflexiones" metaliterarias sean cada vez más convencionales y vacías, aunque también, por suerte, más breves que en sus obras anteriores. Tampoco se detecta ningún tipo de mensaje, nada que destaque, ni en fondo ni en forma, como para considerarlas otra cosa que novelas entretenidas, banales y olvidables.

También se percibe cierta predilección por las situaciones dramáticas, redactadas de forma tan simple,  superficial y carente de emoción que, si funcionan, se debe a la imaginación de quiénes leen. Por ejemplo, cuenta que ha fallecido un personaje, con el que el protagonista parece encariñado, y al poco tiempo ya lo han olvidado y Marcus, incluso, especula con un posible nuevo emparejamiento de quién ha sufrido la pérdida, restándole importancia a lo que se supone es un suceso impactante, pero no pasa de ser una excusa para iniciar la investigación.

En cuanto a la trama principal, la de misterio, es inevitable darse cuenta de que se recurre de forma habitual a los flashbacks para crear interés e intriga, aunque este recurso no siempre funcione como se pretende: contar en largo lo que ya ha relatado de forma clara y concisa, solo alarga la novela. Y si se repite muchas veces, y es el caso, resulta exasperante, y demuestra la falta de recursos del autor. En algunos momentos solo aporta confusión y dificultad para comprender lo que sucede.

Es, además, la típica historia, tan habitual en los últimos años, que incluye un giro tras otro para dar la "sorpresa" final, que no lo es tanto cuando sabes que, excepto Goldman y Gahalowood, cualquiera puede ser culpable, y que la aparente conclusión no va a ser tal, sino que va a haber, al menos, otro giro. Todo para que no se acierte quién ha hecho qué (los personajes, meros nombres al servicio del misterio, mienten, omiten o pasan de contar cosas que pueden ayudar), aunque hay detalles absurdos, cosas obvias en las que los protagonistas no piensan, que permiten adelantarse, en parte, a las revelaciones, que ocurrirán cuando convenga al autor, preferiblemente en el último tercio de la eterna novela.

La inevitable aparición de Harry Quebert, pretendiendo hacerse el misterioso y dirigir a su antojo la vida "romántica" de un Marcus que parece ansioso por emparejarse a toda costa, es irrelevante, y queda como un pegote que alarga la narración innecesariamente con una "amistad" tan falta de profundidad como la que se pretende que hay entre el protagonista y el policía, centrada en referirse el uno al otro como "Escritor" y "Sargento": hasta ahí llega la "profundidad" de los personajes. Se diría que el cometido de Quebert es dar una sensación de continuidad, recuperar, aunque sea brevemente, al personaje de su obra más famosa, y promocionar, como ya se ha mencionado, las otras novelas protagonizadas por Goldman.

En resumen, El caso Alaska Sanders es más de lo mismo, quizá interesante para quien haya leído otras novelas del autor, como La verdad del caso Harry Quebert o La desaparición de Stephanie Mailer, las haya disfrutado, y no le importe, o le guste, que el autor no haya evolucionado en ningún sentido (la redacción y el ritmo son penosos), y la obra se haga larga, repetitiva y, por momentos, aburrida.


Otras novelas de  Joël Dicker reseñadas en este blog:



***T***

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3 comentarios:

  1. No puedo con Joël Dicker, sus novelas me parecen lo peor. Es como Marcus cuando era "el formidable", que en realidad era un fraude. Eso es lo que me parece a mí como escritor.

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    Respuestas
    1. Hola, Manupi:

      He leído tres novelas de Dicker, y me parece que es un autor muy sobrevalorado.
      Si se analizan las estructuras de las obras se ve que son todas iguales. Y tampoco es que redacte demasiado bien, se dispersa mucho con detalles que no aportan nada a las historias que cuenta.

      Saludos.

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  2. Estoy de acuerdo con vosotros, es leer la misma novela una y otra vez, y además le da por hacerlas particular e innecesariamente largas. La única que me resultó menos cargante fue la de los Baltimore y, a partir de La desaparición de Stephanie Mailer, decidí no molestarme más con él.

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