Handmaid's Tale
Margaret Atwood
Traducción de: Elsa Mateo
Ediciones B
384 páginas
Margaret Atwood
Traducción de: Elsa Mateo
Ediciones B
384 páginas
Sinopsis:
Defred
tiene tres oportunidades para quedarse embarazada de su Comandante en
el terrible sistema de Gilead, pero nada es fácil en un mundo asolado
por la radiación y donde la natalidad ha disminuido y los niños son un
lujo.
Comentario:
La
obra que nos ocupa pertenece, por el tema, al género de la Ciencia
Ficción en su vertiente de distopía. Muestra el futuro cercano (que en
teoría ya ha sucedido, según la cronología que parece utilizar la
autora) de un mundo occidental que ha cambiado radicalmente.
En
Estados Unidos se ha impuesto una férrea dictadura teocrática de
fanáticos religiosos (diría que protestantes) donde las demás sectas
cristianas o de otras creencias son perseguidos de un modo implacable y
mortal, así como los disidentes y toda persona que no está de acuerdo
con el régimen, los cuales son ejecutados y colgados sus cuerpos en un
muro para general escarmiento. Otro hecho significativo es que las
mujeres han quedado colocadas en un segundo plano y sufren una
esclavitud brutal y una cosificación llevada al extremo, ya que su único
rol importante es el de la maternidad, en un mundo donde debido a las
radiaciones de las guerras nucleares que mantiene el régimen con otros
países se ha reducido la natalidad y muchos de los niños que nacen están
afectados por malformaciones.
La
descripción que hace Atwood de la llamada República de Gilead (los USA
teocráticos) es aterradora, sobre todo en lo que respecta a la suerte
que corren las mujeres. Existen varias castas según la capacidad o no de
engendrar de estas. Las criadas son las que paren los hijos de sus
dueños; las Marthas las que se encargan de labores domésticas, las Tías,
las que instruyen y aleccionan a las demás, y las esposas que reciben
los hijos de las otras sin tenerlos. Las mujeres que no sirven para la
maternidad son llamadas No Mujeres y terminan en las Colonias, un lugar
terrible donde generalmente se encargan del tratamiento de residuos
radioactivos y donde no duran mucho...
Ya
solo echando un ojo al argumento y descripción del mundo imaginario se
observa que Atwood no se anda con bromas a la hora de hacer una dura
crítica de la imagen de la mujer en occidente y en otras culturas. Y no,
no es nada sutil. La república de Gilead solo lleva al extremo
conceptos y visiones ya conocidos en la actualidad tanto en países de
cultura cristiana como musulmana. Atwood no deja títere con cabeza. Las
costumbres de Gilead son las costumbres de Estados Unidos y otros países
“contadas de otro modo”. Por ejemplo, las criadas no tienen un nombre
propio. Se las conoce como Defred, Dewarren (es decir, propiedad de
Fred, de Warren), en alusión al nombre de su “dueño”, del dueño de su
cuerpo, que es a fin de cuentas lo único que valoran de ellas. Eso no
está muy lejos de la costumbre de muchos países de que la mujer adquiera
el apellido del esposo, considerada como una propiedad. Y qué decir de
la especie de túnica de color y la toca que han de llevar y que limita
su visión, similar a un burka al estilo monjil. La forma cómo empieza a
fraguarse la dictadura también es elocuente. Lo primero que se hace es
anular las tarjetas de crédito a las mujeres y quitarles el trabajo
remunerado, con lo cual se tornan dependientes e incapaces para tomar
sus propias decisiones. No hace falta ser muy listo para entender lo que
nos quiere transmitir la autora con esto...
El
libro está lleno de sarcasmo tanto obvio como encubierto, como cuando
las Tías, que tienen una ideología en apariencia feminista (dicen que
todo es para protegerlas de las asechanzas de los varones, de su
voracidad sexual, que son todos muy malos, les ponen videos de
violaciones para que vean de qué las están salvando, etc), lo que hacen
en realidad es prepararlas para la sumisión y anulación como personas.
Es decir, se engaña a las mujeres con ideología supuestamente feminista
para que acepten el dominio masculino. Atwood es increíblemente mordaz
en este punto.
La
obra tiene dos partes bien diferenciadas. La más larga es el “cuento”
en sí, narrado en primera persona y en presente por Defred, una criada
que nos explica cómo es su vida con el Comandante (su dueño) y las demás
mujeres y miembros de la casa. Poco a poco a través de sus pensamientos
y de la narración de sus actividades cotidianas conocemos el aterrador
mundo, sus deseos de escapar de tan terrible control y de regresar al
mundo anterior, alguna vislumbre en flashback de cómo era su vida antes
de que llegara la república de Gilead, con su madre, su marido Luke y su
hija, de los cuales la han separado y cuyo destino desconoce, los
horripilantes castigos y torturas que sufren las mujeres que tratan de
escapar o rebelarse, y sobre todo, la esperanza dentro de la
imposibilidad de acción. La atmósfera que se transmite es opresiva, de
una dictadura tan rígida y tan vigilada que parece imposible escapar o
pensar siquiera en un cambio. Y a pesar de todo Defred se consuela
pensando que nada dura para siempre, y que incluso aunque ella no lo
vea, algún día eso terminará ya que en otras épocas situaciones
similares también terminaron. Atwood cita varias veces a los nazis para
ejemplificar esto.
Asistimos
también a sus encuentros sexuales con el Comandante, donde ha de estar
presente la mujer, Serena Joy, que la toma de la mano mientras el hombre
la penetra y evita mostrar cualquier muestra de cariño o placer. El
sexo meramente reproductivo se convierte en el único apto para la
hipócrita sociedad de Gilead, encontrando Defred en el amor o
enamoramiento hacia Nick, el chófer del Comandante, una salida a su
vida, una forma de subversión o de darle sentido a todo, aunque Nick no
la corresponda. Sin embargo, en esta sociedad los líderes se permiten
también la prostitución, descrita de un modo triste y grotesco, con
mujeres que eligen este destino para huir de las Colonias.
En
algunos puntos la novela parece de terror más que de CF, con la
descripción de esas ceremonias y rituales que rodean el sexo, el
nacimiento y la eliminación de los disidentes (la denominada “salvación”
es especialmente salvaje) y la violencia intrínseca en la opresión del
poder y en la irracionalidad de sus ideas.
Esta
primera parte, termina con un final abierto, y entonces, cuando empieza
la segunda, ambientada años después y escrita en forma de actas de
congreso o discurso de expertos en historia, nos damos cuenta de que lo
anterior ha sido un larguísimo flashback. En esta parte, de un modo
jocoso, los expertos analizan el Cuento de la Criada como documento
histórico y muestran sus carencias por las lagunas, generalidades e
imprecisiones en los nombres de lugares y personas, especulan con quién
pudo ser el Comandante, analizan el régimen (al que malvadamente
comparan con el de Irán) y hacen cábalas sobre cuál pudo ser el destino
de la autora del testimonio.
En
resumen, una obra que tendría mucho más que comentar por la cantidad de
ideas que contiene, la crítica a nuestra sociedad, al concepto de
mujer, la falta de libertad, a la violencia del poder sobre los
ciudadanos, y que nos deja con una cierta sensación de alivio al
comprobar que finalmente y como pensaba Defred, hasta la cruel Gilead
cayó y regresó la libertad al mundo.
Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, no seas tímido.
Y no olvides que si publicas un comentario estás aceptando nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres. Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad. Pongo esta coletilla por si acaso fuera necesario, aunque creo que no, al ser un sistema de comentarios de Blogger y no se exige poner email o nombre real. Más vale que sobre que no que falte. No publiques urls ni emails.
Responsable de los datos: M.C. Mendoza (contacto en política de privacidad)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)