La
librería, de Penelope Fitzgerald
The Bookshop, 1978
Editorial: Impedimenta
Argumento:
La señora Green compra un
local para abrir una librería. La señora Gamart trata de impedirlo.
Comentario:
Quizá el principal «problema» de «La librería» sea la forma en que está
relatada, contando los hechos externos (la compra de la librería, la descripción
del edificio, la diferencia entre el dinero que invierte en material y lo que
gana con las ventas), como si fuera una excusa para contar el desacuerdo entre
la librera, Florence Green, y Violet Gamart, con el uso que se va a dar al
lugar: «…estamos
todos algo alterados por la repentina transformación de nuestra Old House en
una tienda; somos tantos los que teníamos la idea de convertirla en algún tipo
de centro… Quiero decir, un centro artístico… para Hardborough.».
Apenas se incide en los pensamientos, emociones ni
personalidades de los personajes, a quienes no se llega a conocer, aun menos
empatizar con sus problemas. Nunca hay un enfrentamiento real entre ambas
mujeres (la señora Green tiene una actitud pasiva, no parece enterarse de lo
que ocurre a su alrededor), y personajes
como Christine Gipping, la niña que trabaja para ella, o Edmund Brundish, el
único apoyo de Florence, quedan desdibujados, sin aprovechar su potencial.
Apenas quedan claros los motivos, que podrían parecer
caprichosos, para algunos hechos y que el negocio sea una librería es
irrelevante, cualquier otro negocio hubiera resultado igualmente inadecuado para
la señora Gamart. Por supuesto, de
literatura apenas se habla.
Isabel Coixet ha dirigido una película basada en la novela, protagonizada por
Emily Mortimer (Florence Green), Patricia Clarkson (Violet Gamart), Bill Nighy
(Edmund Brundish) y Honor Kneafsey (Christine Gipping) en los principales papeles.
Al parecer, hay varios cambios respecto a la novela. La Librería ha ganado tres premios Goya: a mejor guión adaptado, dirección y película.
La
librería del señor Livingstone, de Mónica Gutiérrez
Editorial: Amazon
Argumento:
Agnes Martí, arqueóloga en
paro, encuentra trabajo, casi sin querer, en la librería del señor Livingstone.
Comentario:
«La librería del señor Livinstone» podría dividirse en dos partes. Mientras la dedicada a la librería resulta fresca, interesante, con personajes excéntricos y peculiares (deja con ganas de saber más del escritor residente, y lo que escribe, y
sobre la señora Dresden), incluida la propia librería, cuya
descripción (romántica e idealizada) logra que den ganas de ir a trabajar allí,
o a que el señor Livingstone te recomiende algo para leer.
Sin embargo, cuando la historia sale de la librería y,
sobre todo, se centra en la parte romántica, hacia la mitad de la obra, se
vuelve más tópica y previsible, con algún romance (hay hasta tres) instantáneo
y poco convincente, uno de ellos en especial no aporta nada a la novela.
Más interesantes son los juegos de palabras, bromas y conversaciones sobre obras muy conocidas, aunque llega un momento en el que llegan a abrumar, como también sucede con las descripciones y menciones de algunos lugares, a veces con un ligero tono «wikipedia».
Flojea en los conflictos, con soluciones demasiado fáciles, sin complejidad ni verdaderas complicaciones, quizá como consecuencia de tratarse de una novela «feelgood». El final es un tanto precipitado, con una resolución rápida y, en algunos aspectos, poco satisfactoria.
En conjunto se trata de una lectura amena, entretenida, bien redactada (apenas se detectan erratas. Ese Lawrence en referencia a Laurence Olivier y poco más), que deja con las ganas de tener una librería como Moonlight Books.
Mi maravillosa librería, de Petra
Hartlieb
Meine
wundervolle Buchhandlung, 2014
Editorial:
Periférica
Argumento:
Petra Hartlieb y su marido se enamoran de una librería y deciden comprarla y hacerse cargo del ngocio.
Petra Hartlieb y su marido se enamoran de una librería y deciden comprarla y hacerse cargo del ngocio.
Comentario:
Resulta difícil creer que la
autora lo sea también de novelas de misterio (en colaboración con otro autor),
además de librera y lectora habitual, y haya escrito una obra tan inane y
carente de interés.
El desarrollo muestra la carencia de una estructura definida, que organice la obra de alguna manera, ya sea por el orden que suceden los hechos (reales) que relata (ver el local, decidir comprarlo, contratar empleados, etc, que se mencionan en cualquier momento, sin una motivación concreta), o por temas (clientes, lecturas, adquisición de ejemplares…), lo que produce una sensación de caos y confusión y perjudica la lectura al no encontrarle coherencia ni fluidez.
Las (seudo) anécdotas están contadas en un estilo inane, torpe, carente de ingenio. Tampoco son interesantes, o quizá se debe, precisamente, a cómo las relata. Es de lamentar, en especial, cuando habla de presentaciones de libros de autores más o menos conocidos.
Los personajes (muchísimos) no existen, hasta el punto en que la mayoría de ellos son meros nombres y funciones. ¿Se dice en algún momento cómo se llaman los hijos?
La autora/protagonista es quejica y victimista hasta la exageración, sobre todo teniendo en cuenta lo bien que les sale casi todo, con ayudas desinteresadas de personas que casi no conocen, préstamos, empleados que encuentra casi milagrosamente etc...
En resumen: «Mi maravillosa» librería es de esas obras que dejan con las ganas de no poner nunca una librería, por mucho que guste la literatura.
***T***
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