martes, 17 de abril de 2018

Morder la manzana, de Leticia Dolera

Morder la manzana
Leticia Dolera
288 páginas
Editorial Planeta


Argumento:

Obra de no ficción sobre feminismo. La actriz Leticia Dolera explica algunas nociones básicas del tema, sazonadas con experiencias personales de machismo.


Comentario:

La obra no es que sea un sesudo tratado o un estudio científico lleno de datos y referencias eruditas. En realidad, es un texto más bien sencillo donde, al lado de las explicaciones de algunos conceptos básicos de lo que es feminismo y de las objeciones contra él, podemos leer experiencias personales de la autora, una conocida actriz española. La redacción es correcta, aunque tampoco se espere nadie una elaboración o sofisticación superiores.

La gracia reside en dos puntos principales: la expresión de las nociones básicas sobre el feminismo (hace un repaso de los conceptos, de la historia del feminismo, de los malentendidos sobre él, como nos marca la sociedad los roles nada más nacer según el sexo, etc); y especialmente, las vivencias de la actriz en su profesión y vida cotidiana en las que sintió ser víctima del machismo, así como las de algunas de sus amigas y conocidas. 

A este respecto, resulta fácil empatizar y verse identificada con muchas de las experiencias comunes de la autora, como el miedo a andar por las calles de noche, las críticas al físico o la forma de vestir o ciertas exigencias relacionadas con la imagen... Ahora mismo recuerdo la anécdota sucedida a una amiga de la autora sobre cierto casting donde debía interpretar a una abogada y a la cual ponían objeciones por "tener poco pecho" (acabaron poniéndole rellenos, sí, para interpretar a una ABOGADA). Otra anécdota, sucedida a la actriz en los Goya, a la que no quisieron entrevistar entre bambalinas con el siguiente argumento: "Lo siento, no hay tiempo para esto y con el vestido que llevas, ahora mismo es imposible."

En la obra se incluye algún artículo publicado en prensa, el más significativo de los cuales es el que se refiere a una entrega de los premios Goya al que asistió la actriz. En él, esta desarrolla un interesante tema, quizás el más interesante de todo el libro: las contradicciones a las que ha de enfrentarse una feminista que forma parte del mundo del espectáculo. No obstante, muchas de las reflexiones que realiza pueden ser aplicables a otros ámbitos. 

Básicamente, la actriz se pregunta por qué ha de llevar tacones y otro tipo de indumentaria para "lucir" solo por ser mujer. Por un lado, se siente "obligada" a vestir así (y destacar por la imagen) por su propia creencia (la asunción de los cánones y convenciones sociales, hasta tal punto interiorizados que se siente culpable por no seguirlos); por otro, siente que no es verdaderamente libre. Creo que cualquier mujer concienciada se ha encontrado alguna vez en esta tesitura de conflicto entre lo que la sociedad espera de ella en cuanto a imagen (por ser mujer) y lo incómodo que es darse cuenta de ser "cosificada" y solo valorada por lo externo y no poder ir en contra (porque también te sientes incómoda si no sigues esas convenciones: lucir tipo, ponerse vestidos con escotes, depilarse, teñirse las canas...). 

La obra, ligerita, dividida en capítulos cortos, se lee muy fácil, por la redacción desenfadada. Tiene la ventaja, frente a otro tipo de trabajos más científicos, de la frescura y el realismo de la experiencia. Si es capaz de hacernos pensar y lograr que alguien se cuestione cosas o modifique una actitud negativa, bienvenida sea, aunque no vaya a quedar en los anales como referencia académica.

Citas:

"Parece una tontería, pero crecer con cuentos e historias en los que las mujeres somos envidiosas, no tenemos amigas y solo pensamos en enamorarnos afecta a nuestra visión del mundo, a nuestras relaciones y a nuestra propia construcción como seres humanos".

"Sinceramente, donde queremos empezar a ser visibles y tener voz es fuera de casa, sin desmerecer el trabajo del hogar, que más bien hace falta poner en valor; pero para cambiar realmente las cosas, queremos vernos en la política, en los  medios de comunicación, como protagonistas de historias de ficción y también como juezas, decanas de universidad o con sillas en la RAE. Hay tantos sitios en los que estar además de en el hogar..."

"Creo firmemente en la importancia del relato cultural para cambiar las cosas, que todo cambio político y social tiene que estar apoyado por un cambio cultural para que cale y perdure. Por eso pienso que quienes nos dedicamos a contar historias tenemos una responsabilidad que va más allá del entretenimiento. No se trata de adoctrinar, pero sí de analizar qué se visibiliza y cómo."

"Pero la alfombra roja de los Goya, ¿no es otra suerte de relato? ¿No estamos también contando algo? ¿Y qué contamos? Que ellos llevan pantalones y zapatos cómodos y se arreglan en diez minutos y nosotras pasamos por una sesión de maquillaje, más peluquería, más depilación, más vestidazo, más tacón, más complementos..., tiempo extra que podríamos estar dedicando a otras cosas. Porque, a ver, ¿Nos maquillamos y arreglamos porque queremos o porque hemos crecido con ese imaginario femenino que ha dibujado el heteropatriarcado para nosotras? Entonces, como mujer feminista, ¿no debería vestir de otra manera distinta a lo que se espera de mi rol de mujer en una alfombra roja? La respuesta es contradictoria, es sí y es no.

Sí, porque esa imagen está claro que viene de la literatura infantil (y machista) donde nosotras somos princesas etéreas y deseables, y ellos caballeros siempre dispuestos a la acción; y  ya sabemos qué tipo de relaciones puede generar en la vida adulta ese imaginario.

Y no, porque nuestra liberación pasa por el hecho de que podamos vestirnos como queramos y nos apetezca, sin que se nos juzgue, sin que eso nos sume o reste credibilidad o capacidad de liderazgo."


¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. El blog no se hace responsable de los spoilers que puedan aparecer en los comentarios, ya que Blogger no permite editarlos. Se ruega que se ponga un aviso si se van a mencionar. Gracias por tu opinión)

3 comentarios:

  1. No sabía muy bien de qué iba este libro y no me animaba a buscar más información porque temía encontrarme con un truño de mala calidad (estamos tan rodeados de obras de pseudoescritores publicadas a toda prisa con motivo del Día del Libro que una ya desconfía...). Pero tu reseña me ha gustado, lo buscaré en las librerías y le echaré un buen vistazo... ¡Feliz día!

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  2. Ese libro es tan malo y necesario como el feminismo actual

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  3. El libro como tú dices es más bien ligero. Tiene partes interesantes qué definen aspectos del feminismo y partes personales de su vida que no le veo que tenga tanto interés. Pero lamentablemente cae en todos los errores del feminismo radical, aunque lo hace un poco a lo "light". No me ha gustado que la autora se declare defensora de Juana Rivas que para mí ya le quita credibilidad, tampoco el que lo enfoque en exceso con el mundo del cine. Hecho en falta un poco de autocrítica que en general el feminismo adolece. Por poner un ejemplo, la autora dice que la revolución deberá ser feminista y que si no no será. ¿Hay una frase más pretenciosa que esa? ¿Qué pasa que no puede haber otro tio de revoluciones en el mundo? Habla del patriarcado como si fuera la sociedad de hace 50 años no la de ahora en donde las mujeres no estudian ingenierías porque no les da la gana no porque el "patriarcado" se lo mande manipulándolas sus mentes con juguetes o en donde multitud de mujeres ocupan puestos de responsabilidad, sin ir más lejos el actual Gobierno de España, o pone ejemplos del cine cuando los juegos del hambre, la saga crepúsculo o star wars o 50 sombras de grey tienen protagonistas femeninas y se cambia el rol por completo. En uno de los capítulos llega a insinuar que todos los hombres son potencialmente violadores en potencia porque fomentan la "cultura de la violación", en fin, el discurso que ahora vende es el del feminismo radical que Leticia Dolera lo recoge muy suavemente sin mostrar un discurso agresivo. Se echa en falta algún comentario sobre lo que sufren las mujeres en ciertas sociedades africanas en donde por ejemplo existe la ablación o costumbres de casar a las niñas, cosas que considero mucho más importantes que te ponga un camarero la fanta en lugar de la cerveza. Creo que esta mujer no ha debido de viajar mucho.

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