lunes, 10 de octubre de 2022

Cuento de hadas, de Stephen King

T.O.: Fairy Tale, 2022
Editorial: Plaza & Janés, 2022
Traducción: Carlos Milla Soler
Ilustraciones: Gabriel Rodríguez y Nicolas Delort
856 páginas
24,90 €
Ebook: 12,99 €

Argumento:

A los diecisiete años, Charlie Reade ayuda a un vecino en apuros y a su perra. Las circunstancias le hacen tomar decisiones que cambian su vida, y las de muchas otras personas.

Comentario:

Cuento de hadas está dividida en dos partes muy diferenciadas. La primera, que ocupa casi un tercio de la (innecesariamente) larga novela, tiene un tono intimista, casi realista, en el que el autor, como le es habitual, desgrana la vida cotidiana de los personajes con todo detalle, sin ahorrarse situaciones que no aportan nada a la historia más allá de alargarla. 

Aunque se insinúa la posibilidad de algo extraño, a modo de cebo e incentivo, la narración se centra en las relaciones emocionales de Charlie, relatadas en primera persona y desde un futuro lo suficiente distante como para deducir que sobrevive a sus aventuras. Destaca en especial la relación del joven con Radar, la anciana perra del vecino, y la que sirve de desencadenante para la historia que relata el resto de una obra cuyo interés disminuye según se avanza en la lectura.

La segunda parte, ya dentro de lo fantástico, se divide, a su vez, en varias etapas, empezando por el conocimiento del lugar, sus habitantes y circunstancias, seguido por la maduración de Charlie como personaje y la aceptación de lo que tiene que hacer, y el desenlace, durante el que se dedica a solucionar, con mayor o menor acierto, suerte, falta de originalidad, y pérdida de personajes que, al no haber sido desarrollados y ser indistinguibles entre sí, no supone ningún drama.

Como el mismo Charlie reconoce, la historia no tiene nada de novedosa, no se desarrolla un mundo especialmente complejo ni interesante, y es fácil ver las referencias a cuentos de otros autores, algunos de los cuales menciona el propio protagonista, lo cual, unido a la previsibilidad de la historia y su falta de giros sorprendentes, hace de la lectura una experiencia monótona, anodina, a ratos aburrida.

La falta de desarrollo de los personajes, lastrados por la narración en primera persona que solo permite el punto de vista de Charlie, es otro de los escollos que dificulta la empatía, excepto en la primera parte, que permite simpatizar con George Reade tras quedarse viudo, su problema con el alcohol y la relación con su hijo, o con la amistad que se establece entre el protagonista y su vecino, el señor Bowditch y, en especial con Radar, su perra. Alguna sugerencia de interés romántico en la segunda parte carece de la atención de la que tanto se abusa en otros pasajes, convirtiéndola en irrelevante y olvidable.

Las ilustraciones de Gabriel Rodríguez y Nicolas Delort para comenzar los capítulos les dan un toque clásico  y misterioso muy interesante, de lo mejor de la novela. 

En resumen, Cuento de hadas no está entre las mejores novelas de su autor, quizá tampoco entre las peores. La habitual verborrea de King pone de manifiesto, en esta ocasión (como en otras muchas) la incapacidad de centrarse en lo necesario eliminando lo accesorio, para dar como resultado una obra demasiado larga para lo que cuenta, previsible y, lamentablemente, aburrida y carente de interés.

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***T***


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