viernes, 14 de febrero de 2014

Ángeles e Insectos, de A.S. Byatt

 Ángeles e Insectos
Angels and insects
A.S. Byatt
Anagrama-Panorama de narrativas
Traducción: Javier Lacruz
347 páginas


 
Argumento:

Morpho Eugenia: Un joven naturalista llamado William Adamson, que ha perdido todas sus pertenencias en un naufragio es recogido y apadrinado por el reverendo Alabaster, un aristócrata que vive en una gran mansión, llena de hijos y criados. William se casa con Eugenia, una de las hijas, y engendra mucho retoños, pero terminará por descubrir que esos niños tan parecidos a la familia de su mujer pueden no ser suyos…
El Ángel Conyugal: Lilias Papagay, viuda del marino que llevó a William Adamson al Amazonas, y que desapareció en un naufragio, se dedica a invocar a los espíritus. En su círculo de amistades esotéricas están personajes como Emily, hermana del poeta Alfred Tennyson, Sophie Sheeky, y su pretendiente, el señor Hawke. Un día, durante una sesión, se les aparece un extraño Ángel cubierto de plumas…

Comentario:

Libro compuesto por dos novelas cortas (Morpho Eugenia y El Ángel Conyugal) muy tenuemente relacionadas entre sí por el capitán de barco. Las comentaré por separado.

Morpho Eugenia.

El título de este relato hace alusión al nombre de una mariposa y también al nombre de un personaje. William es naturalista y toda la historia está supeditada a ese hecho. No faltan pues largas y minuciosas descripciones de cómo viven las hormigas, las mariposas, las abejas y otro tipo de bichos, en general sociales. Parece que la autora trata de establecer una comparación entre ese micromundo animal de los insectos y el mundo que habita en la gran mansión de los Alabaster, concebida como una colmena (William se asombra de la cantidad de gente que vive allí, entre familia y criados), una nobleza un poco decadente, de ocupaciones tirando a ociosillas. Así pues, los hijos varones del reverendo, Lionel y Edgar, solo se dedican a ir de caza, y el segundo, además, a seducir, por decirlo finamente, a todas las mujeres que se le ponen a tiro. William, a veces lo compara con un zángano, cuya única función es la de “embarazar” a las mujeres (se dice que tiene cientos de hijos en toda la comarca). La descripción que hace de él la autora lo convierte en un personaje odioso. En una escena, William lo encuentra tratando de forzar a una criada, casi una niña. Se enfrentan y el tal Edgar se muestra muy desagradable en su actitud. A lo largo del libro, Edgar y William tendrán varios enfrentamientos, que ponen de manifiesto la diferencia entre el hombre libertino sin normas y el hombre civilizado y social. Si la autora quería que Edgar nos cayera mal, consiguió su objetivo con creces.

Llama la atención que William tenga más escenas con la solterona institutriz Matty que con su esposa, que como buena Alabaster, también parece bastante indolente y despreocupada por algo que no sean bailes y vestidos, aunque al inicio se muestra algo atormentada por ciertos secretos y por la muerte de su primer pretendiente, un capitán que se suicidó. A ella se contrapone el carácter curioso, inteligente, y creativo de Matty, quien incluso a instancias de William, escribe un cuentecillo protagonizado por insectos y animales, lleno de fantasía. Juntos investigan las vidas de los insectos, van al bosque, etc… La mayor parte de la historia se consume precisamente en relación a las observaciones entomológicas y las salidas al campo, mientras que la trama es muy tenue, aunque va avanzando hacia el final. El desenlace es en exceso rápido y casi happy end previsible. En pocas páginas se descubre el secreto que oculta Eugenia Alabaster, y William toma su decisión. Eugenia, por cierto, se muestra un poco “ingenua” en su justificación final, ingenua o más bien falsa.

En este relato todo es muy inglés, los ambientes, los bosques, las maneras… Tiene un aire antiguo, victoriano; la prosa es buena, creativa y fluida. Quizás lo que falla para mi gusto es que casi no pasa nada. Hay muchas páginas dedicadas a conversaciones entre el padre de Eugenia y William, relacionadas con Dios, la naturaleza, la ciencia, Darwin… La pátina cultural, en la que no faltan poemas y citas eruditas, es bastante acusada. En cuanto a la ausencia de argumento propiamente dicho, téngase en cuenta que de las 192 páginas que componen la historia, más de veinte son la trascripción del cuento de Matty. También hay diarios, cuadernos de campo… algunos de los cuales he leído digamos que “por encima” ya que resultan largos y cansinos para quien no esté interesado en la entomología. Un relato un poco descompensado por la lentitud inicial y la fuerza de la sorpresa final, en la que casi no se incide, pero con la cual la autora incluso hace un ingenioso juego de palabras en el título de la novela y también en una escena en la que los personajes juegan al scrabble… Pena que no se pueda decir por ser spoiler. Se nota que es un relato simbólico, donde tiene más peso la idea que la acción en sí.

El Ángel Conyugal.

El segundo relato, es muy diferente al anterior y de trama aún más inexistente e incluso más confusa, hasta el punto en que había momentos en que no sabía muy bien qué estaba pasando. Sin embargo, está mucho mejor escrito, quiero decir que la prosa es de una elaboración exquisita, muy lírica, espiritual, en consonancia con el tema tratado, que es el del espiritismo, la muerte, el amor más allá de la muerte… También aquí hay una sorpresa final, en la última página o por ahí, que no se ve venir ni sobre la cual hay ningún indicio, pero que es bonita.

Hay descripciones bastante largas de sesiones de espiritismo al modo decimonónico, con toda esa carga romántica, la emotividad de las madres que quieren hablar con sus hijitas fallecidas, los antiguos amores muertos… Parece que la autora se ha documentado muy bien sobre el tema. Todo es verosímil y acorde con lo que sabemos sobre tales sesiones en la época. Lilias Papagay y su amiga Sophie tienen verdaderos poderes; la segunda, incluso puede salirse de su cuerpo, y en una escena tiene un inquietante encuentro con el espíritu de un fallecido en su cuarto; no falta tampoco el médium falso, el señor Hawke, que desea tener relaciones “no espirituales” con la señora Papagay, fiel a la memoria de su esposo, perdido en el mar. Dado que el poeta Tennyson es uno de los personajes, es evidente que abundan citas de su obra, de la elegía In Memoriam, concretamente, dedicada a la memoria de su amigo muerto Arthur, amado de su hermana, según he entendido, y al cual le unía un fuerte vínculo. Alfred Tennyson se describe como un hombre muy espiritual, romántico e idealista.

Desde el punto de vista formal, es un relato de calidad, muy erudito, culto, elevado, espiritual y profundo, a veces triste, por el tema que trata, la melancolía de la vida, la muerte, el amor perdido, el deseo de las viudas de reencontrarse con su esposo en el otro mundo… Sobre este particular, el libro está sembrado con las ideas de Swedenborg, y sus teorías sobre la carnalidad del amor después de la muerte. Es un relato en el que las ideas y las acciones están muy bien enlazadas, para conseguir el simbolismo deseado. Pero al igual que en el de Morpho Eugenia, la trama casi no existe. Además, las historias de los diferentes personajes, que son muchos, se van contando todas seguidas, sin que se aprecien cambios, que indiquen que se habla de otro tema.

Así pues, una historia curiosa, para paladares que sepan apreciar profundidad y buena prosa, pero un poco lenta para el que busque argumento, conflictos y peripecias.

Angeles e insectos, en conjunto, es un libro para lectores avezados, excesiva en la cantidad de elementos y detalles que introduce, donde todo se cuenta con sutileza, sin morbosidad, con elegancia muy inglesa, casi frialdad en el primer relato, y algo de emotividad en el segundo. Para leer con calma, y sin prisas. 


Del primer relato, Morpho Eugenia, existe una película inglesa, dirigida por Philip Haas, por si prefieren verlo a leerlo.

Angeles e insectos, la película

Obras de la autora:

Sombra de un sol (1964)
El juego (1967)
Posesión (1990)
Angeles e insectos (1992)
Los relatos de Matisse (1994)

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