Invasor
Fernando Marías
Ediciones Destino
214 pp
2004
Fernando Marías
Ediciones Destino
214 pp
2004
Argumento:
Pablo, un médico español del ejército, va a la guerra de Irak cuando Aznar decide que España debe aliarse con USA en su lucha contra el Eje del Mal. Pablo no cree en tales razones. Es más bien anti-guerra, pero aún así, acude a la llamada de las armas.
Una vez allí, durante una misión, su ambulancia sufre una emboscada, y solo sobreviven él y su enfermero Paco, quienes se refugian en una casa del desierto irakí, habitada por un hombre mayor, otro más joven y un chico. Al ver a los extranjeros en su casa los iraquíes los agreden y Paco y Pablo los asesinan. Pablo sale malherido del enfrentamiento, y casi se muere desangrado, pero cuando despierta está de vuelta en España. El Gobierno ha tapado su acción argumentando que fue en defensa propia y que los iraquíes estaban armados y eran militares. Pero Pablo siente que algo dentro de él ha cambiado, y que quizás, los espectros de sus víctimas lo han acompañado hasta Madrid... Extraños sucesos empiezan a suceder en torno a él... y a su amigo.
Comentario:
Esta breve novela está escrita con una técnica muy similar a la cinematográfica, directa y sin enrollarse demasiado. A veces, sobre todo en la parte iraquí, parece ir incluso demasiado deprisa. Las frases son sencillas, claras y se leen bien. Sin embargo, no me ha calado especialmente, pese al tema tan dramático que toca.
El autor ha elegido atinadamente la primera persona para narrar los sucesos que le acontecen al personaje, algo típico de las novelas de terror y suspense psicológico. Esto le permite jugar con la ambigüedad de las situaciones. El lector solo sabe lo que el personaje cuenta, y éste no puede saber si lo que ve son alucinaciones o realidades. De modo que el libro tiene dos posibles lecturas: como novela de fantasía-terror, en su subgénero de fantasmas, o bien como la narración de un trauma psicológico que desencadena un trastorno mental con delirios y visiones. Que exista esta dualidad me gusta, ya que permite al lector elegir o bien sumirse en la duda. Las escenas oníricas contribuyen a exacerbar ese aire de extrañeza y la desorientación del personaje, que creo que está bastante bien logrado. Sin embargo, el hecho de que también el amigo, Paco, tenga esas visiones desmonta un poco la ambigüedad, ya que parece decantar la explicación del lado sobranatural. Claro que como el narrador es Pablo, tampoco podemos estar muy seguros de lo que cuenta...
Como este no es un género que me agrade, el libro me ha sabido a poco. Se supone que es el primer libro que trata de la intervención española en Irak (así lo han vendido), sin embargo, la parte de referencia a la guerra se centra en el inicio, con algunos comentarios peyorativos hacia Aznar, Bush y Blair, y cierta crítica, muy leve y superficial. Luego, esto se olvida y se centra en cuestiones más personales y psicológicas, como el sentimiento de culpa de Pablo y Paco por haber cometido esos crímenes, incluso aunque fuera en defensa propia.
El autor incide en el
peso abrumador de la conciencia a lo largo de todo el libro, que lleva a
Pablo a comportamientos extremos, incluidos intentos de dañar a su
mujer e hija o de autolesionarse. Claro que la explicación no
psicológica implica una posesión espectral, que ha sucedido de una forma
quizás no del todo original, pero que se va descubriendo poco a poco.
Que la víctima se apropie del asesino y lo atormente tampoco es
original, aunque como digo, aquí parece servir como metáfora de esa
culpa individual, metáfora a su vez de la culpa colectiva de todo un
pueblo (el español) por haber ido a la guerra de Irak. Bien, esto es más
bien teoría, puesto que ya sabemos que poca gente en España, por no
decir nadie, siente tales remordimientos. En su crítica la novela se
queda corta, y solo funciona como suspense aunque promete más intriga de
la que luego da, y las conclusiones son demasiado obvias.
En su parte central-final baja un poco por la reiteración de las dudas y visiones del personaje, aunque el autor, con oficio, introduce ciertos detalles que crean intriga (el significado de cierta palabra que le dijo el iraquí antes de morir), y que animan a seguir leyendo, aunque luego la resolución no satisfaga mucho esas expectativas. Creo que la idea daba más para un relato que para una novela.
Hay escenas políticamente incorrectas, como cuando el personaje sufre erecciones delante de su hija, a la que desea violar; también hay una violación a la mujer, y muchos golpes, puñaladas, sangre a raudales... Es un libro con una carga violenta muy acusada, y aunque no llega a ser gore del todo, sí que hay escenas que podrían resultar desagradables. Algo de esto también lo había en "El niño de los Coroneles". Se nota que le gustan las escenas de acción y violencia.
Un libro correcto dentro de su género (quizás demasiado simple), pero que no me ha llenado demasiado por excesivamente obvio y poco original. .
En su parte central-final baja un poco por la reiteración de las dudas y visiones del personaje, aunque el autor, con oficio, introduce ciertos detalles que crean intriga (el significado de cierta palabra que le dijo el iraquí antes de morir), y que animan a seguir leyendo, aunque luego la resolución no satisfaga mucho esas expectativas. Creo que la idea daba más para un relato que para una novela.
Hay escenas políticamente incorrectas, como cuando el personaje sufre erecciones delante de su hija, a la que desea violar; también hay una violación a la mujer, y muchos golpes, puñaladas, sangre a raudales... Es un libro con una carga violenta muy acusada, y aunque no llega a ser gore del todo, sí que hay escenas que podrían resultar desagradables. Algo de esto también lo había en "El niño de los Coroneles". Se nota que le gustan las escenas de acción y violencia.
Un libro correcto dentro de su género (quizás demasiado simple), pero que no me ha llenado demasiado por excesivamente obvio y poco original. .
Hay una versión en película de esta novela.
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