Argumento:
Elvira, una pintora española afincada en París, viaja con su sobrina a China para hacerse cargo de la herencia de su difunto esposo. Al llegar allí, se encuentra con que no hay dinero que valga, sino al contrario el interfecto estaba hasta arriba de deudas. Para solventar este problemilla se pone en contacto con un anticuario chino y un irlandés amigos del muerto, quienes le informan de que una terrible banda mafiosa (La Banda Verde) fue quien lo mató en realidad. Lógicamente, buscaban un objeto propiedad suya, que supuestamente incluía el mapa de un tesoro legendario. De inmediato, la pintora, el anticuario, el irlandés, la sobrina y el criado chino se lanzan a la aventura...
Comentario:
Novela de aventuras sin más trascendencia, y que sigue, con ligeras variaciones, el esquema de otras obras de la autora, en especial de "El último Catón". Si ya se conoce esta novela (la más famosa de M. Asensi) el argumento de "Todo bajo el cielo" resultará ya muy visto: los personajes van siguiendo las pistas que les facilita una carta en clave (en el Catón era la Divina Comedia el texto a descifrar) hasta alcanzar un tesoro o lugar ya previsto con antelación, sin muchas sorpresas y siguiendo al pie de la letra las instrucciones.
He leído todos los libros que ha escrito esta autora y la verdad, este me ha decepcionado, le sobran la mitad de las páginas, el argumento está muy bien, pero le falta un poco más de intriga. La verdad es que me ha costado bastante terminarlo
Quizás esto es lo que más resalta en las obras de Asensi: se ciñe a un esquema demasiado rígido y no deja lugar ni a la imaginación ni a la improvisación ni a la fantasía (salvo el denostado final de "El último Catón", que a mí sí me pareció adecuado para la novela). Esta es una autora que te lo da todo hecho. Los personajes piensan por ti, sobre todo cuando descifran, con una eficiencia asombrosa, esos enigmas rocambolescos y retorcidos. En este caso, las "pruebas" son tan sumamente rebuscadas que resulta difícil hasta seguir las explicaciones que dan los personajes, en ese tono erudito y pesado, típico de la autora, que la lleva a contar TODO sobre cualquier objeto o lugar que se encuentran. Dado que la historia china no es muy conocida en Occidente eso podría ser un arma de doble filo: a unas personas podría gustarles descubrir una cultura nueva, pero otras la verán tan distante que no serán capaces de implicarse (es mucho más fácil sentir interés por los templarios, el Vaticano, Grecia, Roma, etc) Hay mucho rollo en este libro, pero yo, para saber cosas de la cultura oriental, me leería una enciclopedia. Aunque hay que reconocer que Asensi o su equipo de documentación, han hecho una labor recopilatoria digna de encomio, y también en el diseño de esas pruebas tan surrealistas y casi imposibles (pero que los protagonistas solucionan siempre y en un tiempo récord).
Además, como siempre, la influencia de las películas de Indiana Jones se deja sentir muy fuertemente, sobre todo al final, en las escenas que se situan en la tumba. Te parece estar viendo a Indy en templo aquel de la selva de los obitos, evitando las lanzas y las flechas, y ponderando pesos para eludir las trampas. Ni qué decir tiene que el libro carece no obstante de la emoción de la película.
La prosa de Matilde Asensi es lineal, y te cuenta con el mismo tono la acción, la reflexión, el pensamiento (el poco que hay)... A destacar los ataques de la Banda Verde, contados con tal planicie que en un pispas queda solventado el problema y además, casi ni te has dado cuenta. Además, yo juraría que en este libro el nivel de prosa está más bajo que en otras ocasiones. Se ve menos pasión. Y eso que, para no variar, narra en primera persona.
Tampoco los personajes se lucen nada. La protagonista, Elvira es tópica total: pintora cuarentona, progresista, liberal, moderna, feminista, bohemia, peinada a lo garçon, aficionada a la moda... y su sobrina, en el otro extremo: anticuada, vestida de negro, como de la España profunda, reza, habla con curas, lleva moño, ropa pasada de moda, gorda, fea... Hay un irlandés aficionado a la bebida (cómo no) y un anticuario chino, sabio, moderado, con dominio de las artes marciales, el taichi, la Historia de su país, su filosofía, vamos, de todo un poco... Ah, y el típico niño supergenio de las matemáticas, que no se me olvide. Asensi, a lo largo de la novela, nos incluye breves recuerdos de la protagonista tan burdos como no dejar de aludir a la Rive Gauche, y a las cosas tan buenas que tiene París, y eso es todo lo poco que sabemos de ella. En cuanto a los demás... La niña, Fernandita, se nos pinta al principio tan anti-heroina (fea, gorda, anticuada, ejem) que ya imaginamos que va a "evolucionar"; claro que en el sentido en que Matilde Asensi entiende la evolución de un personaje: la niña adelgazará, aprenderá chino, se volverá una intrépida amazona... El tratamiento psicológico es nulo. Y la interacción entre los personajes también. No se ve una relación entre ellos, ni de la protagonista con su sobrina, ni de esta con el chino, etc... Además, a Matilde Asensi en cuanto le aparecen más de tres personajes en la misma escena se pone nerviosa. Así que no es de extrañar que elimine a alguno que no tenía ninguna traza psicológica o de carácter para evitarse problemas, y volver nuevamente a lo fácil (en este caso son cuatro personajes, pero dos son niños, y tienen roles complementarios)
La verdad es que este libro me ha aburrido bastante. Ni siquiera veo que tenga el humor de otros anteriores (de nuevo me refiero al "Catón" su "obra maestra"). Es muy tópica, tanto que solo por estar en China ya se cree en la obligación de meter en batiburrillo los inventos chinos (que los occidentales nos hemos apropiado injustamente), el taichi, el taoísmo, el i-ching y sus ideogramas, el feng shui, el desdén que sienten los orientales hacia los blancos, la sabiduría de los monjes en sus monasterios, las artes marciales.... Es que no le ha quedado ni un tópico en el tintero.
Otra cosa a destacar es la manía de Asensi de incluir pies de página, con notitas donde nos "aclara" conceptos que no tenemos maldita la gana de conocer, ni sirven para nada en la historia, algunos tan risibles como aclarar que Qi se debe pronunciar Chi, y que de ahí viene la palabra China, y fechas de reinados de reyes y emperadores chinos, que a mí, francamente, me dan igual.
Solo para fans de la autora y curiosos de la cultura oriental. Más de lo mismo. Ah, se me olvidaba, el título no me gusta nada.
Durante un tiempo leí todo lo que caía en mis manos de Matilde Asensi, después empecé a darme cuenta de que no había nada nuevo bajo el sol y que además ya no había ni esfuerzo por parte de Matilde Asensí. Este libro no lo llegué a leer, y creo que mejor sigo asi ¿no?
ResponderEliminarContundente reseña. ;)
Besos
Pues yo creo que he leido toda su obra, desde El Salón Ámbar hasta la trilogía de Martín Ojo de Plata. Y creo que ella misma se debió de dar cuenta de que iba por un camino u poco... vamos, que se estaba repitiendo mucho. El giro hacia la novela de aventuras con ambientación histórica fue bastante radical, aunque naturalmente, conserva bastantes de sus rasgos característicos. En las últimas obras se aprecia un gran esfuerzo de documentación al menos, y un intento de imitar o remedar la lengua del siglo de Oro, un poco adaptada, pero bueno, creo que no le sale tan mal. Aunque para mi gusto la trilogía de Martín Ojo de Plata es un poco descafeinada en cuanto a aventuras. A ver qué nos reserva esta autora para el futuro jaja. A mí como persona me cae bien. La conocí en Oviedo durante una presentación y firma de libros suyos, y se para a hablar con todos un buen rato. Es bastante simpática.
ResponderEliminarEstoy en un club de lectura y el libro no ha gustado; nos ha parecido poco creíble y folletinesco.
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